HISTORIA DEL SOCIALISMO

Los socialistas ante el primero de mayo de 1931

El alcalde de Madrid, Pedro Rico, de Acción Republicana; el ministro de Trabajo y Previsión Social, Francisco Largo Caballero, del PSOE; el filósofo y diputado independiente, Miguel de Unamuno; el ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, del PSOE; y Mellie Staal, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, durante la manifestación del Primero de Mayo de 1931

El PSOE y la UGT publicaron a finales de abril un Manifiesto con las reivindicaciones que defendían ante la celebración del significativo primero de mayo de 1931. Efectivamente, para los socialistas españoles aquel primero de mayo tuvo una significación especial. El país acababa de vivir un cambio profundo gracias a la “conciencia popular”.

La Monarquía se había derrumbado en unas horas después de un proceso que habría comenzado en septiembre de 1923, es decir, con el golpe de Primo de Rivera, y había acabado en abril de 1931. Las dos organizaciones querían dejar clara su responsabilidad como vigilantes del nuevo régimen republicano, que era considerado “esencialmente” suyo, tanto en su nacimiento como en su futuro desenvolvimiento, ya que debían velar por su afirmación y perfeccionamiento.

Pero, sobre todo, les correspondía a ambas organizaciones dotar de contenido social a la República. De la influencia que lograran dependería la vitalidad de la República. En el manifiesto se aludía al decreto del Gobierno Provisional, donde había tres socialistas, por el que se declaraba fiesta nacional el 1º de mayo.

En consecuencia, había que organizar en cada localidad actos y manifestaciones públicas y veladas para manifestar tanto el entusiasmo como la fuerza de los socialistas.

Las peticiones que se hacían eran las siguientes:

1. Concesión del derecho al sufragio a los ciudadanos que hubieran cumplido 21 años.

2. Ratificación, sin condiciones, del Convenio de Washington sobre la jornada de ocho horas, cuyo cumplimiento debía garantizarse, así como toda la legislación social, con el nombramiento de inspectores obreros.

3. Adopción de procedimientos eficaces que tendieran a resolver la crisis de trabajo y el encarecimiento de la vida.

4. Medidas que intensificasen la construcción de casas baratas.

5. Implantación de cuantos seguros sociales tiendan a garantizar la existencia de los trabajadores de uno y otro sexo en los trances difíciles derivados de su propia condición.

6. Creación de las escuelas necesarias para todos los niños.

7. Promulgación de una ley para facilitar el desenvolvimiento de las cooperativas.

8. Establecimiento de legislación agraria que atendiese a las siguientes cuestiones: aplicación de los beneficios de la legislación de accidentes de trabajo a los obreros agrícolas, constitución urgente de Comités Paritarios en el ámbito agrícola, modificación legal de los arriendos para que tuviesen una duración mínima de veinte años, indemnización por las mejoras introducidas por el arrendatario, y que la venta no fuera superior al interés legal del valor declarado a Hacienda, prohibición de los subarriendos, obligación del cultivo intensivo, municipalización de las tierras que, por abandono de sus dueños, llevasen si producir cuatro años, y concesión de dichas tierras en arriendo a las Sociedades de Obreros existentes en la localidad, bajo la dirección técnica que establiera el Estado, roturación de las tierras destinadas a cotos de caza y cría de ganado de lidia, creación del crédito agrícola nacional con un bajo interés de amortización a largo plazo, y reconocimiento preferente para los arrendatarios del derecho de retracto en caso de venta de las tierras dadas en arriendo, aparecería, etc.

9. Repoblación forestal

10.Promulgación de una ley de control sindical en las industrias. Los socialistas afirmaban que el capitalismo se encontraba en una fase de descomposición, incapaz de resolver los problemas que había generado. Se abría, por lo tanto, un momento en el mundo para que las organizaciones obreras y socialistas adquiriesen una grave responsabilidad.

Hemos consultado el número 6928 de El Socialista.