martes. 19.03.2024
Heliogábalo 8
 

Nace en Emesa, la actual Homs situada en la actual Siria en el año 203 d. C. Fue un noble y sacerdote romano, que llegó a emperador y pertenecía a la dinastía Severa. Reinó desde el año 218 d. C. hasta el año 222 d. C. Al convertirse en emperador tomó el nombre de Marco Aurelio Antonino Augusto y solo fue conocido como Heliogábalo mucho tiempo después de su muerte.

Era hijo de Sexto Vario Marcelo que pertenecía a la orden ecuestre y posteriormente alcanzó el rango de Senador y su madre Julia Soemia Basiana era prima del emperador romano Caracalla.

julia mameaPor su parte, su tía materna era Julia Mamea (en la imagen), que estaba casada con el aristócrata, Marco Julio Gesio Marciano y el hijo de ambos fue su primo y sucesor, el emperador Alejandro Severo.

La familia de Heliogábalo tenía derechos hereditarios al sacerdocio del dios Sol, El-Gabal, de quien Heliogábalo era Sumo Sacerdote en su ciudad natal de Homs.

El nombre El-Gabal en un principio se refería a la deidad patrona del lugar de nacimiento del emperador. "El" se refiere a la principal deidad semítica, mientras que "Gabal", que significa montaña y es su manifestación de Homs.

El dios fue más tarde llevado a Roma y asimilado con el único dios solar, que era conocido como Sol Indiges en la época republicana, y más tarde Sol Invictus durante los siglos II y III. Así, adoptó el nombre del dios, llamándose "Elagabalus".

SU LLEGADA AL PODER

Cuando el emperador Macrino tomó el poder, quiso eliminar la amenaza que suponía la familia sobreviviente de Caracalla, enviándolos al exilio. Julia Mesa, sus dos hijas y su nieto mayor, Heliogábalo, fueron enviados a su residencia rural de Homs.

Una vez asentados allí, Julia Mesa comenzó a tramar un complot junto con su consejero eunuco y tutor de Heliogábalo, el general Gannys para derrocar al emperador Macrino y situar a Heliogábalo, que solo contaba con catorce años de edad, en el trono imperial.

Heliogábalo y su madre se adhirieron a las pretensiones de Julia Mesa y fraguaron la mentira de que Heliogábalo era hijo ilegítimo de Caracalla, por lo que los partidarios del otrora emperador le debían lealtad ahora al adolescente.

Después de que Julia Mesa exhibiera sus riquezas ante la III Legio Gémina estacionada en Raphana en Siria, ésta juró lealtad a Heliogábalo. Al amanecer del dieciséis de mayo del año 218 d. C., Publio Valerio Comazón Eutiquiano, comandante de la legión, declaró emperador al joven Heliogábalo.

Para fortalecer su legitimidad a través de más propaganda, Heliogábalo asumió los nombres con los que se identificaba Caracalla, Marco Aurelio Antonino.

Otros emperadores romanos


El emperador Macrino mandó a Siria a su prefecto del pretorio, Ulpio Juliano, con un contingente de tropas que consideraba suficientemente fuerte para aplastar la rebelión que quería imponer a Heliogábalo como emperador.

Sin embargo, esta fuerza pronto se rebeló contra el emperador y se adhirió a las tropas leales a Heliogábalo cuando, durante la batalla, se declararon sublevados ante sus comandantes. Los oficiales fueron asesinados y la cabeza de Juliano fue enviada de vuelta al emperador.

Entonces, Macrino envió cartas al Senado, arguyendo que la presunta ascendencia de Heliogábalo era falsa y alegando locura en su rival. Así consiguió que Heliogábalo fuese condenado por los cónsules y otros líderes romanos, y el Senado por consiguiente declaró la guerra tanto a Heliogábalo como a Julia Mesa.

