viernes. 26.04.2024
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Foto: CCOO Madrid (Fran Lorente)

Cada año el 1º de Mayo, también por supuesto este año, miles de veteranos y veteranas sindicalistas nos encontraremos en las calles de nuestros pueblos y ciudades participando con las nuevas generaciones de militantes en la obligada manifestación de ese día. Nos abrazaremos y en un repetido ritual nos preguntaremos por la salud, por los nietos, por el trabajo de los hijos y las hijas, y por compañeros comunes que este año no han venido a la manifestación. Cada uno y cada una formularemos nuestro editorial sobre la coyuntura política y social del país y del mundo.

Recordaremos con orgullo luchas comunes, olvidando viejas diferencias y duros enfrentamientos que a veces tuvimos, y que, por suerte, hoy ya no se dan en nuestras organizaciones sindicales, al menos con aquellos niveles de dureza que muchos de nosotros vivimos.

Como cada año, cuando se acabe la manifestación, quedaremos con el mismo grupo a tomar unas cervezas y pinchos o una paella, en el mismo bar o tasca de cada año. Y también, como cada año, haremos el balance del éxito o fracaso de la manifestación: “más gente que el año pasado, es normal como están las cosas”, siempre somos los mismos, ¡joder!”, ¿dónde están los miles de parados?”, habéis visto: hay más calvos y canas que melenas de la juventud”, tendríamos que hacer la manien la playa o en el campo, porque dicen que están llenos de gente” …….

Recordaremos con orgullo luchas comunes, olvidando viejas diferencias y duros enfrentamientos que a veces tuvimos

Pero, sobre todo, en la conversación entre veteranos sindicalistas estará el reconocimiento y la conciencia de lo mucho que ha cambiado el mundo del trabajo. Antes, no hace tantos años, las reglas eran pocas y bien definidas, y ser sindicalista era una elección fuerte y con perfiles claros. Era una decisión dura y difícil porque transformó nuestras vidas y las de nuestras familias, pero disfrutaba de un reconocimiento social que en los últimos años se ha debilitado como consecuencia de las viscerales campañas de aquellos sectores que ven al sindicalismo como un riesgo para sus políticas y privilegios. Reconoceremos, con tímida humildad, que la actividad sindical del reciente pasado era menos compleja que la actual porque las condiciones de trabajo eran más homogéneas, más colectivas. En cambio hoy, aunque la tarea del representante sindical sigue siendo igual de exigente que hace décadas, es un poco más compleja, y por ello más difícil de confiarla sólo a la espontaneidad o la experiencia pasada, porque está obligado a representar mayores diversidades y nuevos retos, como el radical cambio tecnológico, la digitalización, ….

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Foto: CCOO Madrid (Fran Lorente)

En este 1ª de Mayo los sindicalistas de CCOO y UGT nos abrazaremos en las calles y plazas para recordar nuestra dura, pero sin duda útil y muy gratificante, militancia sindical y política. Este año nuestras conversaciones girarán en torno a la percepción que tengamos cada cual sobre el resultado de las próximas elecciones municipales y autonómicas.

La actividad sindical del reciente pasado era menos compleja que la actual porque las condiciones de trabajo eran más homogéneas, más colectivas

Y, cómo no, nos preguntaremos con preocupación qué pasará en las elecciones generales de diciembre, si se hará realidad la previsión de tantas encuestas que nos anuncian un futuro gobierno PP y VOX. Y si la izquierda alternativa al PSOE conseguirá construir una candidatura común, una condición necesaria para poder reeditar el actual gobierno de coalición, yo estoy convencido que de si lo conseguirá. Y muchos, posiblemente por desgracia menos de los que sería necesario para que se hiciera realidad, nos desgañitaremos defendiendo que, además de la necesidad general de que se construyan candidaturas únicas entorno a Sumar y Yolanda Díaz, de que se construyan únicas, en todas aquellas circunscripciones en las que esté cantado que Sumar no tenga posibilidades de alcanzar algún escaño, se unan la fuerzas en torno a la candidatura progresista mejor posicionada, para no perder y regalar escaños a VOX o al PP.

Será un 1º de Mayo, como todos los años, de exaltación del orgullo de la clase trabajadora y la militancia sindical. Un día de reconocimiento y apoyo al trabajo de las nuevas generaciones de sindicalistas. Una ocasión para redoblar el llamamiento a las y los jóvenes trabajadores a la afiliación y a la militancia sindical que hoy precisa, más que nunca, de su coraje, de su espíritu de lucha y de su compromiso a favor de la justicia. De ello dependerá, y mucho, su futuro y el del conjunto de la sociedad.

Así que, un año más: ¡Viva el 1º de Mayo y la militancia sindical!

¡Viva el 1º de Mayo!, conversaciones en la manifestación