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NUEVATRIBUNA.ES - 14.04.2010

El mercado laboral se encuentra en una fase de “transición”, tal y como hoy aseguró Celestino Corbacho. Para el ministro de Trabajo, España tiene un “problema endémico” de desempleo que nada tiene que ver con la crisis mundial.

Este cambio de rumbo en el discurso oficial tiene que ver, sin duda, con la presentación del último documento sobre la reforma laboral presentado este lunes por el Gobierno. Un documento que, para el líder de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, tiene un “tufillo” a abaratamiento del despido. Una visión compartida por el PP, cuyo portavoz en el Congreso en materia laboral, José Ignacio Echaniz, criticó hoy con ironía la “lección de congruencia” del Ejecutivo en el espinoso asunto de la rebaja de los costes laborales.

El ministro de Trabajo se ha mostrado dispuesto a “aligerar el coste de las empresas” para evitar que una nueva crisis se cebe “tan directamente” en el empleo como lo ha hecho la actual. Así, la temporalidad –y ya no sólo el endeble modelo productivo español- se ha colado, en medio de un fuego cruzado de titulares, en el debate sobre la reforma del mercado laboral español.

“Hemos debatido poco sobre la reforma laboral”, asegura Florentino Felgueroso, economista asociado a Fedea, el grupo de economistas promotor del contrato único a través del conocido Manifiesto de los Cien, cuyas propuestas son tachadas de “neoliberales” en algunos sectores de la izquierda.

Felgueroso, que asegura que “no se ha avanzado nada” en los casi dos años transcurridos desde la firma que inauguró la ronda del Diálogo Social Reforzado en verano de 2008, censuró hoy la falta de concreción del último documento presentado por el Gobierno. Aun así, el economista aplaude que el Ejecutivo reconozca al fin que las indemnizaciones por despido son “elevadas” en España, dice, comparadas con las del resto de países de la OCDE.

Sin embargo, el economista augura que la presente ronda negociadora no resolverá nada, al eludir el problema de la ‘dualidad’ entre contratados fijos y temporales, el más grave, según su percepción, y para cuya resolución el Ejecutivo correría el riesgo de enfrentarse a una huelga general, una situación a la que no ha sobrevivido ningún gobierno que haya intentado imponer una reforma laboral no consensuada. En los intentos anteriores, dos gobiernos de signo diferente perdieron las elecciones tras sendos paros generales motivados por tentativas de reforma, recuerda.

Ante este panorama, el llamado modelo austriaco supone un rayo de esperanza en el encapotado cielo del mercado laboral español. Este sistema –una suerte de fondo que sustituiría a las actuales indemnizaciones por despido- permitiría, según Felgueroso, estimular la movilidad voluntaria de los trabajadores, revitalizar el mercado de capitales y reforzar el sistema de pensiones.

Sin embargo, la implantación en España de este sistema requeriría un largo período de negociaciones, al igual que sucedió en Austria en 2003, cuando empresarios y sindicatos recogieron el guante del gobierno y decidieron dar carpetazo al sistema de indemnizaciones vigente hasta entonces.

La complejidad técnica que exige el desarrollo del modelo austriaco va en contra de la pretensión del Gobierno español, que desea cerrar acuerdos, si no en abril, como se señaló en un principio, sí al menos antes del verano. En cambio, a favor de este modelo juega la posición anunciada por Comisiones Obreras partidaria de posponer la discusión sobre contratación y aprobar ahora algunas medidas “urgentes”, entre ellas un plan de empleo juvenil, reorientar el programa de bonificaciones e implantar en España el llamado método alemán de reducción subvencionada de la jornada en empresas con dificultades.

Sin embargo, los economistas de Fedea han alertado contra el uso de las bonificaciones en la contratación de jóvenes, ya que estimulan “el abandono escolar” y no ayudan a corregir a la baja los salarios de los jóvenes, algo que, a su juicio, necesita la economía española, la única entre los países desarrollados que no dispone de un salario mínimo específico para los jóvenes, más bajo que el de los ‘adultos’.

Por su parte, la patronal CEOE eludió hoy “valorar positivamente” el último documento presentado por el Gobierno, y alertó contra un posible incremento de los costes laborales asociado a la adopción en España del modelo austriaco. A juicio del presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, “en España tenemos los costes de Seguridad Social más altos” de los países de nuestro entorno. Aun así, Ferrán se mostró dispuesto a “estudiar con detenimiento” el modelo austriaco, siempre que no suponga “elevar más los costes de las empresas para que sean más competitivas y creen empleo”.

Corbacho admite que el paro es un "problema endémico" y no derivado de la crisis...