El emperador Macrino y su hijo, se encontraron muy debilitados por la deserción de la II Legión debido a los sobornos y promesas lanzados por Julia Mesa. El emperador Macrino fue derrotado, el ocho de junio del año 218 d. C., en la batalla de Antioquia por tropas dirigidas por el general Gannys.

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Escultura del emperador Heliogábalo en los Museos Vaticanos


El emperador Macrino huyó hacia la península Itálica, disfrazado de mensajero, pero fue más tarde interceptado cerca de Calcedonia y ejecutado en Capadocia. Su hijo, Diadumeniano, fue enviado por su seguridad a la corte del Imperio Parto. Sin embargo, fue capturado en Zeugma y también ejecutado.

El emperador Heliogábalo declaró la fecha de la victoria en Antioquía como el comienzo de su reinado y asumió los títulos imperiales sin la aprobación previa del Senado, lo que violaba la tradición, pero que no era un hecho aislado entre los césares del siglo III.

Se enviaron cartas de reconciliación a Roma, extendiendo la amnistía al Senado y reconociendo las leyes, y condenando al mismo tiempo la administración del emperador Macrino y su hijo. Los senadores respondieron reconociendo a Heliogábalo como emperador y reconociéndolo finalmente como hijo de Caracalla.

Caracalla y Julia Domna fueron deificados por el Senado, al tiempo que tanto Julia Mesa como Julia Soemia fueron elevadas al rango de augustas, y la memoria de Macrino y Diadumeniano fue condenada y vilipendiada por el Senado. El anterior comandante de la Tercera Legión, Comazón, fue nombrado comandante de la Guardia pretoriana.

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La madre de Heliogábalo, Julia Soemia. Busto de los Museos Vaticanos


PRIMER AÑO COMO EMPERADOR

A la llegada de Heliogábalo a Roma, muchos de los leales al emperador Macrino fueron ejecutados. Sin embargo, muchos miembros del Senado simpatizantes del anterior emperador fueron dejados en paz. Otros oficiales imperiales de alto rango fueron destituidos y reemplazados por fieles no cualificados provenientes de Siria.

Por supuesto, las actividades diarias del gobierno fueron ignoradas por el joven gobernante y se dejó estas tareas políticas a su madre y abuela. A ambas se les otorgó el título de Augusta e incluso el permiso de asistir a sesiones del Senado. Comazón, quien los había acompañado a Roma, fue nombrado prefecto de la guardia pretoriana.

Heliogábalo y su corte pasaron el invierno del año 218 d. C. en Bitinia de Nicomedia, donde las prácticas y convicciones religiosas del nuevo emperador se hicieron evidentes, manifestando que serían un verdadero problema.


El historiador contemporáneo Dión Casio sugiere que el general Gannys fue asesinado por el nuevo emperador debido a que estaba forzando a Heliogábalo a vivir de forma mesurada y prudentemente.

Para ayudar al pueblo romano a adaptarse a la idea de tener a un sacerdote oriental como emperador, Julia Mesa hizo enviar a Roma un retrato de Heliogábalo vestido de sacerdote y dispuso que se situara por encima de la estatua de la diosa Victoria en el edificio del Senado.

Esto puso a los senadores en una posición incómoda, pues al mismo tiempo que hacían ofrendas a la diosa, estaban reverenciando al emperador. Las legiones quedaron consternadas ante su comportamiento y rápidamente lamentaron su decisión de haberlo apoyado como emperador.

Mientras Heliogábalo estaba todavía de camino a Roma, estallaron pequeñas revueltas en la IV Legión Gémina instigadas por el senador Gelio Máximo, quien pretendía usurpar el poder. La III Legión Gémina, que fue la misma que lo proclamó emperador bajo el mando del senador Vero también se sublevó. La rebelión fue rápidamente aplastada, y la III Legión Gémina fue disuelta y sus miembros retirados.

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Entrada de Heliogábalo en Roma


Cuando la corte llegó finalmente a Roma en otoño del año 219 d. C., Comazón y otros aliados de Julia Mesa y Heliogábalo recibieron cargos importantes y lucrativos, lo que generó irritación en muchos senadores, que no los consideraban respetables.

