jueves. 25.04.2024

@jgonzalezok | Transcurrió un mes desde las elecciones que dieron la victoria a Luiz Inácio Lula da Silva, sin que ninguna denuncia seria cuestione el resultado, pero grupos de extrema derecha, ligados al gobierno que se va, siguen con manifestaciones ante cuarteles militares, pidiendo una intervención militar, y continúan algunos bloqueos de camioneros en autopistas de todo el país con el mismo objetivo. 

Se trata de grupos alucinados que parecen vivir en una realidad paralela, pero que están siendo alentados por el propio presidente Bolsonaro, que les da un aval implícito con su silencio. Algunas de estas manifestaciones entraron en el capítulo del surrealismo, como aquella en la que apuntaban sus teléfonos celulares al cielo pidiendo una intervención extraterrestre. 

Pero no todas las manifestaciones fueron tan ridículas. Está el caso de la diputada federal Carla Zambelli, que publicó un mensaje pidiendo abiertamente un golpe militar, pidiendo la intervención de los generales de cuatro estrellas para impedir que Lula asuma el poder.  

Grupos de extrema derecha, ligados al gobierno que se va, siguen con manifestaciones ante cuarteles militares, pidiendo una intervención militar

En el video se la escucha decir: “¿Ustedes van a saludar militarmente a un bandido (en referencia a Lula) o a la nación brasileña? No es el momento de responder con una carta, manifestándose apartidarios, es hora de tomar una posición. ¿De qué lado de la historia van a estar? ¿Del lado de la historia que quiere implantar el comunismo y quitarnos nuestras libertades, o del lado de la historia de los brasileños que están pidiendo que salven nuestras almas frente a los cuarteles generales?”

Carla Zambelli integra el ala más ultraderechista del bolsonarismo, aunque en el pasado integró movimientos feministas e, incluso, participó en protestas del grupo Femen. Presente en las manifestaciones de 1985 contra la entonces presidente Dilma Rousseff, fue elegida diputada federal en las elecciones de 2018, volviendo a ganar un escaño en las elecciones de este año. Es una de las personas más próximas políticamente al presidente Bolsonaro y defensora de las causas más radicales.  

Antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales (el 30 de octubre), Zambelli fue noticia al perseguir revólver en mano a una persona negra con la que había tenido una discusión política. En determinado momento la diputada cayó al suelo y, según su versión, habría sido empujada: “Usaron un negro para venir encima de mí. Eran varios. Había una mujer con una camiseta roja (queriendo señalar que era seguidora del PT, el partido de Lula), me empujaron, me tiraron al suelo, me llamaron hija de puta”. Algunas grabaciones del incidente muestran que Zambelli había tropezado sola

La transición, entretanto, sigue con algunas dificultades, aunque Bolsonaro sigue ausente desde hace exactamente un mes

Más preocupante aún es el caso de un militar en activo, el sargento de la Marina Ronaldo Ribeiro Travassos, integrante del Gabinete de Seguridad Institucional, dependiente de la Presidencia de la República, que publicó videos coordinando actos antidemocráticos frente a cuarteles militares. En los mismos también amenaza de muerte al presidente electo, afirmando que no debe tomar posesión, el próximo 1º de enero. 

Mientras tanto, uno de los hijos del presidente, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, fue descubierto en Catar siguiendo el mundial de fútbol. El hecho provocó indignación entre la tropa de bolsonaristas que están en las calles pidiendo el golpe. Se le vio vestido con la camiseta amarilla, junto con su mujer, alentando al equipo brasileño. Ante la reacción enojada de sus seguidores, dio una explicación inusitada. Dijo que había ido a Catar para entregar pendrives a periodistas internacionales que están cubriendo la copa, “explicando la situación en Brasil”. De creer esta versión, el hijo del presidente estaría divulgando noticias falsas entre la comunidad internacional. 

En Catar, por cierto, han coincidido bolsonaristas y antibolsonaristas. Estos están siendo escrachados y perseguidos por los fanáticos del futuro ex presidente. Entre ellos el cantante Gilberto Gil, de 80 años, que está asistiendo a algunos de los partidos acompañado de su esposa y alguno de sus nietos. 

Los comandantes de las tres armas anunciaron que pasan a retiro días antes de la toma de posesión del nuevo gobierno, en un claro desafío a las nuevas autoridades

La transición, entretanto, sigue con algunas dificultades, aunque Bolsonaro sigue ausente desde hace exactamente un mes. Su agenda apenas tiene actividad y en su primera aparición pública, en una jura de militares en el cuartel de Agujas Negras, no habló y se le vio con gesto malhumorado. Cuando el vicepresidente Mourão le dijo algo al oído lo miró un segundo y lo ignoró. 

Hay equipos temáticos que están negociando con sus contrapartes del gobierno, pero no en todas las áreas. Los militares, que han tenido un papel político importante durante estos cuatro años, no se han mostrado colaboradores. Y los comandantes de las tres armas anunciaron que pasan a retiro días antes de la toma de posesión del nuevo gobierno, en un claro desafío a las nuevas autoridades. Se espera el anuncio del nuevo ministro de Defensa, que volverá a ser un civil, que tendrá que lidiar con los miles de militares enquistados en el Estado. El gobierno de Lula también deberá desbolsonizar las otras fuerzas armadas, como la Policía Federal y, sobre todo, la Policía Rodoviaria Federal. 

Diputada bolsonarista hace un llamamiento explícito al golpe de Estado