martes. 16.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES 17.11.2009

Son los últimos coletazos de un culebrón que lleva un año poniendo en brete la estabilidad de la cuarta entidad financiera del país. Cuando todo parecía encauzado tras el acuerdo para que Rodrigo Rato sustituya a Miguel Blesa al frente de Caja Madrid, aún permanecen activos los rescoldos de la batalla por el poder en la entidad financiera.

Y es que la titular del Juzgado número 60 de Madrid, Inmaculada Vacas, decidió este martes no admitir a trámite “por un defecto de forma” el escrito que presentó el Ayuntamiento de la capital para desistir del recurso presentado por el reparto de consejeros cedidos por la Casa Real. La Junta del Gobierno del consistorio acordó el pasado jueves retirar dicha demanda para desbloquear el proceso pero la decisión de la magistrada mantendrá el bloqueo hasta que el ayuntamiento “subsane” el expediente.

Aunque el desenlace será cuestión de días no deja de ser una circunstancia más que entorpece las gestiones que entre bastidores está llevando a cabo Rato. El ex gerente del Fondo Monetario Internacional ha mantenido en lo últimos días contactos con todas las partes implicadas con el fin de lograr un acuerdo unánime sobre la renovación de cargos de representación de la Caja.

EL PP VALENCIANO SALE A ESCENA

Pero si la decisión de la jueza alargará aún más el final consensuado, toda vez que Alberto Ruiz-Gallardón, tiene el compromiso de Rato de mantener una representación adecuada en la entidad financiera, otras voces han surgido en las últimas horas para echar más leña al fuego.

Nos referimos a las declaraciones del vicepresidente del Gobierno de la Generalitat Valenciana, Gerardo Camps, denunciando “presiones” por parte del Banco de España para una “fusión virtual” (fusionándose pero respetándose sus personalidades jurídicas) entre Caja Madrid y Caja del Mediterráneo además de “alguna otra caja”. ¿A qué tipo de presiones de refiere?

Parece claro que Caja Madrid no escapa al proceso de fusión y reordenación de las cajas de ahorro españolas puesto sobre la mesa por el propio gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Sin embargo, la denuncia hecha por el PP de Valencia deja de nuevo en el aire muchas incógnitas.

El ‘número do’ de Francisco Camps no se ha limitado a desvelar la intención de MAFO (por todos conocida) sino que además ha lanzado una advertencia en el sentido de que la Comunidad Valenciana no va a consentir presiones de una u otra parte.

“El Consell velará por que la decisión de las cajas valencianas esté libre de toda presión externa, venga de quien venga y venga de donde venga”, dijo Gerardo Camps, quien recordó que la ‘fusión virtual’ (SIP) “está contemplada, y además es perceptora de fondos también del Fondo de Reordenación de Organización Bancaria (FROB), como lo pueden ser las fusiones de carácter intrarregional”.

El SIP –reveló- significa que “parte de las competencias que ahora tienen se ceden ya a lo que es un organismo que está por encima de las decisiones que se puedan tomar por cada una de las cajas de ahorro”.

Vistas así las cosas, la batalla en Caja Madrid puede quedarse en anécdota en el maremagno que supondrá el proceso de reestructuración del sistema bancario español, sobre todo en las cajas de ahorro, hasta ahora tuteladas por las Comunidades Autónomas.

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