Después de ejercer como prefecto del pretorio, Comazón ejerció en tres ocasiones como prefecto de la ciudad de Roma, y dos como cónsul. Heliogábalo intentó también que su esclavo, Hierocles fuese nombrado César, mientras su presunto amante Zotico, fue nombrado cubiculario (1), cargo que si bien no era administrativo, si era muy influyente.

Se aclamó ampliamente su oferta de amnistía para los líderes romanos, aunque el jurista Ulpiano fue exiliado. Los lazos de Heliogábalo con Julia Mesa y Julia Soemia eran fuertes.

Su madre y su abuela se convirtieron en las primeras mujeres en la historia de Roma que fueron admitidas en el Senado, y ambas recibieron títulos senatoriales. Se dio el título tradicional de Clarissima a Julia Soemia y el menos ortodoxo de Mater Castrorum et Senatus a Mesa.

El emperador más odiado de Roma, defendió en cierta medida a las mujeres. El primer día que el Senado celebró su rutinaria asamblea ordenó que su madre asistiera, un hecho totalmente insólito en la historia de Roma.

Heliogábalo 2Cuando llegó al Senado ocupó un lugar junto al escaño de los cónsules y estuvo presente en la redacción del decreto del Senado. Así, el emperador Heliogábalo se convirtió en el único emperador bajo cuyo gobierno fue admitida en el Senado una mujer, ocupando el rango propio de un hombre.
(En la imagen: Denario romano con la supuesta efigie del emperador Heliogábalo).

De esta manera, el emperador también institucionalizó un Senado para mujeres, emplazándolo en la colina del Quirinal, lugar en el que se celebraban las reuniones de las matronas.

Su abuela intentó establecerse como poder en la sombra y, por lo tanto, como la mujer más poderosa del mundo romano, pero pronto se hizo evidente la independencia de Heliogábalo.

La más determinante de sus faltas, no obstante, sería seguramente el poder que las mujeres obtuvieron durante su reino. El gobierno efectivo de Roma, de hecho, se atribuye durante el gobierno de Heliogábalo más al gineceo femenino tras la púrpura que a los propios laureles, especialmente a su tía Julia Mamea, su madre Julia Soemia y su abuela Julia Maesa.

Desde el reinado de Septimio Severo, el culto al dios solar se había extendido por el imperio. Heliogábalo vio en ello una oportunidad de hacer de su dios, El-Gabal, la principal deidad del panteón romano. El dios fue rebautizado como Dios Sol Invicto, y fue impuesto incluso por encima de Júpiter.

Como signo de la unión con la religión romana, Heliogábalo consideró como esposas de El-Gabal a Astarté, Minerva, Urania, o a algún tipo de combinación de las tres deidades.


El emperador provocó un escándalo mayor cuando se casó con la virgen vestal (2) Aquilia Severa, aduciendo que el matrimonio produciría niños parecidos a los dioses. El hecho quebrantó flagrantemente la ley y la tradición romanas, ya que cualquier vestal que tuviera relaciones sexuales debía ser enterrada viva.

Se construyó un lujoso templo llamado el Elagabalium en la ladera oriental del Palatino para albergar a El-Gabal, que estaba representado por un meteorito cónico negro de Homs, que tenía forma de pene. Hablando de esta piedra, Herodiano el Estoico dijo:

“Esta piedra es venerada como si hubiese sido enviada desde el cielo, sobre ella hay algunos trozos sobresalientes y unas marcas que están resaltadas, respecto de los cuales el pueblo pretende creer que son una imagen del sol, porque es así como los ven”.

