En un principio, estaba previsto que este extenso documento viera la luz este otoño pero el adelanto electoral de los comicios ha obligado a posponerlo. Las fuentes consultadas creen que previsiblemente será presentado en el mes de diciembre.
Este informe fue encargado por el propio Mariano Rajoy para buscar soluciones ante el elevado gasto farmacéutico que está lastrando las cuentas de las comunidades autónomas. Este verano se conocieron datos que desvelan que la deuda en sanidad supera los nueve mil millones. Además, los hospitales deben 5.200 millones en medicamentos y varias autonomías tardan más de 600 días en pagar los medicamentos que dispensan desde los hospitales.
El documento que está elaborando FAES pretende ofrecer fórmulas para paliar estos problemas, con el objetivo de reducir el gasto público farmacéutico, ya que es muy alto el coste que representa el gasto en farmacia en los Presupuestos.
Además, parte de ese gasto no contribuye a mejorar la salud porque en muchas ocasiones hay abuso de uso de los medicamentos por parte de los ciudadanos y una práctica que hay que analizar para corregir "ese mal uso del dinero público", según las fuentes consultadas.
Por eso, este informe abarcará temas muy diversos, desde la vertiente presupuestaria, pasando por la relación de la industria con los médicos o el uso de los genéricos. También se analizará, entre otras cuestiones, el modelo de las oficinas de farmacia (actualmente es régimen de monopolio y se comparará con el modelo navarro, que ha optado por la apertura de farmacias), los pacientes crónicos, los modelos de hospitales o la atención sociosanitaria.
TAMBIÉN ANALIZARÁ EL COPAGO EN OTROS PAÍSES
La Fundación FAES también analizará los mecanismos de racionalidad han aplicado otros países de la UE que implican copago. Eso sí, las fuentes consultadas hacen hincapié en que eso no quiere decir que ese análisis se convierta después en una propuesta que vaya a aplicar el PP en el Gobierno. Hasta ahora, el Partido Popular se ha mostrado en contra de aplicar el copago para financiar la sanidad.
Según las fuentes consultadas, se trata de comparar otros modelos como el de Francia, Alemania o Italia porque han conseguido reducir el gasto farmacéutico sin que suponga que los ciudadanos tengan peor salud o peor servicio.
