miércoles. 24.04.2024

El emperador Antonino Pío es de los más desconocidos, sin embargo, forma parte de los cinco grandes emperadores romanos. Se conoce poco de él porque su historia está olvidada. Yo que he escrito muchas historias de políticos, ninguna alcanzaba la bondad de este emperador, porque toda su lucha política es por conseguir el bien común de los romanos. Aconsejaría que los expolíticos, los políticos actuales y aquellos que se vayan a dedicar a la política lean la historia de este emperador y a ser posible que lo imiten.

Antonino Pío nació el diecinueve de septiembre del año 86 en Lanuvium, ciudad situada a unos veinte kilómetros al sureste de Roma. Nace en el seno de una familia originaria de Nemausus, situada en la Galia Narbonens, pero que se había asentado en la capital del Imperio en época julio-claudia. Pertenecía una familia senatorial de rango patricio. 

Antonino Pío era de cuerpo alto y delgado siempre andaba muy derecho. Sus ojos eran salidos, los cabellos negros, barba espesa, los dientes blancos, pero no muy alineados. Sus manos con pelo, tenía una expresión más de ser amado que de ser temido.

  1. ¿CÓMO LLEGÓ ANTONINO PÍO A EMPERADOR?
  2. ANTONINO PÍO EMPERADOR 
  3. SU MUERTE
  4. HISTORIOGRAFÍA

Su padre, Tito Aurelio Fulvo, fue cónsul en el año 89, aunque debió morir poco después. ​ Su madre fue Arria Fadila, que era hija del dos veces cónsul Arrio Antonino.

Su abuelo paterno, llamado también como su padre Tito Aurelio Fulvo, había ejercido el consulado dos veces, primero alrededor del año 70 y luego en el año 85, y fue nombrado prefecto de Roma por el emperador Domiciano en los años 80. 

Busto de Antonino Pío exhibido en la Gliptoteca de Múnich.
Busto de Antonino Pío exhibido en la Gliptoteca de Múnich

Poco se sabe sobre la vida de Antonino antes de ser emperador. Antonino aún era joven cuando murió su padre, por lo que su abuelo materno cuidó de su educación.

El joven Antonio fue criado en una gran propiedad en Lorium, primero por su abuelo paterno y después por su abuelo materno. La propiedad que heredó, donde luego construiría un palacio, lo convirtió en extremadamente rico y, aunque no tenía experiencia militar, sirvió hábilmente como cónsul, pretor y cuestor, así como gobernador en Asia Menor entre los años 135 al 136 d.C.

Aprendió en casa de sus abuelos bien griego y latín. Le gustaba mucho la cosmografía y le gustaba mucho la oratoria que lo hacía con los numerosos visitantes extranjeros que visitaban la casa de sus abuelos. Siempre estuvo acompañado de filósofos y de hombres virtuosos.

Siguió una carrera pública eminentemente civil, dada su condición de patricio, y no abandonó la península Itálica salvo cuando tuvo que ejercer el proconsulado de Asia. Después de la muerte de su abuelo, Antonino heredó sus grandes posesiones convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Roma.

Poca información ha sobrevivido sobre Antonino y su tiempo en el poder. La mayor parte de lo que se conoce viene de su biógrafo Julio Capitolino, quien escribió:

“En apariencia personal era sorprendentemente guapo, en talentos naturales brillante, en temperamento amable; tenía un semblante aristocrático y una naturaleza tranquila, un orador dotado y un erudito elegante, notablemente ahorrativo, un terrateniente concienzudo, amable, generoso y consciente de los derechos de los demás. Además, poseía todas estas cualidades en el medio apropiado y sin ostentación, y, en definitiva, era digno de alabanza en todos los sentidos y en la mente de todos los hombres buenos”.

Tres emperadores: Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio
Tres emperadores: Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio

Antonino Pío se casó entre los años 110 y 115 con Faustina la Mayor que hija del poderoso y rico Marco Annio Vero. El matrimonio resultó ser muy feliz. Faustina era la hija de cónsul Marco Annio Vero y de Rupilia Faustina, pariente de la emperatriz romana, Vivia Sabina. Faustina fue una hermosa mujer, conocida en Roma por su sabiduría. Pasó toda su vida ayudando a los pobres y desfavorecidos.

