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NUEVATRIBUNA.ES -25.03.2009

“En medio de la catástrofe, comenzamos a advertir signos los primeros rayos de luz”, afirma este miércoles el ex ministro español Manuel Pimentel acerca de la situación económica. En su columna en el diario Cinco Días, y entre los factores que invitan al optimismo, Pimentel cita la recuperación de algunos indicadores claves en la actividad de los Estados Unidos, como son la mejoría en el índice de viviendas iniciadas, junto a una inesperada recuperación en el consumo de las familias. Según Pimentel, estos indicadores han mejorado la percepción de los analistas acerca de una posible recuperación económica, que también ha repercutido en las Bolsas de todo el mundo, animadas por las palabras del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien predijo esta semana que la reactivación de la economía estadounidense llegará este mismo año, si antes se logra estabilizar la arquitectura financiera.

Sin embargo, hasta ahora, la pugna por rehabilitar el sistema financiero ha chocado frontalmente con la dificultad a la hora de limpiar de activos tóxicos los balances de los bancos, pese a que ya han transcurrido dieciocho meses desde el inicio de la crisis. Ante esta situación, al presidente Barack Obama no le ha quedado más remedio que articular un plan de recompra de estos activos, muy criticado por algunas voces como la de Paul Krugman, el último premio Nobel de economía, quien ha dudado de la eficacia de este plan y ha reprochado al presidente americano el elevado coste que tendrá para el contribuyente, que en total podría superar el billón de dólares.

En España, las ayudas a la banca también han generado polémica. Aquí, el Estado se ha limitado hasta el momento a ofrecer avales y comprar activos sanos, lo que no supone un coste para el contribuyente. Sin embargo, el propio sector, en boca del presidente de BBVA, Francisco González, ponía el martes el grito en el cielo en contra de la política comercial de uno de los competidores que sí han recibido ayudas en forma de capitalización, como el banco holandés ING. González clamó contra la agresiva campaña del banco ‘naranja’, que ofrece ventajas a sus clientes, después de aceptar las ayudas del Estado holandés. El presidente del BBVA se ha sumado así a las quejas del sector español, que viene denunciando la distorsión a la competencia que las ayudas públicas introducen en el mercado financiero, algo que ING-España descartó tras negar haber recibido un solo céntimo de las ayudas holandesas.

De momento, la banca continúa en el centro de la polémica. Y así seguirá hasta que la deseada recuperación reactive mercados que hoy permanecen paralizados, como el mercado mayorista ‘interbancario’, según constató ayer el presidente del ICO, Aurelio Martínez, quien, sin embargo, advirtió de que nos encontramos en una fase de “lenta normalización” de los mercados financieros, a consecuencia de las medidas tomadas por los gobiernos de todo el mundo tras la quiebra de Lehman Brothers.

Nadie sabe cuanto durará esta leve mejoría. Sin embargo, hasta las deterioradas cuentas públicas se benefician del receso en la caída. El optimismo se ha extendido como un linimento sobre la herida que abrió la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s (S&P) en las finanzas españolas cuando rebajó en enero el ‘rating’ del Reino de España. Sin embargo, en las últimas sesiones, los inversores han desoído las recomendaciones de S&P y están aplicando un seguro de impago (CDS) sobre los bonos españoles que ayer marcó el mínimo de 99,7 puntos básicos, después de haber llegado a 170 puntos básicos el pasado 17 de febrero.

Además, el margen entre el rendimiento de los bonos españoles y los alemanes a diez años también se ha estrechado. El martes se redujo hasta los 99 puntos básicos, después de que el mes pasado llegara hasta los 128 puntos básicos. Con ello, la rentabilidad de los títulos españoles marcó ayer el 4,13 por ciento, lo que significa que España tiene que pagar menos que hace un mes para conseguir financiación, en comparación con el bono alemán.

Sin embargo, lejos de ser un camino de rosas, el presidente Obama explicó que el trecho por recorrer es largo y difícil hasta que los Estados Unidos consigan salir de la primera crisis del capitalismo global, algo que se considera imprescindible para que economías como la española remonten. Obama, tras hacer una nueva llamada a la unidad, insistió en la necesidad de endeudarse ahora para poder invertir en sectores como la educación, la energía limpia y las infraestructuras. Además, el recién elegido presidente americano reafirmó su intención de dar carpetazo a una etapa que ha estado marcada por el gasto y el préstamo, para inaugurar una nueva era basada en el ahorro y la inversión.

Los bancos, en el ojo del huracán