martes. 19.03.2024
España deja de recaudar 90.000 millones anuales

Lista negra, lista gris y justicia fiscal

Xavier Caño Tamayo | Los paraísos fiscales, que sería más adecuado denominar 'guaridas fiscales', privan cada año a Estados del mundo de miles de millones de dólares de impuestos no recaudados por fraude fiscal.

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Campaña de Oxfam contra la evasión fiscal | Foto: Oxfam Intermon

En la lista negra están los estados y territorios que no colaboran para que se paguen los impuestos que se deben y en la gris están los países que se comprometen a mejorar sus leyes fiscales y aceptan que la Unión Europea supervise sus sistemas fiscales

Los paraísos fiscales, que sería más adecuado denominar 'guaridas fiscales', privan cada año a Estados del mundo de miles de millones de dólares de impuestos no recaudados por fraude fiscal. Según reconoce la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la evasión de impuestos es causa de que en España se dejen de recaudar 90.000 millones de euros anuales por tributos varios que deberían abonar los poseedores de grandes fortunas, las grandes empresas y las corporaciones. Pero el fraude fiscal no es posible sin guaridas fiscales, conocidas también como 'paraísos fiscales'. 

Esa desposesión y mengua de las arcas públicas, por culpa de las guaridas fiscales, agravan la desigualdad y aumentan la pobreza, que normalmente ya genera el neoliberalismo. Esa depreciación fiscal ha empujado a la Unión Europea a elaborar una lista negra de países que no cooperan en fiscalidad. En realidad esos países o territorios son cómplices necesarios de la evasión de impuestos.

La Unión Europea publicó por vez primera una lista negra de paraísos fiscales en diciembre de 2017. Poco antes se habían conocido numerosos escándalos de evasión de impuestos y elusión fiscal por el trabajo del consorcio de periodistas de investigación que filtraron a medios de información millones de archivos informáticos con irregularidades y fraudes fiscales con nombres y apellidos. Escándalos  conocidos por los Papeles de Panamá, LuxLeaks y Papeles del Paraíso. Desde entonces la Unión Europea elabora dos listas por una mejor fiscalidad: una negra y otra gris. En la lista negra están los estados y territorios que no colaboran para que se paguen los impuestos que se deben y en la gris están los países que se comprometen a mejorar sus leyes fiscales y aceptan que la Unión Europea supervise sus sistemas fiscales.

Entrar y salir de listas negras

La Unión Europea ha aumentado la lista negra a 15 países o territorios que no cooperan en fiscalidad, eufemismo de guaridas fiscales, antes paraísos fiscales. Pero también ha sacado de su lista negra a 8 territorios que se han comprometido a cumplir las peticiones fiscales de la UE. El 23 de enero de 2018, el Consejo Europeo acordó sacar de la lista negra a Barbados, Granada, la República de Corea, Macao, Mongolia, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos que pasaron a la lista gris de países y territorios que aceptan la supervisión de sus leyes fiscales y dicen estar dispuestos a acometer reformas fiscales. 

En la lista negra continúsn nueve territorios que son verdaderas guaridas para la evasión fiscal y el blanqueo de dinero sucio en grandes cantidades. Esos territorios son Samoa Americana, Baréin, Guam, Islas Marshall, Namibia, Palaos, Santa Lucía y Trinidad-Tobago. Las guaridas fiscales mas perjudiciales para las arcas de los Estados son Bahamas, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Guernsey, Hong Kong, Isla de Man, Jersey y Panamá. A las que añadir dos potencias económicas demasiado poderosas para que acepten estar en una lista negra donde realmente deberían estar: Suiza y EEUU. 

Las trampas y vericuetos de la banca suiza para impedir la transparencia fiscal, previa al justo pago de impuestos, han sido desvelados por el economista Gabriel Zucman en su obra La riqueza oculta de las naciones. Por su parte en EEUU, implacables con los defraudadores fiscales nacionales, hay estados que son verdaderas guaridas fiscales cuyas leyes permiten a empresas extranjeras librarse de pagar impuestos. En Dakota del Sur hay depositados fideicomisos por valor de 226.000 millones de dólares. Y en la misma dirección de Wilmington, capital del Estado de Delaware, en un edificio de tres plantas hay registradas unas 285.000 empresas que tienen su sede fiscal en el 1209 de North Orange Street, donde deben estar tan apretadas como en el camarote de los hermanos Marx. Por cierto es la misma dirección de empresas propiedad de Hillary Clinton y Donald Trump. Otros estados americanos que son paraísos fiscales son Nevada, Montana y Wyoming.