Faustina y Antonino tuvieron cuatro hijos, dos niños y dos niñas:

  • Marco Aurelio Fulvio Antonino, que murió en el año 138. Se ha encontrado una inscripción en su tumba en el Mausoleo de Adriano en Roma. 
  • Marco Galerio Aurelio Antonino, que murió en el año 138. Se ha encontrado una inscripción en su tumba del Mausoleo de Adriano en Roma. Su nombre figura en una moneda imperial griega.
  • Aurelia Fadila murió en el año 135. Se casó con Lucio Lamia Silvano, que fue cónsul en el año 145. No parece que fruto de este matrimonio nacieran hijos. Su tumba se ha encontrado en Italia. 
  • Annia Galeria Faustina Minor o Faustina la Menor, futura emperatriz, casada con el emperador Marco Aurelio. Fue la única de los hijos del emperador que vivió hasta la edad adulta.

Antonino Pío, cuando su esposa murió en el año 141, se vistió completamente de luto e hizo las siguientes acciones en memoria de su finada esposa:

  • La deificó como una diosa.
  • Construyó un templo en el foro romano en su nombre, con sacerdotisas para rendirle culto.
  • Emitió varias monedas en las que ella aparecía. Estas monedas, de decoración refinada, llevaban una inscripción que rezaba: DIVA FAUSTINA.
  • Creó una organización de beneficencia a la que llamó “Puellae Faustinianae” o “Niñas de Faustina”, que prestaba asistencia a niñas que se habían quedado huérfanas.
  • Creó un nuevo alimenta.

Tras desempeñar con sorprendente éxito los cargos de cuestor y pretor, obtuvo el consulado en el año 120. Fue posteriormente nombrado por Adriano como uno de los cuatro procónsules que administraban Italia. 

Su labor durante su proconsulado en Asia aumentó en gran medida su reputación gracias a su buena conducta. Antonino Pío fue favorecido durante su carrera por Adriano, que lo adoptó como su heredero, el veinticinco de febrero del año 138, tras la muerte de su hijo adoptivo Lucio Elio César, con la condición de que el propio Antonino Pío adoptara a Marco Annio Vero, el hijo de la mujer de su hermano, y a Lucio, hijo de Elio César, que después se convertirían en los emperadores con los nombres de Marco Aurelio y Lucio Vero.

Basamento de la columna de Antonino Pío
Basamento de la columna de Antonino Pío

¿CÓMO LLEGÓ ANTONINO PÍO A EMPERADOR?

El emperador Adriano presentaba problemas de salud en el año 136 y estuvo al borde de suicidarse. Adriano no tenía hijos propios por lo que se plantea su sucesión a través de la adopción. 

Adoptó a Lucio Ceyonio Cómodo como su heredero. Éste fue mandado inmediatamente a Panonia con el cargo de gobernador para que se fuera entrenando en sus futuras funciones. Sin embargo, enfermo de tuberculosis y murió en el año 138.

Ante esta adversidad, Adriano quería que le sucediera el joven Marco Aurelio, que entonces tenía solamente dieciséis años y consideraba que era demasiado joven por eso su elección final Antonino que ya era mayor y estaba muy valorado y de esta forma se permitía a Marco Aurelio que madurara.

El veinticuatro de enero del año 138, el emperador Adriano anuncia que adopta a Antonino que tenía entonces cincuenta y un años como su hijo y heredero. El veintiocho de febrero del año 138 se realizó la adopción y como escribe Capitolino lleva ciertas condiciones:

“Cuando Adriano anunció su deseo de adoptarlo, se le dio tiempo si quería ser adoptado. Esta condición se adjuntó a su adopción, así como Adriano tomó a Antonino como su hijo, él también debería tomar a Marco Aurelio, el sobrino de su esposa y a Lucio Vero”.

Esta ceremonia dual permitió a Marco Aurelio prepararse como sucesor de Antonino. Posteriormente, Marco Aurelio se casó con la hija de Antonino, Faustina la Menor.

