PSICOECOLOGÍA

La risa nos hace sentir bien

Lo que entendemos por risa es la unión de un conjunto de movimientos bucales y faciales que realizamos a la vez que emitimos. 

Reírse supone una alteración de diferentes sistemas como el respiratorio (la entrada de aire pasa a ser irregular mientras dura la risa) y cardíaco, que se ven estimulados por esta acción, a la vez que se contraen y dilatan un total de alrededor de una quincena de músculos faciales.

La sangre fluye a la cara, enrojeciéndola en mayor o menor medida, y si la risa es sincera y fuerte es posible llegar a lagrimear o incluso a experimentar alteraciones gastrointestinales.

En cuanto a lo que respecta a la emisión del sonido, emitimos una cadena de sonidos de una misma tonalidad que se repite cada 210 milisegundos.

Una respuesta fisiológica

La risa es una respuesta fisiológica que se da como reacción a la estimulación externa o interna. Se trata de una reacción a la estimulación que nos ayuda a descargar la energía que causan determinados aspectos generalmente emocionales. Qué es lo que causa la risa exactamente es algo analizado y discutido, existiendo diferencias en función del tipo de reacción emocional que la provoque.

La risa es una reacción a la estimulación que nos ayuda a descargar la energía que causan determinados aspectos generalmente emocionales

Reírse no es algo único y específico de los humanos, sino que también se ha visto reflejado en otros primates, perros e incluso en ratas. Generalmente surge en momentos en que el sujeto siente bienestar y disfruta de la situación en la que se encuentra en este momento, el contenido de la interacción o aspectos inferidos de la conducta propia o ajena.

Las vías neurológicas que se activan durante la risa pueden ser múltiples según el tipo de risa que se esté emitiendo, las emociones que despierten o la sinceridad con la que se emita.

Torrente de dopamina

Nadie sabe exactamente por qué nos reímos, aunque se sospecha que desempeñó una importante función social y de vinculación en los primeros grupos humanos. Sin embargo, sabemos algo sobre lo que hace:

Psicológicamente, mejora el estado de ánimo casi de inmediato y reduce el estrés y la ansiedad.
Físicamente, reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, al tiempo que aumenta los neurotransmisores del "sentirse bien", dopamina y serotonina.

Si la risa se genera debido a un estímulo externo, como una conversación, en primer lugar es detectada por el área de Wernicke del parietal izquierdo para posteriormente conectarse con hipocampo, ganglios basales y sistema límbico (en el que se evalúa la significación emocional del hecho que generará la risa). El sistema de recompensa cerebral sintetiza y libera un torrente de dopamina si la información es valorada como positiva y original.

Se generan también endorfinas y oxitocina, cosa que explica las sensaciones de relajación y plenitud propias de la risa sincera.

De este modo, por lo general podemos decir que a la hora de reírse tiene una gran importancia el sistema límbico y su conexión con la corteza prefrontal (que regula los estímulos sociales y la inhibición de emociones y contribuye al procesamiento de la información), así como con los ganglios basales (especialmente el núcleo accumbens) y en general el circuito de recompensa cerebral.

También se ven vinculadas la corteza motora primaria y la premotora, si bien en este caso la risa suele ser voluntaria y forzada. Finalmente, el sistema nervioso autónomo provoca las respuestas que producen el enrojecimiento y el lagrimeo.

Así pues, la risa nos hace sentir bien, acerca a las personas, aligera un lugar de trabajo e incluso ayuda a las personas con ánimo bajo a controlar su condición.

Risas contagiosas

En 2004, un equipo dirigido por Carl Marci, profesor asistente de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital General de Massachusetts, rastreó no solo los efectos psicológicos y fisiológicos de la risa, sino también su impacto interpersonal.

Este trabajo rastreó la conductancia de la piel y la sudoración en psiquiatras y sus pacientes tratados por trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión, encontraron que la risa era común, a pesar del tema sombrío. Hubo un promedio de 15 risas durante los 50 minutos que pasaron juntos. Los pacientes se rieron aproximadamente el doble que los psiquiatras, pero incluso cuando solo uno se reía, ambos mostraron aumentos en la actividad del sistema nervioso que controla la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Sin embargo, cuando ambos se rieron juntos, esa excitación fue significativamente mayor. Las risas contagiosas, en ese momento, eran una señal de que las emociones expresadas se percibían como validadas. También indica que el paciente está expresando más que solo lo que se dice.

Harvard puede parecer el tipo de lugar que estudia la risa en lugar de participar en ella, pero con un campus lleno de jóvenes, mantener la tapa de las risas es un desafío. El campus alberga publicaciones humorísticas, un famoso programa anual de burlesque, un programa de noticias de televisión simulado y grupos estudiantiles que ofrecen oportunidades de improvisación y monólogos.

Payasos hospitalarios

En 2020, un grupo de investigadores brasileños y canadienses realizó un análisis de 21 estudios sobre el impacto de los payasos hospitalarios en más de 1.600 niños y adolescentes que sufren una variedad de síntomas, como ansiedad, dolor, estrés, fatiga relacionada con el cáncer y llanto.

La investigación encontró que los niños expuestos a los bufones alegres estaban significativamente menos ansiosos durante los procedimientos médicos posteriores, independientemente de si un padre estaba presente, y experimentaron un mejor bienestar psicológico.

***

Por último, compartir esta reflexión, desde la paradoja, del genial Groucho Marx

“Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de la risa. Algún día espero leerlo”.