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NUEVATRIBUNA.ES - 25.03.2009

Han sido necesarios muchos meses y más de un millón de parados para que la televisión pública se decidiera al fin a reunir a los principales actores que intervienen en uno de los principales debates abiertos en torno a la crisis. Al final, el formato elegido resultó inadecuado por su corta duración, una hora y media escasa que impidió ver un debate a fondo entre las posiciones de cada uno de los invitados que acudieron al oportuno programa de Televisión Española sobre las recetas para superar el bache económico. Sin embargo, el debate fue una gran ocasión para ver actuar a los primeros espadas del Diálogo Social sobre asuntos tan en boga como la competitividad de las empresas españolas, el abaratamiento del despido o el absoluto consenso en la necesidad de mejorar el sistema educativo de nuestro país.

La crisis económica y sus posibles soluciones enfrentó ayer ante las cámaras de Televisión Española al ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, el portavoz de economía del Partido Popular, Cristóbal Montoro, los secretarios generales del sindicato UGT, Cándido Méndez, y el de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, y a los presidentes de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y el de Cepyme, Jesús Barcenas.

Las señales de mejoría económica avistadas por el presidente norteamericano Barack Obama sirvieron para expresar uno de los pocos consensos que dejó el debate de anoche. A pesar del origen internacional de la crisis, todos insistieron en que la crisis en España tiene sus propias razones.

Los mayores encontronazos no vinieron del lado político, bastante apagado, sino de los agentes sociales. Empresarios y sindicatos dejaron ayer claro que sus diferencias son amplias y profundas. Tanto en cuanto al diagnóstico de la crisis, como a las medidas que se deben tomar.

Gerardo Díaz Ferrán insistió en la necesidad que tienen las empresas de ganar competitividad. Y explicó que, ya que no se puede devaluar la moneda, las compañías deben abaratar los costes. Por ello, pidió la rebaja de las cuotas que pagan las empresas a la Seguridad Social, que ahora se sitúan un 5 por ciento por encima de la media europea. Y pidió una nueva rebaja del Impuesto de Sociedades.

Inmediatamente, Ignacio Fernández Toxo acusó al líder empresarial de “utilizar datos parciales” y reclamó la necesidad de comparar la fiscalidad de los socios europeos en su conjunto. Si se toma esa visión general, la fiscalidad europea resulta mucho más elevada, afirmó, tras alertar de los riesgos de bajar las cuotas para el sistema de Seguridad Social.

Por su parte, el líder de UGT, Cándido Méndez, al situar los orígenes de la crisis española, comparó la gestión del gobierno ‘popular’ de José María Aznar con el modelo del ex presidente de EEUU, George W. Bush, y calificó la política durante la “minicrisis” de 2001-02 de “absolutamente equivocada”, en referencia a una serie de conflictos sociales, sin olvidar la Ley del Suelo de 1998, que, según Méndez, “alimentó la especulación” en materia de vivienda. “Hay que intentar lo que nunca se intentó”, dijo, antes de descalificar las medidas propuestas por los empresarios porque cercenan la confianza de las familias y de las empresas, dijo.

Por su parte, Cristóbal Montoro reaccionó sorprendido a las acusaciones del líder ugetista y se entabló con él en una disputa sobre la responsabilidad del PP en la creación de empleo indefinido a partir de la firma del Diálogo Social de 1997. “Ustedes pasaban por allí”, le espetó Méndez, al recordar este pacto bipartito entre los empresarios y los sindicatos.

En general, Montoro estuvo incómodo en un debate donde el Gobierno se libró de recibir las mayores tortas. “Veo que la mesa está conmigo”, llegó a decir tras escuchar las diatribas de Méndez contra la política del gobierno ‘popular’.

En cuanto al Ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, su discurso se ajustó a una lección muy bien aprendida. La crisis tiene un origen mundial. Y no dejaremos que los más perjudicados sean los más débiles.

Corbacho incluso se permitió recriminar la falta de apoyo de la oposición del Gobierno, al final del programa, cuando se pulsó la oportunidad de un gran pacto a la manera de los Pactos de la Moncloa de 1977.

El Partido Popular rechazó de plano un pacto con el Gobierno y afirmó que el papel de la oposición es presentar alternativas y no “ser corresponsable” de las políticas del Ejecutivo. “No se puede pedir a la oposición otra cosa que medidas concretas” afirmó Montoro, quien de paso reclamó una bajada de impuestos de un 5 por ciento para las pequeñas y medianas empresas (‘pymes’).

Corbacho aprovechó el momento y reclamó el apoyo del PP a seis medidas concretas que el Gobierno llevará hoy jueves al Congreso, mientras Montoro rechazó convalidar esas medidas que son, dijo, “una tirita” que apenas contribuye a solucionar la crisis.

ABARATAR EL DESPIDO

La polémica sobre el despido acaparó buena parte del debate de ayer, programado en hora de máxima audiencia por Televisión Española.

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, negó que su organización pretenda abaratar el despido. Según el empresario, la pretensión de la patronal es respetar los contratos de aquellos trabajadores que tienen estipulada una indemnización de 45 días por año trabajado con un límite de 42 meses, y crear un nuevo contrato con sólo 20 días de indemnización y un máximo de 12 meses, que serviría para convertir en fijos al 33 por ciento de los trabajadores españoles, que hoy tienen un contrato temporal, además de utilizarse en las nuevas contrataciones.

“Pues para eso no contéis con nosotros”, le espetó el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, quien negó que esa sea la verdadera intención de la patronal y se refirió a que, en realidad, la patronal pretende acabar con la tutela judicial en caso de despido y menoscabar otros derechos de los trabajadores. “En España es muy fácil despedir”, insistió Toxo, al referirse al alto índice de temporalidad. “Lo único que se lograría con ese contrato es incrementar mucho más el paro en nuestro país”, remachó.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, reclamó que se hable de costes laborales y no de costes de despido. En este caso, añadió, “los costes laborales en España son muy bajos”, djo. “En este aspecto España es un país muy competitivo”.

Además, Méndez afirmó que el origen de la crisis española está en su modelo productivo, no en el mercado laboral. “No oculten su miedo a la banca” tras la petición de reforma del mercado laboral, añadió.

Por su parte, Díaz Ferrán contraatacó la postura sindical apoyándose en los informes del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, del gobernador del Banco de España, de la Comunidad Económica Europea y de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), organizaciones que han recomendado a España realizar una “reforma a fondo” del mercado laboral, dijo.

“No hay mejor labor social que la creación de un puesto de trabajo”, afirmó Díaz Ferrán, en coincidencia con la postura que más tarde expresó el portavoz ‘popular’ Cristóbal Montoro. “Lo social es crear empleo”, dijo.

Por último, en lo relativo a la financiación, el ministro Corbacho admitió que las líneas del ICO están tardando en llevar el crédito a las familias, los autónomos y las empresas, aunque enmarcó esa tardanza en medio de una crisis que avanza a la “velocidad de un huracán”, dijo.

En este punto, Montoro acusó al Gobierno de estar “estrangulando” la financiación de las empresas por culpa de las emisiones de deuda, que acaparan la inversión de las entidades financieras y privan de recursos a las empresas y a las familias.

Asimismo, el portavoz ‘popular’ rechazó que se repitan los citados Pactos de la Moncloa al recordar que sólo dieron fruto cuando, diez años después, se instrumentaron políticas concretaas. “Es tiempo de políticas concretas”, insistió.

Gobierno y oposición rechazan de plano un pacto para luchar contra la crisis