ANTONINO PÍO EMPERADOR 

Antonino se convirtió en Imperator Caesar Aelius Hadrianus Antoninus Augustus, el diez de julio del año 138. Tenía claro que debía continuar con las políticas del emperador Adriano.

Una de sus primeras actuaciones como emperador fue convencer al Senado para que concediera honores divinos a su predecesor Adriano, a lo que los senadores se habían negado inicialmente.

Entre los desterrados por el emperador Adriano se encontraban cuatro personajes que habían sido cónsules, tres censores y dos pretores. Muchos de los senadores le afeaban ese perdón, Antonino Pío les contestó: “Adriano, mi señor, acertó en lo que hizo entonces, y yo no pienso errar en lo que hago ahora, porque él aprovechase entonces de la justicia y yo quiero ahora aprovecharme de mi clemencia”.

Sus esfuerzos estaban destinados a persuadir al Senado, para que rindiera honores a Adriano. Esto reflejaba su buena conducta privada y que se produjeran actos de solidaridad con su suegro, que le valieron el nombre de Pío. 

Las otras dos razones que justificaban este título fueron, que su suegro se apoyaba en su hombro al entrar en la Cámara del Senado y que salvó a los hombres que Adriano había condenado a muerte durante su etapa de enfermedad.

Insistió en que la administración de la ley fuese justa e imparcial, incluso liberando a muchos de los hombres que el emperador Adriano había encarcelado, convenciendo al Senado que ese era el deseo de Adriano.

Su biógrafo decía de Antonino Pío lo siguiente: “dio generosidad a la gente y, adicionalmente, un donativo a sus soldados…, además de todo esto ayudó a muchas comunidades a erigir nuevos edificios y restaurar los antiguos”.

Destacó por ser un administrador eficaz, evitando el derroche y dejando la tesorería saneada. Siempre mantuvo una actitud respetuosa con el Senado y mantuvo un respeto total por las tradiciones religiosas ya fueran estas oficiales o no. Acometió grandes reformas urbanísticas.

El comercio floreció y su estricto control de las finanzas permitió un superávit estatal al tiempo de su muerte. La única licencia que se permitió el emperador Antonino Pío fue la celebración del 900 aniversario de la fundación de Roma.

Construyó durante su reinado templos, teatros, mausoleos, promovió las artes y las ciencias y otorgó sueldos y honores a los maestros de retórica y filosofía.

Completó muchos de los proyectos de construcción de la época de Adriano y construyó monumentos que incluían el templo de Adriano y, en memoria de su esposa el templo de Faustina Deificada. Reparó numerosos edificios públicos incluyendo el famoso Coliseo romano.

Su reinado transcurrió pacíficamente, a pesar de una serie de disturbios militares, que asolaron el Imperio durante su gobierno en Mauritania, Judea y en Britania por el levantamiento de los brigantes, aunque ninguna de estas insurrecciones se consideran de importancia. 

Se cree que la insurrección en Britania llevó al Emperador a erigir el famoso muro de Antonino entre el fiordo de Forth y el fiordo de Clyde, a pesar de que fue pronto abandonado. Era una construcción de tenía más de sesenta kilómetros.

Fue uno de los pocos emperadores que se enfrentaron a las crisis de su gobierno sin salir de Italia, tratando los asuntos bélicos provinciales a través de gobernadores o por medio de cartas a ciudades como fue el caso de la ciudad de Éfeso. Este estilo de gobierno fue muy elogiado por sus contemporáneos y por las generaciones futuras.

El muro de Antonino Pío
El muro de Antonino Pío

Poco se conoce de la política exterior del gobierno de Antonino, aunque a juzgar por los hechos consecuentes de ella, no ocurrieron acontecimientos de importancia durante este periodo, comparado con los de reinados de sus antecesores y predecesores. 

Algunos historiadores afirman que trató con gran cuidado los asuntos del Imperio, o que tal vez se desinteresó de los acontecimientos que sucedían en el exterior de Italia. Algunos le acusan de que esta inactividad se derivó los problemas a los que se tuvo que enfrentar, no solo Marco Aurelio, sino un gran número de emperadores del siglo III. 

