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NUEVATRIBUNA.ES- 31.03.2010

La situación de Díaz Ferrán ha llegado a los calendarios. Nueve azafatas de Air Comet –la aerolínea quebrada propiedad del jefe de la patronal- han decidido retratarse en pelotas (en cueros, para los puristas) para “seguir dando a conocer su situación” y reclamar una “solución” a sus problemas de impago. Les deben nueve nóminas. Igual que a parte de los trabajadores del líder empresarial, que hace unos días respiraban aliviados por poder cobrar el paro.

La desnudez de las azafatas de Gerardo Díaz Ferrán nos recuerda el espesor de los ropajes bajo los cuales se esconde el jefe de CEOE. Que su situación está amortizada, es algo que pocos discuten en la propia patronal. Que resistirá como pueda, algunos también lo dan por hecho, aquellos que añaden que el empresario no pretende otra cosa que lograr ventajas personales por parte del Gobierno, que lo estaría manteniendo con vida para no estropear el Diálogo Social.

Así, el empresario que ha logrado literalmente desnudar a sus trabajadores, levanta suspicacias allá por donde pasa. Le recuerdan el préstamo de 26 millones de Caja Madrid –la caja de la cual fue consejero-; la ayuda pública con destino incierto en Aerolíneas Argentinas; cuestionan su visión empresarial cuando encargó aviones en diciembre de 2007 –un semestre después de iniciarse la crisis-. Pero sobre todo, y muy especialmente, dudan de su lealtad y de la oportunidad de su papel, como interlocutor en el diálogo social.

Esta difícil cuestión se ventila ahora en el tejado de la patronal, en las azoteas que Gerardo, como le reprochan sus críticos, ha alicatado de amigos y parientes, apoyándose a veces en el poder más local. En esa tesitura, algunos recordarán la labor de Cuevas que, aun sin ser empresario, dirigió la patronal hacia el entendimiento con los trabajadores. Evaluarán y verán que la llegada al poder por primera vez de un empresario en la CEOE se salda hasta la fecha con un rotundo y sonoro fracaso. Quizás debamos esperar; incluso hasta contemplar, cómo, igual que los neoyorquinos tras el 11-M reclamaron Estados Unidos, fuera de Nueva York en sus pancartas, una manifestación de empresarios cruza la CEOE, al grito de: “Empresarios, fuera de la patronal”.

Entonces tal vez Díaz Ferrán decida retirarse. Quizás a su mansión de Calviá. Y allí, calendario en mano, podrá tal vez recordar sus fugaces días al frente de la patronal.

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El calendario de Díaz Ferrán