viernes. 29.03.2024

Reino Unido lleva tiempo en declive y sus marcadores económicos no nos proporcionan demasiadas esperanzas a corto o medio plazo y todos los días salta la noticia de una nueva huelga, otra subida del tipo de interés y presión hipotecaria, o una inflación que no baja.

La semana pasada explique la crisis en la que el sector educativo está inmersa en Reino Unido, y como el Brexit y las decisiones políticas están llevando a los institutos, colegios y universidades a bajar el nivel educativo y sufrir una crisis sin precedentes por la falta de profesorado y semi privatización de la gestión.

El sector de la sanidad en Reino Unido, sector clave junto a la educación, está en un estado muy similar y lleva así una larga temporada.

Esta semana pasada los “junior doctors” eran los que acaparaban los titulares de los diferentes medios debido a los efectos de la huelga que han llevado a cabo.

Más de 200 mil citas tuvieron que ser canceladas causado por una huelga justa y que se veía venir desde hace mucho tiempo.

Más de 200 mil citas tuvieron que ser canceladas causadas por una huelga justa y que se veía venir desde hace mucho tiempo

Las condiciones laborales de aquellas y aquellos que entran a ejercer la medicina, en comparación con los que ya están establecidos en la profesión son gigantescas y hacen que la vida de los nuevos y nuevos doctores aparte de sobrevivir la precariedad llega a rozar la ilegalidad.

En mi trabajo durante más de 15 años en el Ministerio de Sanidad británico me cruce con muchos funcionarios que defendían que en este sector no se tuvieran en cuenta las directivas provenientes de la Unión Europea que ponían limite al número de horas semanales de trabajo que los “junior doctors” debían realizar, basándose en que siempre habían trabajado por encima de las 60 horas semanales y que trabajar menos horas frenaba el ritmo de aprendizaje.

La presión a la plantilla que acababa de unirse a los hospitales venia de la mano con la promesa de unas condiciones salariales muy apetecibles, con un salario medio de 76 mil libras esterlinas al año, y para los médicos de familia el salario medio es de 92 mil libras esterlinas.

Los nuevos doctores ganan a partir de 29 mil libras y llevan desde 2008 sufriendo una bajada en términos reales de alrededor del 26%. 

La huelga actual se centra en el salario que se está pagando y solicitan que haya una subida del 35% de la cantidad que ahora mismo cobran.

La inflación, disparada en Reino Unido, en conjunción con los numerosos problemas adicionales que la economía británica está sufriendo está ahogando a aquellos trabajadores que ganan menos y la fuerza laboral de todos los sectores se está levantando para pedir salarios y condiciones dignas ante la negativa de las instituciones, gobierno y compañías. 

La dirección de NHS (Sistema de Sanidad Nacional) está amenazando a los sindicatos del sector de la enfermería que ha anunciado que se retoman las huelgas que comenzaron hace meses.

La amenaza va en serio y se plantean llegar a la Corte Suprema basando su petición en que la anterior votación por los afiliados de los sindicatos sucedió hace más de 6 meses y creen que no se pueden proponer nuevos días de huelga sin volver a votar internamente si seguir con la huelga…a pesar de la falta de interés del gobierno y falta de compromiso para intentar solucionar las demandas de las enfermeras y enfermeros.

La dirección de NHS (Sistema de Sanidad Nacional) está amenazando a los sindicatos del sector de la enfermería que ha anunciado que se retoman las huelgas que comenzaron hace meses

El sector ya ha declinado aceptar una primera oferta del gobierno de incrementar los salarios un 5% además de un pago adicional de 1.655 libras esterlinas.

Las primeras demandas venían a solicitar un incremento del 5% por encima de la inflación y hay varias organizaciones que señalan que podrían aceptar una oferta de subida alrededor del 10%, pero el gobierno de Rishi Sunak no está interesado en doblegarse ante las demandas del sector de la enfermería, de los junior doctors o de los profesores.

La sanidad y el NHS ha sufrido un declive notable como el nuevo estudio del think tank The King’s Fund muestra y que se ha publicado el 12 de abril. Este organismo llega asesorando desde 1897 en temas de sanidad.

Con el título “El auge y el declive del NHS en Inglaterra 2000–20: cómo el fracaso político condujo a la crisis en el NHS y la atención social” evalúa la deriva de este sector a manos de gobiernos que han disminuido la inversión en su hospitales y trabajadores durante la última década.

En la presentación de este estudio se establece que el incremento de presupuestos asignados al sector, así como varias reformas “dieron como resultado mejoras importantes en el rendimiento del NHS entre 2000 y 2010, pero este rendimiento ha disminuido desde 2010 como resultado de presupuestos asignados mucho más bajos, fondos limitados para inversión de capital y negligencia en la planificación de la fuerza laboral”.

El sector de la salud y los servicios sociales ahora se enfrentan a desafíos sin precedentes, desde una demanda creciente y listas de espera cada vez mayores, hasta una fuerza laboral en crisis

El The King’s Fund, formado por académicos independientes del gobierno también ponen el foco en que “las restricciones en el gasto en atención social también han dado como resultado que menos personas reciban atención por parte de servicios sociales.”

Igualmente resaltan que “el sector de la salud y los servicios sociales ahora se enfrentan a desafíos sin precedentes, desde una demanda creciente y listas de espera cada vez mayores, hasta una fuerza laboral en crisis. Este documento, del exdirector ejecutivo de The King's Fund, Chris Ham, analiza cómo se permitió que se deteriorara un importante servicio público que es muy valorado por el público”.

Finalmente, este texto demuestra “que el cambio es posible donde existe la voluntad política” y finaliza haciendo recomendaciones sobre “lo que se debe hacer ahora para sostener y reformar el NHS, centrándose en las decisiones de gasto, moderando la demanda y compartiendo la responsabilidad con los pacientes y el público, junto con una perspectiva a largo plazo.”

Los políticos saben perfectamente lo que hay que hacer para parar la sangría del sector público en Reino Unido, pero las prioridades de las elites están más interesadas en debilitar y destruir el sistema de bienestar. 

La destrucción de lo público en Reino Unido: la sanidad, también, en caída libre