El historiador alemán Ernst Kornemann escribe que el reinado de Antonino comprendió: “una sucesión de flagrantes pérdidas de oportunidades...”. Esta teoría toma en consideración las pequeñas invasiones partas ocurridas durante el reinado de Antonino. Kornemann sostiene que Antonino debería haber librado una guerra preventiva contra los invasores para hacerlos retroceder. 

El historiador Ivan Lissner decía:

“...Antonino Pío vivió con la cabeza en las nubes cuando se trató de asuntos externos ... Sin embargo, creo que es injusto criticarle por ello. Cada monarca o estadista que realmente cree en la posibilidad de una paz duradera y desea evitar a su pueblo el derramamiento de sangre, fundamentalmente, vive con la cabeza en las nubes ... para que su nombre impacte en menor medida en la mente de todos, en contraste con los tiranos imperiales como Nerón o Domiciano”.

Antonino Pío mantuvo buenas relaciones con el Senado, en contraste con su predecesor Adriano. Su reinado, junto con el de sus predecesores Trajano y Adriano, y el de su sucesor, Marco Aurelio, se conoce como la Edad de Oro del Imperio Romano. 

Promulgó una Constitución imperial en el año 140 y en ella, se declaró que la ciudadanía romana que recibían los soldados veteranos de las tropas auxiliares, tras veinticinco años de servicio, no era extensible a los hijos que hubieran tenido durante su servicio o antes de este, pero sí la recibirían los descendientes que tuvieran después de haber sido nombrados ciudadanos con la honesta missio. Concedió a los libertos el derecho de voto en sus comunidades.

Algunos estudiosos aseguran que Antonino Pío fue amigo íntimo de Yehudah Hanasí. Según el Talmud el rabino Yehudah era muy rico y muy venerado en Roma. Mantuvo una estrecha amistad con Antonino Pío, el cual le consultaba sobre asuntos mundanos y espirituales.

Los juegos en el circo se solían celebrar cada cinco años, pero el Senado ordenó que se celebraran cada año precisamente el día del nacimiento de Antonino Pío. Éste agradeció este detalle pero les pidió que se celebrasen no el día de su nacimiento sino que se celebrasen el día en que murió el emperador Adriano.

Un día el senador romano Gayo Rufo le pregunto al emperador Antonino: ”Dime, serenísimo príncipe, cual es la razón porque jamás te veo arrepentido por cosa que hayas realizado, noi tampoco veo negar cosa que al Senado hayas pedido, ni tampoco veo en cosa que hayas mandado ser desobedecido”. Antonino le respondió: “Si nunca me arrepiento de lo que hago, es porque miro mucho de hacerlo conforme a la razón. Si el Senado no me niega cosa que el pido, es porque no pido sino lo justo. Si en lo que mando nunca soy desobedecido, es porque no mando cosa sino que sirva al estado y al bien común y nunca a mi persona”.

Cuando el emperador Antonino Pío enviaba algún pretor a gobernar alguna provincia, no se contentaba con que fuese un hombre cuerdo, sabio, virtuoso o prudente, sino que no fuera soberbio ni codicioso porque decía que mal puede gobernar el estado cuando le conduce la soberbia y la codicia.

Apoteosis de Antonino Pío y de su esposa Faustina.
Apoteosis de Antonino Pío y de su esposa Faustina

A todos los nombramientos que hiciera Antonino le hacía hacer un inventario de sus propiedades, para que cuando terminaran con su labor política se comprobase que no se había producido ningún enriquecimiento por la ostentación del cargo, pues les decía que él los enviaba a administrar justicia y no para robar la tierra.

Como vemos el bien común era la guía política de Antonino. Así lo podemos comprobar cuando los hombres de la hacienda romana le entregaron un memorial donde le indicaban la forma de obtener más dinero de sus rentas. Una vez leído dicho memorial, les escribió lo siguiente:

“La manera que habéis de buscar rentabilidad no ha de ser para aumentar mis rentas, sino para mejorar los ingresos del estado; no habéis de buscar la manera para imponer nuevos tributos, sino pensar e imaginar que qué orden se tendría que hacer para evitar que yo tenga tantos gastos, porque si los príncipes romanos no ponen orden en el gastar, o nos hemos de perder o al estado robar”.

