viernes. 29.03.2024

La reforma laboral, estancada pese al maratón de reuniones

La reunión que ha mantenido hoy el Gobierno con los agentes sociales para desbloquearla ha terminado sin avances. Corbacho, Toxo, Méndez y Díaz Ferrán se han levantado de la mesa sin acercar posturas pero con el propósito de seguir negociando a lo largo del fin de semana. Aunque todo hace pensar que la negociación se prolongará más allá del lunes, el plazo dado inicialmente por el Ejecutivo para cerrar un acuerdo.
NUEVATRIBUNA.ES - 29.5.2010

Contratación -flexibilidad y el contrato de fomento del empleo con una indemnización de 33 días- y rebaja de cotizaciones sociales son los grandes escollos que separan a sindicatos y empresarios y los que han impedido hasta ahora que se acerquen posiciones. Aún así, los sindicatos siguen dispuestos a la negociación y mantienen la voluntad de llegar a un acuerdo, aunque las dudas sobre la posibilidad de consenso aumentan ante la falta de cambios en las posiciones de los empresarios. Lo que más temen es que la reforma derive en un abaratamiento del despido al incrementar los motivos para el procedente, es decir, el que no obliga a indemnizar. De producirse, CC. OO. y UGT ya han advertido que irán a una huelga general.

Los contactos seguirán este fin de semana, ya sean telefónicos o con nuevas reuniones, y servirán al Gobierno para analizar si sindicatos y empresarios van a ser capaces de entenderse o si, por el contrario, la reforma laboral tendrá que hacerse por decreto. En el encuentro de hoy han participado el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

El lunes termina oficialmente el plazo dado por el Gobierno a los agentes sociales para que alcancen un acuerdo. Pero parece que si las cosas siguen como hasta ahora, el Ejecutivo no tendría inconveniente en alargar unos días más las conversaciones, siempre y cuando el diálogo no se eternice y no se extienda hasta bien entrado junio. La vicepresidente primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ya admitió el viernes esta posibilidad en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, cuando también dijo que se agotarán todas las posibilidades y se apurará todo lo necesario para lograr el consenso porque esa es "la mejor vía". También el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, habló de la posibilidad de que las negociaciones se prolongaran durante la próxima semana.

A los sindicatos no les importa seguir negociando esta semana o incluso alguna más si eso les conduce a un buen acuerdo, pero la CEOE tiene un gran interés en que se respete el plazo del lunes 31 que se estableció en un principio. El motivo es muy sencillo: una vez que el Gobierno ha anunciado su intención de hacer la reforma vía 'decretazo' si los agentes sociales no llegan a un acuerdo, los empresarios prefieren dejar en sus manos la 'papeleta' de tener que imponer lo que el mundo del trabajo seguramente verá como un nuevo recorte de derechos sociales.

EL GOBIERNO "VA A SUDAR LA CAMISETA"

De momento, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha comprometido este sábado "todos los esfuerzos" del Gobierno central, que "va a sudar la camiseta" con el objetivo de "convencer" a empresarios y sindicatos y lograr una reforma laboral "acordada", que considera "necesaria e imprescindible".

Blanco ha dibujado el papel del Ejecutivo en torno a dos conceptos. El primero es que "en ningún caso va a abdicar de su responsabilidad en este momento". Y el segundo que, de optar por la vía del 'decretazo', daría a conocer el texto a las fuerzas políticas "para acordarlo con ellas y en su caso aprobarlo en el Parlamento".

Otras fuentes señalan que, si hay acuerdo antes del lunes, el Gobierno necesitará unos días para ponerlo por escrito y darle forma legislativa, con lo que la fecha más probable que baraja el Ejecutivo para el paso de una reforma laboral pactada por el Consejo de Ministros sería el 11 de junio.

La reforma laboral, estancada pese al maratón de reuniones