jueves. 25.04.2024
PERÚ

Cinco días después del golpe que desestabilizó al país, el clima social en Perú continúa revuelto. Las demandas de la población van desde el cierre del Congreso -institución que cuenta con bajísima popularidad-, la renuncia de Dina Boluarte, el adelanto de elecciones, y la convocatoria de una asamblea constituyente que acabe con el régimen neoliberal fujimorista, una promesa de campaña incumplida por Pedro Castillo y que arroja como resultado las consecuencias que ya son de conocimiento público.

La represión a la protesta social ha dejado dos muertos. Dos jóvenes tiroteados en Andahuaylas por la Policía del flamante gobierno de Dina Boluarte. Castillo apuntaló su gobierno neoliberal y represivo con el simpatizante belaundista y ex colaborador de Fujimori en la Universidad de San Marcos, Aníbal Torres. Por su parte, Boluarte ha decidido entregar el gabinete a Pedro Angulo, ultra-neoliberal vinculado a los círculos extremos de Kuczynski, que ordenó redoblar la represión a través de los estados de emergencia regionales declarados para el efecto, en colaboración con Alberto Otárola, ex ministro de Humala.

El fallido golpe de Castillo del miércoles 7 de diciembre hubiera constituido la continuidad de un poder que se aleja de los preceptos democráticos. “El Gobierno volverá a masacrar pues su auténtico bando es el militar-policial, la ultraderecha continuará forzando la senda golpista, el golpe reaccionario que tarde o temprano, de una u otra forma puede llegar si el mismo pueblo trabajador movilizado no consigue deshacerse de Castillo”, advertían en mayo desde la plataforma Revolución Permanente. “Con una inflación de 9% interanual, sectores enteros con índices en descenso como la minería, la agricultura, la pesca…, las características del inexorable rumbo a la miseria están dadas”.

En la práctica, el gobierno de Castillo fue la extensión de sus predecesores. Renovó en Washington su lealtad a las transnacionales con un anuncio en el que les aseguraba  "tranquilidad" a los CEOs, y en el que elogiaba el "sostén de la actividad privada" que éstos representan, mientras dirigía al Congreso una propuesta de “consenso” que solicitaba más prerrogativas represivas para la Policía y promovía la bicameralidad.

“Confrontado con la repulsa popular a su evidente derechización desde un inicio, Castillo debió hacer ciertas menudas concesiones a sectores populares rurales o regionales, a fin de no enajenarse todo respaldo. Esto fue aprovechado por la burocracia sindical y política de la seudo-izquierda liberal para permanecer en un cínico castillismo, representando un serio escollo subjetivo y orgánico hacia un sector movilizado de las masas que repudia las peores fuerzas reaccionarias representadas en el Congreso, pero que no alcanzó a comprender toda la dimensión reaccionaria del Gobierno. Aquellas cúpulas tardaron quince meses en deslizar alguna crítica al Ejecutivo y aun así continuaron movilizándose en su defensa. Las pretensiones golpistas fascistoides fueron usadas como pretexto para mantener al movimiento obrero y popular condenado a la derrota permanente frente a la burguesía y sus patrones transnacionales”, expresa el comunicado de Revolución Permanente.

Este lunes se reportaron bloqueos, movilizaciones y enfrentamientos en muchas regiones del país contra las fuerzas represoras. Los asesinatos de dos jóvenes manifestantes han generado el repudio popular y en consecuencia se espera mayor masividad en las concentraciones programadas para esta semana. 

Arde Perú