sábado. 20.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES -

La vida de Marcelino Camacho es un reflejo de la historia española desde los convulsos años 30. Militante comunista y fundador de Comisiones Obreras, Camacho pagó con el exilio y la cárcel su lucha política y sindical. Tras nueve años en prisión, con la llegada de la democracia fue indultado y dirigió el sindicato hasta 1987.

Nacido en Soria en 1918, Marcelino Camacho se afilió al PCE en 1935. Al estallar la Guerra Civil cortó las vías del tren para impedir el avance de las tropas franquistas y cruzó a pie la sierra madrileña para unirse a la resistencia organizada por la República en la capital española.

Condenado a trabajos forzados tras la derrota de la República fue enviado a un campo de concentración en la ciudad marroquí de Tánger de donde logró escapar para refugiarse en la argelina Orán. Casado con Josefina Samper en 1948, no pudo regresar a España hasta 1957 cuando recibió el indulto e ingresó como obrero metalúrgico en la fábrica de Perkins Hispania donde fue elegido miembro de comité de empresa.

La actividad sindical de Camacho se dirigirá entonces a la creación de Comisiones Obreras, junto a otros dirigentes sindicales como Julián Ariza. El éxito en la organización del movimiento sindical desembocó en una campaña de persecución por parte del régimen que declaró “subversivas e ilícitas” a las Comisiones Obreras en 1967.

La represión –que padecieron 9.000 sindicalistas condenados entre 1963 y 1967- terminó con Camacho y Ariza en la cárcel. Con la muerte de Franco, Camacho fue indultado tras nueve años en prisión y después de protagonizar el llamado ‘Proceso 1.001’, como se conoció al proceso judicial contra los militantes sindicales que se convirtió en 1973 en un símbolo mundial de la lucha por las libertades sindicales durante la dictadura franquista.

En 1976, Marcelino Camacho resulta elegido secretario general de Comisiones Obreras. Un año después gana un escaño de diputado por Madrid en las listas del Partido Comunista de España (PCE). Dos años después renuncia a su escaño para evitar votar a favor de unos cambios laborales apoyados por el PCE.

Como dirigente de Comisiones Obreras permaneció al frente del sindicato hasta 1987 y convocó la primera huelga general contra el Gobierno socialista de Felipe González, en 1985. También destacó su presencia en las movilizaciones contra la OTAN en 1986 y en las protestas estudiantiles en 1986 y 1987.

Tras dejar paso a Antonio Gutiérrez en la dirección del sindicato en 1987, Camacho ocupó el cargo honorífico de Presidente hasta 1995 cuando renunció al cargo en protesta por el alejamiento del comunismo preconizado por Gutiérrez.

Camacho recibió la Medalla al Mérito Constitucional y publicó sus memorias ‘Confieso que he luchado’ en 1990. En 2007 recibió un homenaje en el Palacio de Congresos de Madrid que reunió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a representantes de todas las tendencias del espectro político y social.

Ya en 2008, Comisiones Obreras rindió homenaje a Marcelino Camacho en el auditorio que el sindicato tiene en su sede de la Unión de Madrid, y que lleva desde entonces su nombre. Allí, puestos en pie, los asistentes entonaron a capella la Internacional, mientras un grupo de jóvenes comunistas desplegaban una pancarta que rezaba: “Con tu ejemplo de lucha, ¡Gracias, Camarada!”.

¡Gracias, Marcelino!