jueves. 25.04.2024

La posthuelga aguarda la salida de Díaz Ferrán

LUIS MARTÍNEZ
La huelga general ha dividido en dos sectores la izquierda y deja un escenario con dos conflictos fundamentales: las pensiones y la reforma de la negociación colectiva. Mientras, en la sede de CEOE, el líder de la patronal aguarda impaciente el finiquito.
NUEVATRIBUNA.ES 30.09.2010

Tras la guerra de cifras, la huelga general deja un escenario con dos conflictos fundamentales: las pensiones y la reforma de la negociación colectiva. La cortina de la participación trata de maquillar el músculo de obreros y patrones, los dos artistas principales que han optado por librar esta guerra de cifras. El otro actor principal, el Gobierno, se mantiene al margen, consciente de lo estéril de la discusión, al menos para sus intereses inmediatos.

Cándido Méndez y María Teresa Fernández de la Vega escenificaron hoy el estado de la cuestión. Reunidos por la Ser, el líder de UGT y la Vicepresidenta recordaron las diferencias que los unen, como el agua y el aceite, separados tan solo por la película de la huelga. Arriba, el aceite sindical reclama una rectificación. Abajo, el agua del Gobierno, agitado por el mar de fondo que hoy Moody’s, la agencia de calificación, embraveció aún más al rebajar el rating de la deuda española y del fondo de rescate financiero.

La huelga general ha dividido en dos sectores a la izquierda, necesitados de aquel “cariño” que reclamara Zapatero en el Congreso de UGT, tanto como del voto diario que vitamine y mineralice el resto de la legislatura. Sin embargo, el Presidente sabe que no puede rectificar en cuestiones laborales, tan bien como los sindicatos lo saben. La única opción pasa por pactar algún refuerzo de los Servicios Públicos de Empleo, ahora que España, desfondada, se preocupa por formar a sus parados. Ambos saben que la rama de los reglamentos no torcerá el árbol de la reforma, que no da otra sombra que el despido.

Y, hablando de despidos, quizás el más importante en estos momentos sea el de uno de los actores principales que han participado en la tragedia del hundimiento del mercado laboral español, gestada en aquellos años alegres del champán inmobiliario y del crédito fácil. Se trata del despido de Gerardo Díaz Ferrán, viejo lobo del mar de la concesión estatal, agente turístico de los derechos laborales en Viajes Marsans y mantenedor de salarios en el aire en Air Comet. Este hombre –cuya labor la ex ministra Matilde Fernández motejó de “desgracia para todos” - aguarda impaciente el finiquito, sumergido en la oscuridad de la cúpula empresarial. Quizás, confían algunos ilusos, su salida sirva para que empresarios y sindicatos tomen conciencia de la gravedad de la situación y encaren con valentía, generosidad y decisión la reforma de la negociación colectiva.

La posthuelga aguarda la salida de Díaz Ferrán