martes. 19.03.2024
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Con la estructura y las competencias de la plantilla actual resulta muy complicado llevar a cabo los planes de Hacienda para combatir el fraude

La plantilla de funcionarios de la AEAT debe reforzarse, puesto que este año ocupará el último lugar en la Unión Europea en las ratios de efectivos del control tributario utilizados por la OCDE. No obstante, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019 recoge un ligero aumento de apenas 387 personas, por lo que a final de año alcanzarán los 25.916 empleados.

De esta forma, España sufre una brecha de 25.504 empleados menos que la media ponderada de Europa. En otras palabras, cuenta con 24.712 efectivos menos para luchar directamente contra la economía sumergida y otras 792 personas menos de apoyo. O, lo que es lo mismo, sólo un trabajador por cada 2.836 ciudadanos, frente a la media europea, según la cual cada empleado controla a menos de la mitad de ciudadanos.

Pues bien, la consecuencia de este desequilibrio de las plantillas es que España sufre más del doble de economía sumergida que los países de nuestro entorno, a lo que también contribuye la actual política de traslados y de progresión profesional y la confusa delimitación de responsabilidades. Y es que con la estructura y las competencias de la plantilla actual resulta muy complicado llevar a cabo los planes de Hacienda para combatir el fraude con garantías.

Para incrementar la eficacia de la AEAT e impedir injerencias políticas y económicas en las actuaciones de los funcionarios, sería necesaria una organización más plana y un mayor reparto de poder y capacidad de decisión. Ello a su vez serviría para mejorar los resultados de la lucha contra el fraude, recaudar hasta 40.000 millones de euros a medio plazo y reducir ese 25% al que, prácticamente, asciende la economía sumergida en España.

Esta batalla lleva librándose varias décadas y los resultados no son nada halagüeños. Así, salvo que se refuerce el control, resultará muy complicado impulsar el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales con los asistentes virtuales y la nueva estrategia frente a los nuevos empresarios y profesionales que recoge el Plan de Control Tributario 2019.

Un plan, por cierto, que rompe con la línea continuista seguida por sus precedentes para empezar a focalizarse en el fraude que cometen las grandes empresas y patrimonios, a cuya vigilancia -hasta la fecha- sólo se ha destinado un 20% de los efectivos de la AEAT, dedicándose el 80% restante a poner la lupa sobre las pymes y autónomos. De ahí la relevancia de la creación de la Unidad de Control de Patrimonios Relevantes, una de las principales novedades que resalta entre las directrices publicadas el pasado jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Finalmente, si bien es cierto que el nuevo Plan de Control Tributario se desmarca de los anteriores, también es verdad que sigue sin concretar los medios personales mediante los que se lograrán los objetivos que en él se plasman. Unos medios que deberían reforzarse para atajar el fraude, reducir la economía sumergida y, a fin de cuentas, aumentar la recaudación del Estado.

gestha200

Carlos Cruzado

Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

¿Por qué debe reforzarse la plantilla de la AEAT?