Con el objeto de convertirse en el Sumo Sacerdote de su nueva religión, Heliogábalo se hizo circuncidar. Herodiano relata que forzó a los senadores a contemplar su danza ante el altar de Deus Sol Invictus al toque de tambores y címbalos, y cada solsticio de verano de su reinado celebró un gran festival en honor de la deidad, que se hizo muy popular entre las masas porque se les distribuía comida en abundancia. Durante este festival, el emperador Heliogábalo colocaba a su dios-piedra en un carruaje adornado con oro y joyas, que desfilaba por la ciudad. Herodiano el Estoico decía:

“Un carro tirado por seis caballos llevaba la divinidad, los caballos enormes y de un blanco puro, con caros arreos de oro y ricos ornamentos. Nadie sostenía las riendas, y nadie llevaba el carro; el vehículo era escoltado como si el propio dios fuera el auriga. Heliogábalo corría hacia atrás enfrente del carro, mirando al dios, y sosteniendo las riendas de los caballos. Hacia todo el viaje de esta forma, al réves, mirando al rostro de su dios”.

Las reliquias más sagradas de la religión romana fueron trasladadas desde sus respectivos santuarios al Elagabalium, incluyendo la Gran Madre, el fuego de Vesta, los Escudos de los saliares (3) y el Paladio, para hacer que ningún otro dios salvo El-Gabal fuera venerado.

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El Cuadro “Las rosas de Heliogábalo” (1888),de Sir Lawrence Alma-Tadema


Se ha asociado esta reforma religiosa, así como el traslado a Roma del betilo de El-Gabal en Homs, con cierto fenómeno astronómico que los augures habrían interpretado como un presagio acerca del nuevo emperador: el perihelio del Cometa Halley, a diecisiete de mayo del año 218 d. C., justo en el día posterior a la proclamación de Heliogábalo por parte de la Legio III Gallica.

Se relata en la Historia Augusta cómo las prácticas religiosas importadas e impuestas por el emperador abundaban por igual en lo sexual y en lo macabro. El emperador Heliogábalo se empeño en oficiar personalmente los cultos a las divinidades latinas de consagración principalmente Venus, Adonis o Cibeles a la par que organizaba desfiles de la piedra dios en forma de pene, por ejemplo, en un carro tirado por mujeres desnudas.

CONTROVERSIA SEXUAL

La orientación e identidad sexual de Heliogábalo han sido objeto de gran controversia y debate a lo largo de la historia. Se casó cinco veces con mujeres, dos de las cuales son desconocidas.

Su primera esposa fue Julia Cornelia Paula, la segunda fue la vestal Julia Quilia Severa, pero el mismo año, la abandonó y se casó por tercera vez con Annia Faustina, que era descendiente del emperador Marco Aurelio y viuda de un hombre recientemente ejecutado por Heliogábalo. A finales de año, había vuelto con Severa.

Sin embargo, según Dión Casio, su relación más estable parece haber sido la que mantuvo con su auriga, un esclavo rubio de Caria, llamado Hierocles, a quien incluso se refería como su marido.

Hierocles mantuvo con Heliogábalo su relación más duradera. En su Historia Romana, libro LXXX, Dion Casio especifica los términos altamente bondage en los que solían desarrollarse sus amores.

“Dado que deseaba Heliogábalo tener una reputación de adúltera, en esta aspecto también imitaba a la mayoría de las mujeres impúdicas, y a menudo se permitía ser pillado in fraganti, a consecuencia de lo cual acostumbraba a ser violentamente reprendida por su marido Hierocles y golpeada hasta ponerle los ojos morados. Su afecto por este esposo no era una inclinación suave sino una pasión ardiente y firmemente asentada, más aún cuando después de este severo trato vejatorio, lo amaba aún más y deseaba coronarlo César en ese mismo instante”.

Dion Casio, Historia Romana. LXXX. 15. 3-4.

El emperador Heliogábalo se refería a Hierocles como su marido y llegó a decir sentirse encantado “de que me llamen la amante, la esposa, la Reina de Hierocles”. Herodiano el Estoico comenta que Heliogábalo era extremadamente vanidoso y retocaba su belleza natural luciendo maquillaje en exceso.

