sábado. 27.04.2024

La tasa Tobin contra la pobreza hace recelar a los ministros europeos

L.M.
Los ministros de Economía se inclinan por descartar su implantación ante el rechazo de EEUU. Los Veintisiete estudian si deben aplicarse nuevas reformas laborales y de las pensiones. Y discrepan sobre el fondo de rescate.
NUEVATRIBUNA.ES - 30.09.2010

En cuestión de finanzas, la lentitud de las reformas contrasta con la velocidad a que el capital se desplaza por todo el mundo. Nadie quiere perder su parte del pastel. Los Gobiernos europeos, reunidos hoy en Bruselas, estudian cómo colgar al gato nada menos que tres cascabeles. Para aliviar la pobreza, por un lado, la tasa Tobin; para evitar que otro desastre pagado con fondos públicos, un fondo de rescate; y, por último, el nuevo collarín que impone Basilea III.

Respecto a la tasa Tobin, el rechazo de EEUU despierta recelos sobre su eficacia entre los Veintisiete. Por eso, los ministros de Economía descartan por el momento aplicar esta tasa, que serviría de linimento contra la pobreza, y que encontró en Sarkozy y Zapatero algunos defensores, eso sí, en el etéreo marco de la ONU. Para Salgado, la tasa Tobin puede provocar deslocalizaciones, esto es, que los bancos se muden a lugares menos fríos en materia de regulaciones.

Más posibilidades tiene de salir adelante la segunda propuesta, una tasa que libere a los Estados de pagar los platos rotos del desastre financiero. Los Veintisiete están de acuerdo en eso. Pero discrepan sobre la forma que debería tomar el corsé que embutirá a la banca europea tras la debacle subprime. Alemania quiere rellenar con esa liquidez un fondo de resolución, mientras que España y Francia preferirían inyectar esos recursos directamente en los Presupuestos nacionales.

Por último, el Ecofin examinará en su cita hasta el viernes qué consecuencias tendrá la cataplasma de Basilea sobre las maltrechas entidades financieras europeas. Los acuerdos de Basilea III obligan a la banca a atesorar más capital y guardarlo en una caja en forma de reservas. El negocio disminuye y los Veintisiete quieren saber cómo va a afectar esto, en época de vacas flacas para el crédito.

Ahora bien, los Veintisiete no quieren que al cambiar la jaula se escape el loro, huyendo de la nueva regulación. “Existe el riesgo potencial de crear un nuevo sistema bancario en la sombra y de transferir una peligrosa cantidad de riesgo fuera del sector financiero regulado”, reza el documento de trabajo que tienen hasta el viernes sobre la mesa los ministros europeos de economía.

Además, los Veintisiete examinarán cómo marchan las obras del nuevo edificio supervisor de las finanzas europeas, compuesto por tres organismos. Así, la nueva autoridad bancaria tendrá un presupuesto de 12,5 millones de euros en 2011 y una plantilla de de 47 personas; la bursátil funcionará con 14,1 millones y 54 personas; y la de seguros contará con 10,5 millones y 47 trabajadores. España aportará 1,7 millones de euros extra.

Por último, aunque no menos importante, los Veintisiete discutirán sobre qué reformas se precisan para completar el ajuste iniciado tras la ‘crisis de las deudas’, e insistirán en la urgencia de reformas laborales y reformas de las pensiones. También prepararán las próximas reuniones del G-20 y del FMI.

La tasa Tobin contra la pobreza hace recelar a los ministros europeos