viernes. 29.03.2024

"Simples leyes de aritmética" obligan a abaratar el despido

L.M.
Lo dice la CEOE, que culpa a los salarios de la brutal destrucción de empleo, en vísperas de que se reanude el diálogo social con la reforma laboral sobre la mesa. Toxo quiere acabar con los convenios provinciales. El Gobierno desvela el stock del paro.
> La CEOE desvía el foco de su presidente
NUEVATRIBUNA.ES - 19.01.2010

Son los salarios, y, en menor medida, los costes de despido –“brutales”, según los empresarios- los culpables del paro desatado en España. Quienes defiendan otra cosa defienden recetas que son “lo opuesto a la verdad”. “Simples leyes de la aritmética” llevan a España, en opinión de los empresarios, a reformar su mercado laboral. “Hechos innegables”, que abocan al país a abaratar el despido. Y quien los niegue, “está engañando a la sociedad”, según advirtió hoy el presidente de la Comisión de Economía de CEOE, José Luis Feito.

Los empresarios defendieron hoy su modelo de reforma laboral como paliativo contra la crisis y abogaron por desligar los salarios de la inflación, en el transcurso de unas jornadas que contaron también con la participación del líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, y del abogado experto en derecho laboral, Juan Antonio Sagardoy.

En su intervención, el representante de CEOE culpó hoy a los salarios y a su falta de flexibilidad para adaptarse a los ciclos económicos de la brutal destrucción de empleo que ha tenido lugar en España por la crisis. “Son los salarios”. “También los costes del despido”. “Pero lo fundamental son los salarios”, dijo Feito, tras lamentarse del funcionamiento del sistema que liga su crecimiento a la inflación.

El representante de la patronal ha dedicado turno a desmontar lo que calificó como “falacias” en torno al mercado laboral español, un “espécimen único” en el mundo –ha dicho-, cuyas características “vienen de muy lejos”, por lo que no se adaptan a la realidad económica actual.

En particular, Feito ha cargado contra el sistema de fijación de salarios que contempla el proceso de negociación colectiva. Este sistema provoca que los salarios suban a tasas mucho mayores que la de la inflación, “por imposición de los convenios colectivos”, ha dicho. En resumen, a su entender, la “perversión” mayor de nuestra normativa laboral es que “los costes laborales son totalmente insensibles al ciclo económico”.

Feito ha explicado que los salarios reales ha crecido en España un 2 por ciento en 2008 y un 4 por ciento en 2009, en un momento en que la crisis golpeaba duramente a las empresas. Después, ha ligado el incremento de los costes laborales con la intensa destrucción de empleo que se ha producido en España. Hasta el punto de fijar una fórmula que, según sus cálculos, explica la caída del empleo en función de la caída del PIB sumada a la subida de los salarios reales.

Posteriormente, Feito ha instado a quienes defienden el alza salarial como remedio para salir de la crisis a “enfrentarse a la realidad”. “Pero si eso ya lo hemos hecho”, ha exclamado, tras recordar la subida de salarios reales en España en los últimos dos años. “Su receta es lo opuesto a la verdad”, ha concluido.

Por otra parte, el representante de CEOE ha abogado además por suprimir las “rigideces” de la regulación sobre la jornada de trabajo y por abaratar los “brutales” costes de despido que, en su opinión, sufren las empresas españolas.

“Son las distorsiones del mercado de trabajo las que destruyen empleo”, explicó Feito. Y no el modelo productivo, continuó. Sin el ajuste de la construcción, “hubiéramos tenido exactamente la misma destrucción de empleo. Sólo que en otros sectores”, aventuró, tras recordar que en 1993, cuando la Construcción no estaba tan sobredimensionada, el paro alcanzó el 24 por ciento de la población activa.

TOXO PIDE SUPRIMIR CONVENIOS PROVINCIALES

Por su parte, el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, que también intervino en las jornadas, avanzó algunas novedades sobre las propuestas que el sindicato llevará a la mesa que este miércoles abre el gobierno con los empresarios y los sindicatos, tras el fracaso del diálogo social el pasado verano.

El líder de CCOO ha apostado por simplificar la negociación colectiva, que debe adaptarse a la realidad de cada empresa, ha dicho. En concreto, ha abogado por acabar con los convenios provinciales, aunque también advirtió de posibles resistencias en este proceso.

Respecto a un posible acuerdo con los empresarios, Toxo ha confiado en que “cosas que hay en el ambiente” no retrasen la llegada de acuerdos, unas palabras que se interpretan en alusión a la posición de debilidad que muchas voces atribuyen al presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, debido a sus problemas empresariales. Antes del 30 de enero, “estamos preparados para cerrar un acuerdo plurianual” de negociación colectiva, confió.

Toxo ha apostado por que los sindicatos “ganen presencia” en las empresas gracias a una modificación de la negociación colectiva, que debe permitir que este proceso “se especialice”, dijo, así como “priorizar la negociación en la empresa”. “Cada sector debe tener la posibilidad de acomodarse a la realidad”, concluyó.