La Historia Augusta sostiene que también se casó con un hombre llamado Zotico, que era un atleta de Esmirna, en una ceremonia pública en Roma.

El propio emperador Heliogábalo protagonizó una notoria evolución personal en el curso de su gobierno, empezando por maquillarse “con más exageración que la permitida a una mujer decente y ataviado afeminadamente con collares de oro y vestidos ligeros”.

En una ocasión “se afeitó sus mejillas y asistió a una fiesta para señalar el evento, pero después se arrancó los pelos para así parecerse más a una mujer” para acabar finalmente por referirse a sí mismo, de hecho, como una mujer. La Historia Augusta reseña que no sólo se travestía, sino que “le gustaba ir a las tabernas por las noche llevando una peluca y allí ejercer el oficio de las buhoneras”.

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Áureo acuñado por Heliogábalo representando al dios El-Gabal


Dión Casio dice que el emperador Heliogábalo se pintaba los ojos, se depilaba y lucía pelucas para prostituirse en tabernas y prostíbulos, e incluso en el palacio imperial.

Alrededor del año 220 d. C., no obstante, Heliogábalo se deja de elaboraciones absurdas y empieza a ejercer la prostitución directamente. Primero sería por Roma, según cuenta la Historia Augusta, en donde “frecuentaba los prostíbulos más notorios expulsando a las prostitutas para hacer él mismo de puta”.

Según el político y militar Dion Casio le gustaba ponerse pelucas y prostituirse, incluso algunos historiadores lo consideran el primer transexual de la historia. Además, llegó a practicar los ritos de Salambo, un acto sirio que constaba de realizar orgías que incluían “el acto de la castración”.

Finalmente, el emperador Heliogábalo se reservó una habitación en el palacio y allí cometía sus perversiones sexuales, permaneciendo siempre desnudo en el umbral, como hacen las prostitutas, y moviendo la cortina que colgaba de anillos dorados, mientras que en una voz suave y conmovedora se ofrecía a los que pasaban por el corredor.

Como si de la diosa Venus se tratara, dejaba caer sus vestidos hasta los pies y se ponía de rodillas, desnudo, con una mano en su pecho y otra en sus órganos sexuales, echando hacia atrás sus nalgas y presentándoselas a su amante.

Según Herodiano, corría el rumor que el emperador había ofrecido enormes cantidades de dinero al médico que pudiera dotarle de genitales femeninos. Por estos motivos, el emperador Heliogábalo ha sido considerado por escritores modernos como el primer caso documentado de persona transexual.

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Escena sexual en un prostíbulo de Pompeya


Uno de los seis autores de la obra Historia Augusta, decía que utilizaba su poder para procurar que sus emisarios le buscaran “individuos con buenos cojones” para disfrutar de sus cualidades y le gustaba travestirse para realizar actos sexuales de lo más extravagantes.

Trasladó a palacio a muchos individuos cuya complexión corporal le había agradado, haciéndoles abandonar el teatro, el circo o el anfiteatro para después rasurarles los asuntos usando la misma navaja con la que él se afeitaba.

Entre la variedad de amantes destacaban:

  • Heriocles, un esclavo auriga que había adquirido gran prestigio por las carreras de cuadrigas.
  • Aurelio Zotico, un atleta griego de Esmirna famoso por su hombría.

El celoso emperador, pues así le describen las fuentes, decidió casarse con ambos, aunque el Senado terminó por no aceptarlo y su pretensión era ejercer como esposa.

El odio de los senadores y del pueblo hacia su emperador no se limitaba únicamente a sus vicios sexuales. Vendió todo tipo de títulos, comandancias militares y demás cargos al mejor postor e intentó abolir todos los cultos que se celebraban en Roma destruyendo los santuarios religiosos. Heliogábalo quería ser adorado como un dios.

