viernes. 29.03.2024
CÓMO SE PAGAN LOS HOSPITALES EN MADRID

Aguirre inventa la caja B sanitaria

El Gobierno regional de Esperanza Aguirre aprueba inyecciones millonarias a favor de hospitales privados de la red pública. Los fondos adicionales disparan hasta un 45 por ciento el presupuesto aprobado en la Asamblea de Madrid.

Es muy difícil averiguar cuánto cuesta la sanidad pública en la Comunidad de Madrid. El Gobierno regional presidido por Esperanza Aguirre impulsó un modelo mixto, donde conviven varios modelos de gestión: hospitales públicos y otros privados que se pagan con fondos públicos. Una argucia contable dificulta aún más esta labor. El Gobierno regional ha aprobado una nueva inyección de fondos destinados a estos hospitales de la red pública de gestión privada. En concreto, la Fundación Jiménez Díaz y el Hospital de Valdemoro, dos centros gestionados por Capio, una multinacional sueca. Fruto de estas inyecciones -sin justificación conocida- el presupuesto de ambos centros se ha disparado hasta un 45 por ciento respecto al Presupuesto aprobado por el parlamento regional, la Asamblea de Madrid.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó el 3 de marzo la primera de estas inyecciones de fondos. Así el presupuesto de la Fundación Jiménez Díaz pasa de los 211 millones iniciales -que figuraban en los Presupuestos aprobados en diciembre- hasta los 307 millones, un 45 por ciento más. En Valdemoro, el presupuesto ‘salta’ de los iniciales 42 millones, hasta los 59 millones, un 40 por ciento más. En este último caso, el incremento se aprobó el 17 de marzo.

Aguirre mantiene desde hace varios años la doble contabilidad del presupuesto sanitario. En concreto, en el caso de la Fundación Jiménez Díaz, la inyección adicional de fondos se remonta a 2007, cuando entró en vigor un concierto singular que rubricaron el 28 de diciembre de 2006 el Servicio Madrileño de Salud y la Unión Temporal de Empresas que es titular del centro. Este concierto, que tiene carácter de convenio marco, recoge unas cláusulas adicionales que dejan las manos libres para elevar la asignación a las empresas privadas en función de variables de tipo sanitario y “de cualquier otra índole”, según reza el documento.

Fuentes consultadas aseguran que el pacto de Aguirre ofrece una posición de dominio a la multinacional sueca Capio. Por su complejidad, los concursos de construcción y gestión de hospitales son accesibles sólo para unas pocas empresas de gran envergadura. En la Comunidad de Madrid, Capio ha logrado acumular varios de estos hospitales. Y, añaden estas fuentes, está logrando inflar los precios de los servicios sanitarios que presta. En este sentido, los sindicatos han denunciado el incremento del coste de las camas de gestión privada respecto a las de gestión íntegramente pública.

Además, la doble inyección financiera hurta el debate sobre los costes sanitarios que tendría que realizarse en el Parlamento regional. Y sirve también para maquillar el Presupuesto. Técnicamente, es posible decir que el presupuesto de la Fundación Jiménez Díaz está congelado. Nada más lejos de la realidad, que indica que este año ha crecido un 6,6 por ciento, una vez sumadas estas inyecciones adicionales. Una cifra que se dispara hasta el 16,3 por ciento en el caso de Valdemoro. Además, las inyecciones adicionales no consolidan en los presupuestos. Así que el año próximo, los números públicos parten de la misma casilla.

Aguirre inventa la caja B sanitaria