Respecto a una posible supresión de los convenios provinciales, el líder de CCOO admitió que los convenios en este ámbito son una figura “superada por la realidad”. Pronosticó que nadie tiene porqué perder con su desaparición, aunque reconoció que habrá que vencer resistencias en pos de lograr su eliminación “gradual”.

Preguntado por las propuestas de CCOO sobre la temporalidad, Toxo eludió revelar detalles sobre una negociación que está en marcha, dijo. Sin embargo, adelantó que CCOO planteará reforzar los controles de legalidad que eviten abusos en este sentido, además de medidas específicas que beneficien a los jóvenes.

Por otro lado, Toxo insistió en que su sindicato está proponiendo una línea “muy consistente” de reformas en el ámbito laboral, que podrían incluir, dijo, cambios en el Título III del Estatuto de los Trabajadores. A pesar de ello, insistió en restar validez a la reforma laboral, y en especial, a un posible abaratamiento del despido, porque, dijo, “cuando contratan, las empresas no están pensando en cuánto les va a costar despedir”.

Finalmente abogó por restablecer los salarios de tramitación que el PP eliminó en 2002, y permitir además que los trabajadores decidan si se reincorporan a su empresa, en caso de despido improcedente.

SAGARDOY PIDE MEDIDAS URGENTES

Por su parte, el abogado y experto en derecho laboral, Juan Antonio Sagardoy, intervino también en las jornadas a fin de destacar, dijo, las tres grandes “perversiones” quesufre el mercado laboral español. Además, el abogado se mostró “convencido” de que “no se va a hacer” una reforma de la normativa de trabajo del calado que necesita España.

Sagardoy se confesó “estupefacto” ante el hecho de que, dos años después del inicio de la crisis, “nadie se ha sentado aún a decir qué hacemos”. Y abogó por un contrato de emergencia, que debería aplicarse de inmediato.

El abogado trazó un panorama en que las “posturas enquistadas” y la “falta de sentido común” impiden un acuerdo, que, a su juicio, debería ir “mucho más allá” del abaratamiento del despido. Además, propuso la creación de un fondo de garantía de despidos (FOGADES) que se nutra de aportaciones empresariales, que “daría mucha movilidad al mundo del trabajo” y permitiría que los trabajadores “no pierdan la antigüedad” tras ser despedidos.

Finalmente, el abogado apostó por un modelo de ‘flexiguridad’ como el de los países nórdicos, que combine la eficiencia económica con la protección al trabajador. Calificó además de “perversión” la afirmación de que los derechos de los trabajadores son “absolutamente intocables”. Y culpó a los empresarios de centrarse sólo en abaratar el despido.

“En España es muy difícil despedir”, añadió el abogado, quien sostiene que “a la larga esa protección lleva a la pérdida de puestos de trabajo”. A su juicio, “habría que reformar el despido objetivo”, continuó, debido a que, en la práctica, la forma utilizada para despedir en España es el despido improcedente.

Para Sagardoy, la flexiguridad “en absoluto es abaratar el despido”, sino poder contratar y despedir con facilidad, dedicar un “enorme” gasto a la formación continua de los trabajadores y dotarlos de protección por desempleo.

GRANADO EXPLICA EL STOCK DE PARO

Por su parte, el Secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, que cerró las jornadas, se negó en primer lugar a aclarar si el Gobierno mantiene su oferta a los empresarios de rebajar las cuotas a la Seguridad Social, tal como hizo en julio, cuando fracasó el diálogo social. En su lugar, el Gobierno remitirá esta propuesta al Pacto de Toledo.

Octavio Granado aclaró que el único margen posible tiene que ver con las cuotas de las Mutuas en este sentido, lo que supondría culminar la separación de fuentes de los ingresos de que se nutre la Seguridad Social.

Sin embargo, se mostró contrario a que los ingresos por IVA sirvan para sufragar las pensiones, tal y como demandan algunas voces. “Nuestro IVA ya paga la dependencia, la sanidad y los servicios sociales”, zanjó.

Por último, Granado calificó de “muy complicada” la situación del empleo en España para repasar a continuación las cifras de un paro ‘estructural’ que no descendió ni siquiera en la última época expansiva, cuando la tasa de desempleo no bajaba del 8 por ciento.

Granado ha explicado que medio millón de trabajadores del Régimen Especial Agrario (REASS) conforman un stock permanente en el desempleo, debido a que 850.000 trabajadores de este Régimen laboran entre 90 y 120 jornadas al año. Por otro lado, “decenas de miles” de personas –los prejubilados- engrosan también la lista del desempleo. Aparte, un millón de trabajadores –los fijos discontinuos- sólo trabajan entre 6 y 8 meses al año, en la hostelería y otros servicios ligados directamente al turismo.

Por último, Granado recordó que, en España, se obliga a los perceptores de diversas prestaciones sociales a apuntarse al paro, a diferencia de otros países, que dirigen las ayudas a quien no tiene dinero, no a quien está en el paro.

"Simples leyes de aritmética" obligan a abaratar el despido