Edward Gibbon dijo de él en el año 1776 que “se abandonó a los placeres más groseros y a una furia sin control”. John Stuart Hay lo califica en el año 1911 de “psicópata sexual” y Robert Hans van Gulik lo califica en el año 1974 de “sádico neurótico”.

Después se mandaría construir unos baños públicos en el propio palacio “y al mismo tiempo abrió al pueblo los de Plauciano, para poder descubrir así las cualidades de los hombres mejor dotados sexualmente”.

Se le considera el primer transexual del que se tiene certero testimonio histórico. Debemos destacar la mención que hace Dion Casio a que “llevó su obscenidad hasta tal punto que preguntó a los médicos si podían idear la manera de introducir en su cuerpo una vagina de mujer por medio de la incisión, prometiéndoles a cambio enormes sumas de dinero”.


CAÍDA Y ASESINATO

Para el año 221 d. C., las excentricidades del emperador Heliogábalo, especialmente su relación con Hierocles, enfurecían cada vez más a los soldados de la guardia pretoriana.

Cuando Julia Mesa se dio cuenta de que el apoyo popular al emperador estaba en rápido declive, decidió que tanto él como su madre, que lo había apoyado en sus prácticas religiosas, tenían que ser sustituidos.

Como alternativa, se volvió hacia su otra hija, Julia Avita Mamea, y su hijo de trece años, Alejandro Severo. Convenció a Heliogábalo para que adoptara a su primo como heredero, le diera el título de César y compartiera con él el consulado de ese año. Sin embargo, Heliogábalo reconsideró su decisión cuando comenzó a sospechar que la Guardia Pretoriana prefería a su primo por encima de él.

Después del fracaso de varios atentados contra la vida de Alejandro, Heliogábalo privó a su primo de sus títulos, revocó el consulado e hizo circular la noticia de que Alejandro estaba próximo a la muerte para provocar una reacción en los pretorianos.

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Julia Mesa


Se desencadenó un motín, y la guardia pretoriana exigió ver al emperador Heliogábalo y Alejandro en el campo pretoriano. El emperador accedió a ello y el once de marzo del año 222 d.C. se presentó con su primo y su madre Julia Soemia.

Al llegar, los soldados aclamaron a Alejandro como emperador, mientras ignoraban a Heliogábalo, quien ordenó un arresto sumario y la ejecución de cualquiera que hubiese intervenido en esta revuelta. A modo de respuesta, los pretorianos atacaron a Heliogábalo y a su madre, Así relata Dión Casio estos acontecimientos:

“Así que intentó huir, y podría haber llegado a algún lugar escondido en un arcón, pero fue descubierto y le dieron muerte, a los dieciocho años de edad. Su madre, que lo abrazó estrechamente, pereció con él; cortaron sus cabezas y sus cuerpos, después de haberlos desnudado, primero los arrastraron por toda la ciudad, y luego el cuerpo de la madre fue dejado en algún lugar, mientras que el de él fue arrojado al río”.

Después de la muerte del emperador Heliogábalo, muchas personas relacionadas con él fueron asesinadas, entre ellas Hierocles y Comazón. Sus edictos religiosos fueron revocados y El-Gabal devuelto a Hpms.

Se prohibió que las mujeres volvieran a acudir a las reuniones del Senado y se decretó sobre su persona la damnatio memoriae, que implicaba que su nombre fuese borrado de todos los documentos públicos. Pese a su brevedad y la ordenanza del Senado al “damnatio memoriae”, la memoria del emperador Heliogábalo sigue vigente a día de hoy.

HISTORIOGRAFÍA SOBRE EL EMPERADOR HELIOGÁBALO

Inmediatamente después de su muerte, comenzó una campaña de propaganda contra Heliogábalo, atribuida tradicionalmente a Julia Avita Mamea. Circularon sobre él muchas historias denigrantes y falsas, y sus excentricidades pueden haberse exagerado.

La más famosa de ellas fue inmortalizada en una pintura del siglo XIX, “Las rosas de Heliogábalo”, cuadro se retrata cómo asfixió a invitados de una cena con una masa de violetas y rosas que lanzaban desde arriba.

