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Una tragedia sobre la mesa del G-20 en Seúl

La crisis económica se habrá llevado por delante en unos años la vida de 265.000 niños. Sin embargo, si la economía se estanca, esa cifra se podría elevar hasta 1,2 millones, según advierte la ONG de protección de la infancia Save the Children.

NUEVATRIBUNA.ES / L.M.– 11.11.2010

 Los expertos auguran graves dificultades en el seno del G-20 para lograr que las principales economías del mundo sellen acuerdos que les permitan coordinar su respuesta a la crisis. Todos quieren crecer. Y cada uno tiene en casa sus propios problemas. Estados Unidos, que no tiene dificultad para financiarse, debe crecer a toda costa para lograr dominar su desconocida tasa de paro. Por su parte, Alemania aboga por consolidar su presupuesto, obligado por unos mercados que dudan de la viabilidad de la zona euro. Mientras, India y China se preocupan por alimentar a la mitad de la población del planeta. Un mundo multipolar que debe evitar “correr hacia el abismo” de la salvación a costa del vecino.

 Tras el fracaso de la fase preparatoria, los líderes mundiales abordan este jueves en Seúl, a partir de las once de la noche hora española, la hasta el momento última cumbre del G-20 dedicada a la recuperación económica. En esta ocasión, las principales economías del mundo se hallan embarcadas en una guerra de divisas, emprendida para ganar competitividad, aunque sea a costa del vecino. Un camino muy peligroso, que agravó en 1929 la Gran Depresión, y contra el cual advertía hoy el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. "No se debe buscar el crecimiento para el beneficio propio a expensas de los demás. Esto llevaría a una carrera hacia el abismo” advirtió el portugués, tras instar al G-20 a “evitar que esto ocurra".

 Sin embargo, los expertos ven difícil que los países resistan la tentación de hacer la guerra por su cuenta. En primer lugar, Estados Unidos, cuyo presidente, Barack Obama acude a la Cumbre tras perder las legislativas en su país, necesita crecer para lograr reducir deuda, déficit y, sobre todo, el paro, que afecta a casi un 10 por ciento de su población activa. Por eso, no extrañaría que Estados Unidos utilizase medidas “poco ortodoxas”, según advierte el economista español Valentín Pich, a fin de lograr reducir el desempleo aun al precio de empobrecer a sus vecinos.

 Alemania y Reino Unido, que han protestado por la puesta en circulación en EEUU de 600.000 millones de dólares -por el efecto devaluador sobre la moneda norteamericana- se hallan alarmados ante la posibilidad de ver sus exportaciones menguadas. Un euro más caro, o una libra más cara, dificultan vender fuera. Y todos señalan en el exterior el camino para consolidar la recuperación económica.

 Expertos consultados por el BCE mejoraron hoy sus previsiones de crecimiento para la zona Euro. Según sus predicciones, la economía en la Eurozona crecerá un 1,6 por ciento en 2010, por encima del 1,1 previsto inicialmente; y un 1,5 por ciento en 2011, superior al 1,4 por ciento anterior. Sin embargo, en Europa las campanas doblan por Irlanda, el antiguo milagro económico, y hoy acosado por el déficit, la deuda y los malhadados mercados, que le cobran un dineral por refinanciar sus préstamos. La tensión ha vuelto a alcanzar a España. Y también a Portugal. En el caso español, el país ha entrado en la lista de los diez países con mayor riesgo emisor, aunque sea en el volatil mercado de los seguros frente a impago o CDS.

 Mientras tanto, China mejoró sus calificaciones crediticias, que otorga la agencia Moody's. La calificadora de riesgos concede un Aa3 al país Chino, aunque, atención, advierte de posibles debilidades en el sistema financiero chino por culpa del 'ladrillo'.

 Así, mientras los expertos consultados por el BCE alertaban de los riesgos para Europa derivados de un bajo crecimiento en EEUU y los emergentes, Save the Children avisaba de los peligros de la falta de crecimiento. Según la organización preocupada por el bienestar de los menores, un total de 265.000 niños habrán muerto en 2015 a consecuencia de esta crisis. Sin embargo, si el crecimiento se estanca, advertía la organización, morirán muchos más. Alrededor de 1,2 millones de niños. Esas cifras son las que deberían figurar esta noche sobre la mesa inaugural del G-20 en Seúl.

Una tragedia sobre la mesa del G-20 en Seúl