Las grandes empresas del mundo triplicaron y más en términos reales sus beneficios netos, pasando de 2 billones de dólares en 1980 a 7 billones de dólares en 2013; un aumento del 350%

Aumentan los beneficios, pero no el pago de impuestos

Según el FMI y la OCDE, las guaridas fiscales permiten la evasión fiscal, promueven una desaforada especulación, facilitan el contagio de crisis financieras y fomentan el crimen organizado y el narcotráfico, al ocultar sus beneficios y fortunas, facilitando también la financiación del terrorismo. 

En las últimas décadas, los impuestos que pagan las grandes empresas al Estado se han reducido en muy gran medida por la competividad fiscal entre algunos estados. Hay datos esclarecedores del retroceso fiscal en los últimos treinta años, porque el principal objetivo de la contraofensiva conservadora, que empezaron Reagan y Thatcher en los 80, ha sido y es que las grandes fortunas y grandes empresas paguen cuantos menos impuestos, mejor. 

La realidad es que las grandes empresas del mundo triplicaron y más en términos reales sus beneficios netos, pasando de 2 billones de dólares en 1980 a 7 billones de dólares en 2013; un aumento del 350%. Pero las guaridas fiscales y los países de intermediación financiera de beneficios han impedido, con ocultaciones y trampas, que ese enorme aumento de beneficios empresariales fuera también de pago de más impuestos por ganancias. 

Oxfam señala que para que una lista negra de paraísos fiscales haga avanzar la justicia fiscal ha de incluir esos territorios intermedios que aceptan ser país de paso de beneficios generados en otros Estados. Así lo hace Bermudas, guarida fiscal al que la corporación Google transfirió 23.000 millones de dólares de beneficios para finalmente apenas pagar impuestos. La transferencia millonaria de beneficios a guaridas fiscales, pasando antes por otro territorio, es una de las trampas para evadir impuestos o que éstos sean ridículos. Si la UE quiere impedir el fraude fiscal al por mayor, ha de perseguir las transferencias de beneficios por países intermedios como Holanda, Irlanda, Luxemburgo, Hong Kong y Singapur. Guaridas fiscales intermedias que reciben más del 85% de transferencias de beneficios del mundo. 

Aunque las presiones de la UE han logrado que unos 40 países eliminen un centenar de prácticas fiscales nocivas, como zonas económicas especiales donde las empresas extranjeras no pagan impuestos, hoy no parece haber suficiente voluntad política para reducir de verdad el fraude y la elusión fiscales. Lo demuestra que haya paraísos fiscales en el corazón mismo de la Unión Europea. Según Oxfam, al menos cinco países de la UE incumplen los criterios fiscales de la propia Unión y deberían estar en la lista negra: Chipre, Irlanda, Luxemburgo, Malta y Holanda. 

Fiscalidad suficiente contra la desigualdad y la pobreza

La UE debería endurecer los criterios para no estar en la lista negra, además de supervisar  la eliminación de prácticas fiscales perjudiciales con guaridas fiscales de por medio. También debería imponer fuertes sanciones a países y territorios que no tomen medidas contra el fraude y la elusión fiscales. Estar en la lista negra debería perjudicar de tal modo a quienes están en ella que disuadiera de recurrrir a paraísos fiscales y países intermedios para evadir impuestos.

En 2014, un estudio del FMI demostró que los 'países en desarrollo' son tres veces más vulnerables al fraude y elusión fiscales y una investigación de la ONU muestra que, cuanto más pobre es un país, más probable es que las empresas en él instaladas saquen sus beneficios fuera del país y los envíen a territorios fiscalmente complacientes para no pagar impuestos o que éstos sean simbólicos. Un cálculo moderado apunta a que los países en desarrollo pierden unos 100.000 millones anuales de dólares por evasión o elusión de impuestos utilizando guaridas fiscales. Con ese dinero se proporcionaría educación a 125 millones de niños de esos países sin escolarizar o se financiaría una atención sanitaria pública que salvaría la vida de 6 millones de niños y niñas. Pero según Action Aid, la pérdida sería mayor, unos 138.000 millones de dólares por ventajas y beneficios fiscales a grandes empresas, agujeros legales en la fiscalidad y evasión fiscal pura y dura.

Un sistema fiscal justo, progresivo y suficiente es una buena herramienta para redistribuir la riqueza y proporcionar recursos públicos para desarrollar políticas sociales, reducir la desigualdad y favorecer a la población más desfavorecida para que salga de la pobreza.

Lista negra, lista gris y justicia fiscal