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NUEVATRIBUNA.ES- 09.06.2010

La tormenta que se abate sobre Europa ha resucitado una vieja discusión en torno a la moneda única. La supervivencia de Euro fue puesta en cuestión ayer por la agencia de calificación Moody´s, para quien ya no es absurdo hablar del fin del Euro. Todo indica que, a raíz de las dificultades en Grecia, Portugal y también en España, la Unión Europea se ha visto obligada a replantearse su futuro. A buen seguro, la crisis supondrá un antes y un después en la historia de la vieja Europa, y en su aspiración a formar un solo país que responda a la hegemonía de Estados Unidos.

Los euroescépticos se han apuntado un tanto al conocer la respuesta de la Unión Europea (UE) a la crisis económica. Según asegura Pierre Cailleteau, responsable de deuda soberana de Moody’s, Europa no ha sabido responder unida a las dificultades económicas. Con sus críticas, Cailleteau reaviva una antigua polémica en torno a la conveniencia de que los europeos compartan moneda. Una discusión en la que han terciado economistas españoles, y hasta el mismísimo Paul Krugman, premio Nobel de Economía, siguiendo la estela de Robert Mundell y su Teoría de las áreas monetarias óptimas, de 1961.

Para Krugman, Europa erró al adoptar el Euro en 1999. En su opinión, los quince países que hoy conforman la Eurozona no forman un área lo suficientemente integrada como para poder compartir moneda sin arriesgarse a graves problemas. Así lo pone de manifiesto, por ejemplo, la actual tasa de paro, advierte el premio Nobel. A diferencia de Estados Unidos, donde los trabajadores se desplazan de uno a otro Estado cuando detectan oportunidades, en Europa, a causa de diferencias lingüísticas y culturales, el fenómeno no se repite.

Sin ir más lejos, en el caso español, la movilidad de los trabajadores también constituye un problema, como demuestra la diferencia entre el paro de las regiones más ricas (6%) y las más pobres (más de un 20%). Además, según Krugman, Europa necesita también un Gobierno federal con más poder y el suficiente dinero como para influir en los países que precisen ayuda, mediante un presupuesto centralizado.

La crisis ha revelado además algunos males que están relacionados con la adopción de la moneda única. El mercado laboral español ha ‘escupido’ en menos de dos años a más de dos millones de trabajadores. La violencia del fenómeno se relaciona con la moneda única y, en concreto, con la imposibilidad de devaluar la moneda, que ahora está en manos del Banco Central Europeo (BCE). Esta carencia, y la imposibilidad de fijar los tipos de interés, perjudica a las exportaciones españolas y, según algunos experto, obliga a rebajar salarios y costes, a fin de lograr algo parecido a lo que se consigue con una devaluación de la moneda.

En cambio, otros expertos niegan que la adopción del Euro haya supuesto una pérdida de competitividad para España. El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, rechaza en esta línea las tesis de Krugman y, por el contrario, asegura que las exportaciones se han comportado de manera excelente durante la crisis, lo que demuestra la flexibilidad de la economía española.

Díez admite que la inflación ha crecido un 30 por ciento en España desde 1999, frente al 10 por ciento de Alemania. Sin embargo, el economista asegura que buena parte de ese diferencial, que perjudica la competitividad, se explica por los beneficios empresariales, y no los salarios. En su opinión, los salarios “no están muy alejados de su paridad internacional”, asegura en su blog.

ESPAÑA NO ES FLORIDA

Díez se muestra incluso optimista al afirmar que la productividad española “ha explotado en 2008 y 2009” y culpa al boom inmobiliario de los años en que este indicador clave tuvo un nulo crecimiento. Ahora, en plena crisis, la salud de las exportaciones denota, a su juicio, que la industria española “ha sabido sobrevivir” pese a las subidas “mayores” de salarios, respecto a sus competidores. Eso explica que España apenas haya perdido cuota exportadora en esta crisis, pese a la potencia de la economía china.

Por último, el economista español rechaza que España sea la Florida europea, tal y como sostiene Paul Krugman. Así, mientras Florida cuenta con apenas 16 millones de habitantes y es un caso único de especialización económica, con el turismo, España casi triplica esa población y su economía está mucho más diversificada. Además, a juicio de Díez, España supo aprovechar los años de bonanza previos a la crisis, al invertir en torno a un 3,5 por ciento de su PIB, “como la hormiga de la fábula”, en capitalizar su economía, al contrario que el Reino Unido, continúa, que fue en este sentido la “cigarra”, con una débil tasa de inversión y un elevado déficit público en la época de ‘vacas gordas’.

¿SOBREVIVIRÁ EL EURO?

Con todo, las tensiones financieras muestran que los inversores han detectado que algo no marcha bien en Europa. La caída del Euro en su cotización frente al dólar refleja parte de esa la inquietud por las ‘asimetrías’ que sufren entre sí los miembros del selecto club europeo.

En opinión de algunos, Europa necesita una armonización fiscal. Según sostiene Antonio Mora, economista y colaborador de este diario, el Euro precisa que todos los países tengan igual carga impositiva, en función de su PIB. Por otro lado, Mora defiende también la creación de un sistema bancario público que tenga “poder anticíclico” para combatir la ausencia de crédito en épocas de carestía. Además, en su opinión, el BCE debería comprar la deuda de los Estados en los mercados primarios.

“El Euro podrá resistir”, advierte Alfredo Bachiller, profesor de Economía en la Universidad de Zaragoza. A pesar de las actuales dificultades, en su opinión, la Eurozona logrará salir adelante. Aunque, para su supervivencia, añade, ayudaría que Bruselas ganara competencias a la hora de vigilar los presupuestos nacionales. “Hemos hecho hasta ahora la mitad de lo que se necesita”, asegura, tras recordar que, en los Estados Unidos, el Gobierno federal tiene capacidad para intervenir en las cuentas de los Estados.

Un 15 por ciento de los inversores apuestan por que España tendrá que salir del Euro, según una encuesta publicada esta semana por Bloomberg. Una opinión “algo exagerada”, en opinión de Iván Sanfélix, especialista de Renta 4, quien destaca la propensión de los mercados a radicalizar sus opiniones.

¿Sobrevivirá el euro?