sábado. 27.04.2024
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Se está aprovechando la crisis para hacer contrabando ideológico

La Escuela Julián Besteiro de UGT inició en el día de ayer el ciclo “Diálogos en la Besteiro” con la intervención del expresidente del Gobierno, Felipe González, y del periodista Iñaki Gabilondo, que puso sobre la mesa cuestiones claves del modelo político, económico y social derivado de la crisis y los pasos a seguir para poder salir de ella con alternativas de futuro.

En este sentido, Felipe González manifestó la necesidad de revolucionar las expectativas en las que se está produciendo la confrontación entre un modelo conservador, “que domina la escena, a pesar de que la crisis es una crisis del propio modelo conservador”, y un modelo de economía globalizada.

Desde 2010 “el 40% del PIB mundial es de China y el 15% de la India, mientras que Europa solo aporta el 1,5% y así seguirá en los próximos años. La distribución de la crisis ha sido muy desigual, la riqueza se ha quedado en pocas manos y estamos destruyendo un modelo de cohesión social que ahora, en Sudamérica, están peleando por construir”.

Durante el encuentro, se resaltó cómo en Europa la respuesta de la crisis está siendo resistencial y no de alternativas, “y así no se puede restaurar el modelo social que existía antes. Se está aprovechando la crisis para hacer contrabando ideológico, con un desmantelamiento de los servicios públicos que no los abarata, sino que los encarece”, aseguró González.

Además, señaló que Europa “es un museo de cómo vivir bien y de cosas fantásticas, pero no es un laboratorio de buenas ideas. La unión económica y monetaria que firmamos hace 20 años no se ha desarrollado, y el proceso de unión bancaria avanza homeopáticamente con el aplauso de la gente que lo traga todo”.

“Ésta es una crisis de verdad en la que Europa pierde relevancia y no se enfrenta para buscar una salida. No vamos hacia la unión política, sino que estamos en un espacio público compartido y no hay un proveedor de bienes públicos que regule ese espacio compartido. Tenemos una crisis de referentes, se han perdido los que teníamos en el ordenamiento político, económico, social y hasta en el religioso”, manifestó.

En este sentido, consideró que si desapareciese Europa, “la pérdida de relevancia de España en el concierto mundial sería ilimitada. Pero la Unión Europea no puede existir como está, a la pata coja y arrastrándose. Si no reacciona, la crisis se agravará para todos los países, incluida Alemania”.

Proponer un reparto del tiempo de trabajo disponible dando oportunidades de trabajo a todos

Cuando se tienen seis millones de parados se tiene la fuerza suficiente para no tolerar que nos tomen el pelo

En relación a la recesión actual, Felipe González resaltó, ante los que aseguran que ya hemos tocado fondo, que “estar en el fondo de la crisis no es lo mismo que empezar a salir. Japón estuvo 17 años en el fondo de la crisis hasta que empezó a salir, y España no aguantaría tantos años en el pozo”.

“Tenemos que prepararnos para proponer un reparto del tiempo de trabajo disponible, coherente para competir en la globalización, para que quepan los jóvenes y los parados de larga duración, y eso se consigue dando oportunidades de trabajo a todos”.

“Hay que aprovechar el talento de la gente para la innovación, con el fin de producir más cantidad y más calidad. Lo poco que innovábamos nos lo estamos cargando, como en la sanidad o la industria. Tenemos que ser innovadores en todos los sectores de actividad”.

“Pero no tenemos una cultura innovadora y el talento que tenemos se machaca y se tiene que ir fuera. Debemos plantarnos y construir otras alternativas, porque cuando se tienen seis millones de parados se tiene la fuerza suficiente para no tolerar que nos tomen el pelo”.

Con Cataluña, tiene que quedar claro lo que puede estar y lo que no, en el compromiso de que no se fracture nuestro país

El ex presidente del Gobierno se pronunció también sobre la situación en Cataluña, considerando que “tiene que quedar claro lo que puede estar y lo que no, en el compromiso de que no se fracture este país. Para mí la independencia de Cataluña es un imposible, y galopar hacia lo imposible puede provocar que caminemos hacia una fractura económica, política y social que nos costará 20 años recuperar”.

En este sentido, resaltó que “crear una nueva frontera empobrecería a Cataluña y al resto de España” y manifestó que “los mismos que estaban en contra de la Constitución hace 35 años la tienen ahora como las tablas de la ley”.

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