Cuando se casaba algún familiar suyo, los casaba con sus iguales y la dote que les daba no eran bienes que pertenecieran al Estado sino de su propio patrimonio. Cuando se casó su hija Faustina con Marco Aurelio, todo era de su patrimonio personal.

Los edificios destinados a deificar al emperador Adriano como a su esposa Faustina lo pago de su patrimonio personal de forma que jamás gastaba nada de la Hacienda romana sino era en provecho del Estado.

Reconstruyó el puerto de Gayeta haciendo casas en su cercanía levantó una torre y lo amuralló. Lo mismo hizo con el puerto de Tarragona ampliando sus edificios y dotándole de privilegios.

Como estamos viendo el emperador Antonino tenía muy claro, cosa no habitual en esa época y tampoco ahora el confundir los bienes propios con los del Estado. Es un emperador que debería ser más conocido y estudiado, pues es de los pocos políticos que ha ejercido el poder pensando en el bien común de todos los hombres.

SU MUERTE

Tras desempeñar el reinado más duradero desde el de Augusto, superando en dos meses al del emperador Tiberio, Antonino murió de unas fiebres en Lorium en Etruria, a unos doce kilómetros de Roma, el siete de marzo del año 161. Su muerte se debió a unas fiebres después de una comida de queso alpino. 

La última palabra que el finado emperador pronunció fue característica de lo que fue su reinado, la ecuanimidad. Su cuerpo fue depositado en el Mausoleo de Adriano y se erigió una columna en su honor en el Campo de Marte, y el templo que él mismo había dedicado a su esposa Faustina en el año 141 se volvió a deificar en su nombre y en el de Faustina.

Fue un hombre justo y compasivo, querido y respetado por todos los romanos. Gobernó durante veintitrés años, siendo su reinado el segundo más largo después del de Octavio Augusto y forma parte de los llamados “Cinco emperadores buenos”.

Mausoleo de Adriano donde esta enterrado Antonino Pío
Mausoleo de Adriano donde esta enterrado Antonino Pío

A su muerte el poder fue entregado como estaba estipulado a sus hijos adoptivos Marco Aurelio y Lucio Vero.

HISTORIOGRAFÍA

La única obra de la que se tienen datos de Antonino Pío que ha llegado hasta nosotros es la “Historia Augusta”. Pero es un relato que tiene escasa fiabilidad. Antonino Pío es el único emperador romano que no tiene una biografía. Los historiadores por tanto, han debido recurrir a los registros públicos para documentarse sobre lo dicho en sus escritos.

Antonino Pío representaba el ideal del caballero romano y fue alabado por sus contemporáneos, y, posteriormente, por los eruditos modernos como Edward Gibbon. El artículo sobre el emperador en la Encycvlopedia Britannica en su edición del año 1911, dice lo siguiente:

“Unos meses tras la muerte de Adriano, emperador que había sido acogido con gran entusiasmo por el pueblo romano, el cual no decepcionó sus expectativas, Antonino Pío ascendió al trono con amable disposición, amplia experiencia, buena formación, gran inteligencia y sincero deseo de lograr el bienestar de sus súbditos. 

En lugar de saquear el tesoro en su propio beneficio, Antonino Pío lo vació, sí, pero para apoyar económicamente a los ciudadanos de provincias y ciudades, ejerciendo en todas las provincias una rígida economía. 

Rechazó con destreza las conspiraciones que se urdieron en su contra haciendo gala después de su clemencia. En lugar de perseguir a los cristianos, los protegió con firmeza a lo largo del Imperio”.

Columna de Antonino Pío.
Columna de Antonino Pío

BIBLIOGRAFIA

Book, A. A. “History of Rome to 565 a. C”. 2015. Create space independent publishing plarform.
Capitolinus, Julius. “The life of Antoninus Pius”.
Hornblower, S. “The Oxfor classical dictionary”. 2012. Oxford University Press.
Kornemann, Ernst. “Römische Geschichte”. 2 vols., 1954. Ed. H. Bengtson. Stuttgart. 
Lissner, Iván. “La Historia de los césares”. 1958. Jonathan Cape Ltd. Londres.

Tito Aurelio Fulvo Boyonio Antonino, el ecuánime y un gran emperador