Historia_Augusta manuscritoHISTORIA AUGUSTA

La fuente de muchas de estas historias sobre la disipación de Heliogábalo es la Historia Augusta, que, según opinión general entre los estudiosos de la historia, parece poco fiable en cuanto a los detalles.

La Historia Augusta fue muy probablemente escrita hacia el final del siglo IV, durante el reinado del emperador Teodosio I el Grande, y debe tanto a la invención de sus autores como a las fuentes históricas.

La vida de Heliogábalo descrita en la Historia Augusta se cree que es en gran medida una obra de ficción histórica. Sólo las secciones 13 a 17, referentes a la caída de Heliogábalo, están consideradas como de cierto valor histórico.

DIÓN CASIO

Fuentes más creíbles que la Historia Augusta son los historiadores, contemporáneos de Heliogábalo, Dión Casio y Herodiano. Dión Casio vivió desde la segunda mitad del siglo II hasta algún momento posterior al año 229 d. C.

Nacido en el seno de una familia patricia, pasó la mayor parte de su vida en cargos públicos. Fue senador con el emperador Cómodo y gobernador de Esmirna después de la muerte del emperador Septimio Severo. Más tarde sirvió como cónsul sufecto alrededor del año 205 d. C., y como procónsul en África y Panonia. El emperador Alejandro Severo lo tenía en alta estima y le hizo cónsul de nuevo.

Su Historia romana abarca cerca de un milenio, desde la llegada de Eneas a Italia hasta el año 229 d. C. Como contemporáneo de Heliogábalo, el relato de Dión Casio de su reinado se considera, en general, más fiable que la Historia Augusta, aunque debe destacarse que Dión pasó la mayor parte de este período fuera de Roma y tenía que fiarse de relatos de segunda mano cuando compuso su Historia romana.

Más aún, el clima político tras el reinado de Heliogábalo y su propia posición dentro del gobierno de Alejandro hacen que su fiabilidad deba considerarse limitada.

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HERODIANO

Commodus_Musei_Capitolini_MC1120Otro contemporáneo de Heliogábalo fue Herodiano, que fue un funcionario menor que vivió desde alrededor de 170 d. C. hasta 240 d. C. Su obra, “Historia del Imperio romano desde Marco Aurelio”, cuyo título es generalmente abreviado como Historia Romana, es el relato de un testigo presencial del reinado del emperador Cómodo (en la imagen) hasta el comienzo del reinado del emperador Gordiano III.

Su obra, en gran medida, se superpone a la Historia romana, pero ambos textos parecen ser fuentes independientes que concuerdan entre sí. Aunque Herodiano no es considerado tan fiable como Dión Casio, su falta de pretensiones literarias y eruditas le hace menos tendencioso que los historiadores senatoriales.

Herodiano está considerado como la fuente más importante respecto a las reformas religiosas que acontecieron durante el reinado de Heliogábalo, lo que ha sido confirmado por la moderna evidencia numismática y arqueológica.

Heliogábalo desarrolló entre sus contemporáneos una reputación de excentricidad, decadencia y fanatismo que fue probablemente exagerada por sus sucesores y rivales políticos.

Esta propaganda trascendió posteriormente y, como resultado de ello, Heliogábalo es uno de los emperadores romanos más vilipendiados por los historiadores antiguos. Por ejemplo, Edward Gibbon escribió que Heliogábalo “se abandonó a los placeres más groseros y a una furia sin control”.

B.G. Niebuhr consideró que el nombre de Heliogábalo quedaba grabado en la historia por encima de otros debido a su “indescriptiblemente desagradable vida”.

HELIOGÁBALO EN LA LITERATURA

Durante la Edad Media, el conocimiento sobre el emperador Heliogábalo se limita a los concisos datos que proporcionan las fuentes de la Antigüedad tardía, principalmente los autores patrísticos Orosio y Jerónimo, y el Epitome de Caesaribus. Por ello es mencionado de forma igualmente breve en las obras de los autores medievales Otón de Freising y Vincent de Beauvais.

