jueves. 25.04.2024
Foto: Darisa Yanomami/Juruna Yanomami (Global Voices)
Foto: Darisa Yanomami/Juruna Yanomami (Global Voices) © Darisa Yanomami / Juruna Yanomami / HAY

@gab2301 | Cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó la tierra de los yanomami el último sábado, los ojos del país se volvieron con espanto hacia la tragedia humanitaria que sucede en el mayor territorio indígena de Brasil. Millares de personas pasan hambre, están en estado gravísimo de desnutrición y muriendo por enfermedades que serían tratables. La tragedia es en gran parte el resultado del abandono a que los yanomami -e indígenas en general- fueron relegados por el gobierno del ex presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro. 

Los números, así como las imágenes que chocaron al país, revelan la calamidad: en los cuatro años en que Bolsonaro estuvo en el poder, 570 niños yanomami murieron de malaria, neumonía y desnutrición. El territorio donde viven 30 mil indígenas fue invadido por más de 20 mil garimpeiros (mineros ilegales), con la connivencia de las autoridades del gobierno anterior. Lula declaró el estado de emergencia de salud pública y determinó la apertura de una investigación por crímenes y genocidio del pueblo yanomami. 

Las imágenes son de niños y adultos con piel y hueso, familias enteras pasando hambre en plena floresta amazónica. En una de ellas, una mujer en estado de desnutrición severa, no se puede mantener en pie sobre una balanza. Poco después murió en la comunidad donde vivía en la tierra indígena. En otra, una indígena desnutrida intenta alimentar a un niño también gravemente desnutrido en su regazo. Las fotos fueron divulgadas por la asociación yanomami Urihi, como un pedido de socorro. En situaciones normales la fotografía es un elemento muy sensible que es evitado en la cultura yanomani. 

En los cuatro años en que Bolsonaro estuvo en el poder, 570 niños yanomami murieron de malaria, neumonía y desnutrición

“Estamos sin asistencia hace cuatro años. Todos los días, desde que el Ministerio de Salud llegó aquí, el día 16, decenas de niños y adultos son llevados para la capital en estado grave. Presentan desnutrición, malaria. Hay niños teniendo paradas cardiacas. Necesitamos de insumos y medicamentos de manera urgente” – relató la presidenta de Urihi, Júnios Hekurari Yanomami al diario O Globo. 

Al visitar la región de los yanomami, Lula estableció una serie de medidas para hacer frente a la situación, entre ellas el envió de médicos e insumos de salud. El presidente prometió retirar los garimpeiros ilegales de la reserva. El nuevo gobierno, que asumió el 1 de enero, es el primero en tener un Ministerio de los Pueblos Indígenas, liderado por Sonia Guajajara. 

“Más que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomamis, cometido por un gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasileño”, publicó Lula en las redes sociales el día siguiente a su visita, refiriéndose a Bolsonaro sin mencionarlo. 

El nuevo gobierno, que asumió el 1 de enero, es el primero en tener un Ministerio de los Pueblos Indígenas

En seis días de operación, 1.000 indígenas fueron transferidos para tratamiento en hospitales, según el Secretario de Salud Indígena del Ministerio de Salud, Weibe Tapeba. Los médicos enviados a la región relatan escenas dramáticas. Un bebé de 18 días que presentaba neumonía tuvo cinco paradas cardiacas y fue llevado en helicóptero para un hospital de Boa Vista, capital del estado de Roramia, donde está la mayor parte de la reserva. Otro niño de tres años, con apenas seis kilos, fue atendido después de presentar convulsiones dos veces. 

Según organizaciones indígenas, más de la mitad de la población yanomami está enferma. La mayoría sufre de desnutrición, diarrea, malaria y neumonía. Para Júnior Hekurari Yanomami, la calamidad sanitaria en el territorios se debe a la falta de cobertura en la región, escasez de medicamentos y la invasión de garimpeiros.

Localizada en los Estados de Amazonas y Roraima, próxima a la frontera con Venezuela, la Tierra Yanomami es la mayor reserva indígena de Brasil, con 100 mil kilómetros cuadrados. Los yanomami son considerados de reciente contacto y todavía hay en la región grupos de indígenas aislados que viven sin influencia externa. 

El avance del garimpo ilegal de oro es una de las grandes causas de la tragedia yanomami. La actividad destruye la floresta, espanta la caza, contamina ríos y peces y deja el suelo improductivo para las plantaciones tradiciones, como mandioca, frijoles y arroz. Para la extracción del metal, los garimpeiros usan mercurio, que contamina los ríos, convirtiéndolos impropios para el consumo. Sin alternativa, los indígenas consumen el agua contaminado y se enferman. Los invasores también llevan enfermedades e introducen el alcoholismo y la violencia con el uso de armas de fuego. El abuso sexual contra jóvenes indígenas y la prostitución son otro grave problema. 

Para la extracción del metal, los garimpeiros usan mercurio, que contamina los ríos, convirtiéndolos impropios para el consumo

El sabotaje a las estructuras de protección a los indígenas es frecuente. Un puesto de la Unidad Básica de Salud Indígena dentro del territorio fue invadido por garimpeiros en 2021. La acción impidió el vuelo de equipos de salud y la atención básica a los pacientes. En diciembre de 2022, en el último mes de Bolsonaro en la presidencia, la misma unidad fue incendiada.

El gobierno de Bolsonaro, que estimuló la minería ilegal, ignoró sistemáticamente las decisiones judiciales que obligaban a las autoridades a retirar a los invasores y a facilitar la asistencia a los indígenas. Además prácticamente desmanteló las estruturas gubernamentales de protecion a los indigenas y colocó militares sin conocimiento de la problemática en puestos claves. Júnior Hekurari Yanomami dice que envió más de 60 pedidos de ayuda al gobierno anterior y no obtuvo respuesta. 

“El gobierno de Bolsonaro nunca ayudó a los yanomami e incentivó el garimpo ilegal en nuestra tierra. Estábamos muriendo cuando él iba a Boa Vista (capital de Roraima) a conversar con los garimpeiros”, dijo el líder indígena en entrevista a TV Globonews.

El gobierno de Bolsonaro nunca ayudó a los yanomami e incentivó el garimpo ilegal en nuestra tierra

La expansión del garimpo en la región en 2021 fue la mayor desde que la tierra indígena fue demarcada y homologada hace 30 años, según el informa “Yanomami bajo ataque”, publicado por la Asociación Yanomami Hutukara. El avance fue del 46 % dentro del territorio entre 2020 y 2021 y la actividad ilícita ya afecta a más de la mitad de las 350 comunidades indígenas. 

Desde Orlando, en los Estados Unidos, a donde viajó dos días antes de terminar su mandato, Bolsonaro reaccionó, afirmando que las denuncias son “una farsa de la izquierda”. En las redes sociales, seguidores del ex presidente se burlaron de la situación de los yanomamis. Un mensaje de que la Fuerza Aérea había llevado ayuda humanitaria a la región recibió fuertes críticas de los bolsonaristas.

La tragedia anunciada del pueblo yanomami