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NUEVATRIBUNA.ES - 04.12.2009

Caja Madrid vuelve a situarse en el ojo del huracán. Tras la pelea por el control de sus órganos rectores, la intención de la Caja de vender parte de sus oficinas a sus propios empleados ha despertado los recelos tanto del Gobierno como de una parte de los sindicatos con representación en la Caja, que alertaron hoy sobre los riesgos de esta operación que colocaría en manos de sus trabajadores -a través de su fondo de pensiones- un lote de 158 sucursales valorada en 165 millones de euros.

Tras la experiencia vivida en otras entidades, Caja Madrid ha decidido lanzar una oferta bajo de la fórmula de sale & lease back mediante la cual la entidad colocaría parte de sus oficinas -que seguiría utilizando como inquilina- a cambio de liquidez con que afrontar la mala época que atraviesa el sector financiero, y en particular, el de las cajas de ahorros.

Caja Madrid, a diferencia de otras operaciones similares en el sector – por parte de Santander, BBVA o Caixa Galicia, entre otros- pretende con esta operación inmobiliaria ceder la propiedad de sus oficinas a sus propios empleados, que financiarían la operación con cargo a su fondo de pensiones y que pasarían así a ser los ‘caseros’ de su propio patrono por un plazo no inferior a 25 años, ampliable a 45 años.

La oferta lanzada por la caja madrileña ha disparado las alarmas en el seno del Gobierno, según UGT, el sindicato que asegura que la Dirección General de Seguros, el órgano gubernamental encargado de velar por la buena gestión de los planes de pensiones, “no ve bien” la operación, según aseguraron hoy a nuevatribuna.es en estas fuentes.

Según UGT, en caso de prosperar la operación, Caja Madrid se vería obligada a ceder “a la competencia” la Depositaría del fondo de pensiones de sus empleados, tal y como le ha exigido el Gobierno a través de una cláusula que en el sindicato califican como “muy dura”.

Para el sindicato, la oferta lanzada por la entidad pone en riesgo un 25 por ciento de ingresos de sus empleados dependientes de este fondo de pensiones y obligaría incluso a revisar la política de inversiones de la cartera –que, por otra parte, añade UGT, goza de una rentabilidad muy inferior a la del resto de los fondos que gestiona la caja.

SATURACIÓN INMOBILIARIA

Por otro lado, UGT duda de que la rentabilidad ofrecida por la Caja a sus empleados -de un 6 por ciento anual más IPC, se sustente bases reales, ya que el mercado está saturado de locales comerciales de este tipo, a consecuencia de las múltiples operaciones llevadas a cabo en este sentido en los últimos tiempos.

“Es previsible” que las tasaciones de los inmuebles en venta “sean inferiores” respecto a la valoración inicial “al tener tanta ponderación en su cartera”, lo que afectaría “negativamente” al VLP (la rentabilidad del fondo), añade.

Además, según UGT, la entidad vería deteriorada su imagen en caso de llevar a cabo la operación ya que, asegura, “la mayoría de nuestros clientes verían la operación como un préstamo hipotecario de los empleados a su entidad, como si Caja Madrid no fuera capaz de encontrar en el mercado compradores para sus sucursales”.

Caja Madrid podría obtener el visto bueno a la operación en unas semanas debido a que, de los tres sindicatos que componen la comisión de control, tan solo UGT se ha opuesto a ella, mientras que, según el sindicato, tanto Comisiones Obreras como Accam –los otros dos sindicatos con representación en este órgano- ven con buenos ojos la oferta de la entidad financiera.

Los planes de pensiones de empleo son sistemas colectivos de previsión social en los que el promotor es una empresa o empresario, encargado de constituir el plan a favor de sus empleados, participes del plan.

Caja Madrid tendrá que ceder el control de su fondo de pensiones para empleados