La colección Historia Augusta, le considera como el peor emperador romano. Para el biógrafo Elio Lamprido decía que “el emperador Heligábalo era “una bestia… de lujurias antinaturales”.

Su mala fama provenía de sus actos homosexuales, inaceptables en aquella época. Sus propios soldados se arrepintieron de haber conspirado contra Macrino para nombrar emperador a Heliogábalo tras sus vacaciones invernales en Nicomedia.

historia augustaLas fuentes disponibles en el Renacimiento aumentaron considerablemente. Giovanni Boccaccio dedicó a la madre de Heliogábalo, Julia Soemia Basiana, un detallado capítulo de su obra “De claris mulieribus”, donde aborda el tema desde el punto de vista de la indignidad que supone el gobierno de una prostituta. (En la imagen: Cubierta de una edición de 1698 de la Historia Augusta del Monasterio de Ettal).

Esta obra tendría un papel importante en la imagen posterior de Heliogábalo, quien, además de ser considerado afecto a todo vicio imaginable, aparecería en adelante como el hijo de una prostituta, y se pondría como ejemplo de los males que acarrea la influencia de las mujeres en el gobierno del estado.

Más tarde, al menos a partir de la obra de Edward Gibbon, se impuso la imagen de Heliogábalo como un déspota oriental, y se consideró a menudo su reinado como una victoria de la barbarie de Oriente frente a las virtudes tradicionales romanas.

Su homosexualidad fue considerada por Gibbon y por otros autores, como Pierre-Jean-Baptiste Chaussard, una señal inequívoca de la decadencia de la civilización romana. Debido a estas historias, a finales del siglo XIX, Heliogábalo se convirtió en una especie de héroe del movimiento decadente.


NOTAS
(1) Título utilizado para designar a los chambelanes eunucos del palacio imperial en el Imperio romano tardío y en el Imperio bizantino.
(2) Era una sacerdotisa
consagrada a la diosa del fuego y del hogar Vesta. Las vestales debían ser vírgenes, de padre y madre patricios, y de gran hermosura. Eran seleccionadas por el Pontífice Máximo a la edad de seis a diez años. Su mayor responsabilidad era mantener encendido el fuego sagrado del templo de Vesta, situado en el Foro romano por lo que tenían restringidos sus movimientos. Estaban liberadas de las obligaciones sociales habituales de casarse y tener hijos, y tenían voto de castidad.
(3) Eran los sacerdotes de Marte en la Antigua Roma: doce jóvenes aristócratas, vestidos en antiguos trajes lucidos por los viejos guerreros, extravagantes incluso para la gente de la época de Cicerón. Estos disfraces estaban formados por una túnica bordada, un peto, una capa roja corta, una espada y sombreros acabados en punta llamados apex.


BIBLOGRAFÍA
Benjamin, Harry. “The transsexual phenomenon”. 1966. The Julian Press. Nueva York.
Birley, Anthony. “Lives of the later caesars”. 1976. Harmondsworth: Penguin. 
De Arrizabalaga y Prado, Leonardo. “The Emperor Elagabalus: Fact Or Fiction?” 2010. Cambridge.
Fielden, Jerry. “Antonius Elagabalus an his relation ship with the Senate”. 2000.
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Gualerzi, Saverio (2005). Ne Uomo, Ne Donna, Ne Dio, Ne Dea: Ruolo Sessuale E Ruolo Religioso Dell'imperatore Elagabalo. Bolonia: Patron.
Halsberghe, Gaston H. “The Cult of Sol Invictus”. 1972. Leiden.
Hoeber, Karl. “Heliogabalus”. 1910. Catholic Encyclopedia VII.
Meckler, Michael J. “Elagabalus. De Imperatoribus Romanis”. 1997.

Heliogábalo, el emperador transexual