viernes. 29.03.2024

Como sabemos, cada vez que el Gobierno presenta un presupuesto existen dos vertientes: una de ingresos y otra de gastos o, lo que es lo mismo, una de entradas y otra de salidas. La primera está destinada a sostener la segunda, y cuando esta previsión falla ya sabemos lo que pasa: que se produce déficit público y las consecuencias, con las políticas que se vienen aplicando desde mayo de 2010, se traducen en duros recortes del gasto, como los que llevamos soportando desde entonces.

Para rebajar ese exceso de gasto llamado déficit, el Ejecutivo aprobó en marzo de 2012 unos presupuestos que incluían unas medidas tributarias extraordinarias para aumentar los ingresos (es decir, por la vía de la recaudación de impuestos) en 12.314 millones de euros. El objetivo era bajar el déficit al 6,3% del PIB y, para conseguirlo, se tomaron varias medidas.

Entre ellas destaca la subida del IRPF aprobada a finales de 2011, que se estimó supondría una recaudación adicional de más de 4.000 millones o la tan conocida y polémica amnistía fiscal, que se encargaría de aportar otros 2.500 millones.

Pero lo cierto es que las cuentas no salieron como el Gobierno había planeado. El recrudecimiento de la recesión económica hizo necesario conseguir nuevos ingresos: esto provocó la temida e impopular subida del IVA que entró en vigor en septiembre de 2012 y, tal como anunciamos entonces, sus efectos no consiguieron que estas medidas especiales superaran el umbral de recaudación de 12.000 millones previstos en marzo.

En realidad los ingresos se quedaron en 11.237 millones, unos 1.000 millones menos, y eso que en el proyecto de presupuestos para 2012 no se contemplaba una subida del IVA. Los causantes de ese desfase fueron el estrepitoso fracaso de la amnistía fiscal y la menor recaudación por el Impuesto de la Renta, debido a los menores ingresos de los ciudadanos.

Por tanto, los Técnicos del Ministerio de Hacienda consideramos que el Gobierno se engaña a sí mismo cuando dice que se cumplieron las medidas tributarias aprobadas con carácter extraordinario para rebajar el déficit público, pues no sólo recaudaron menos de lo fijado en los presupuestos, sino que recaudaron menos incluso después de la subida del IVA.

Contesta Carlos Cruzado

Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

¿Por qué fallaron las subidas de impuestos extraordinarias para ajustar el déficit?