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NUEVATRIBUNA.ES / L.M. - 13.03.2009

Un nuevo frente se le abre al Gobierno en el campo económico. La industria del automóvil exigió el viernes al presidente Zapatero que releve a su ministro de Industria Miguel Sebastián de su papel de interlocutor con el sector, después de las “veladas amenazas” proferidas, según la patronal, por el ministro el martes en el Congreso, donde Sebastián rechazó conceder nuevas ayudas a la automoción.

“No contemplamos que el Ejecutivo no atienda estas medidas”, dijo hoy un muy crecido Gerardo Díaz Ferrán , que encabezó una rueda de prensa en la que los presidentes de las once patronales que agrupan a 83.000 empresas ligadas al automóvil, exigieron un nuevo plan de ayudas al Gobierno de Zapatero.

El órdago costaría 560 millones de euros. Y le ha llegado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en forma de carta, en cuyo remite figuran los 600.000 trabajadores directos y los 2,5 millones de indirectos del sector, cuyos puestos de trabajo peligran a causa de la caída de las ventas de vehículos.

En la misiva, los del automóvil agradecen las ayudas prestadas, aquellos 800 millones del plan de competitividad, aunque advierten de que “no son suficientes” para reactivar el sector que en este momento mantiene a más de 200.000 empleados enredados en la tela de araña de los expedientes de regulación de empleo (ERE). Temporales, de momento...

El sector cifra su salvación en la venta de 150.000 vehículos adicionales este año. Para ello, le pide al Gobierno que emplee esos 560 millones en subvencionar la compra de turismos (con 1.200 euros), vehículos industriales ligeros (3.000 euros) y pesados (12.000 euros), a cambio de enviar al chatarrero vehículos con más de diez años de antigüedad.

La automoción ha pensado además en las economías menos pudientes, y solicita al Gobierno que subvencione también la compra de vehículos usados con menos de cinco años de antigüedad.

En total, pretenden vender 120.000 vehículos nuevos y 30.000 usados. Con ello se generarían ingresos fiscales por valor de 223 millones de euros en el año previsto de vigencia del plan. Y un ahorro inducido de otros 2.200 millones de euros al año, por los gastos asociados a los accidentes que supuestamente se evitarían al contar los coches nuevos con mejores medidas de seguridad.

SEBASTIÁN SE NIEGA

La crisis ha servido para reunir hoy por primera vez a los ‘Once del Automóvil’ (un compendio de patronales que agrupa a comercializadores, trasportistas, fabricantes, importadores y toda una serie de industrias auxiliares), quienes, tras agradecer al Gobierno la ayuda prestada hasta ahora, animaron al presidente Zapatero a “llevar las riendas” de las ayudas al sector.

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, desautorizaba así el papel jugado por Miguel Sebastián al frente del Ministerio de Industria, quien esta semana negó al secto nuevas ayudas cuando intervino en la comisión de industria del Congreso de los Diputados. “El sector no depende sólo de Sebastián. Hay más ministerios implicados”, añadió Díaz Ferrán, por si hubiera dudas.

Además, la patronal se encargó de desmentir la afirmación del ministro que, en esa comisión, puso en duda la eficacia de las ayudas directas a la compra al referirse al caso italiano. Al contrario, en Italia, donde el Estado subvenciona con 1.500 euros la compra de vehículos con “una especie de plan VIVE”, informó hoy la patronal, las ayudas han marcado un punto de inflexión y desde el día 11 de febrero, fecha de su entrada en vigor, la caída de las ventas se ha atenuado, agregaron los empresarios españoles.

El sector también rechazó otro de los argumentos esgrimidos por Sebastián quien el martes afirmó en el Congreso que “España es el país que más ha ayudado al automóvil”, al tiempo que animó a los compradores de vehículos a aprovechar el plan VIVE, que financia parte de la compra a un interés cero, cuyos fondos podrían agotarse en el mes de julio, dijo. “No sé si España es el país que más ayudas ha dado. Pero sí sé que son insuficientes”, replicó hoy Díaz Ferrán.

Finalmente, el sector expuso con patetismo cuál es su situación, en una crisis que dejará sin vender un millón y medio de coches cuando transcurran dos años desde el inicio de la crisis. “Los coches en ‘stock’ se venderán”, dijo el presidente de las industrias de componentes José María Puyol. “Las casas en ‘stock’ al final también se venderán”, añadió. “Pero las industrias que han costado sesenta años de trabajo� simplemente desaparecerán”, sentenció.

Por último, el sector ha comunicado al Gobierno la necesidad de dotar al sector de liquidez ante los problemas financieros que arrastran las empresas y los particulares, a la hora de financiar la compra de vehículos.

El automóvil "pasa" de Sebastián y exige a Zapatero que "tome las riendas"