martes. 23.04.2024
  1. Concepto
  2. Prevalencia
  3. Causas
  4. Síntomas
  5. Tratamiento

Concepto

El trastorno afectivo o depresión estacional (TAE) es un tipo de depresión relacionado con los cambios de estación. El trastorno comienza y finaliza aproximadamente en la misma época cada año. Los síntomas comienzan en otoño y continúan durante los meses de invierno y, durante este período, se tiene menos energía y mal humor. Los síntomas suelen desaparecer durante los meses de primavera y verano. Con menor frecuencia, el trastorno afectivo estacional causa depresión en la época de primavera o al comienzo del verano.

Prevalencia

La prevalencia de los trastornos afectivos estacionales en la población general se sitúa entre el 1-10%. Su incidencia en mujeres es mayor, aproximadamente el doble de frecuente que en hombres. La edad de aparición media ronda los 20-35 años y su incidencia decrece con la edad. Algunos estudios sugieren que la prevalencia es menor en niños y adolescentes, aunque los datos son contradictorios. No hay datos en la población geriátrica.

El trastorno afectivo estacional es más común en las latitudes altas, siendo su incidencia más frecuente en los países nórdicos (Finlandia, Dinamarca, Suecia y Noruega), aunque se ha visto que la influencia de la latitud es débil, y existen otros factores que contribuyen considerablemente a su incidencia tales como el clima, dieta, factores socio-culturales y genéticos.

Los síntomas comienzan en otoño y continúan durante los meses de invierno cuando se tiene menos energía y mal humor

Causas

Hoy en día, se tiende a pensar que es un trastorno de causa multifactorial, en el que intervienen tanto factores ambientales (clima, latitud, factores sociales y culturales ya mencionados previamente) como genéticos. En los últimos años, hay evidencias que sugieren que la personalidad juega un papel importante en el desarrollo y expresión del TAE. En un estudio en el que se valoraba diferentes áreas de la personalidad, se encontró que los pacientes afectados por TAE, comparados con sujetos sanos, presentaban más rasgos de neuroticismo, y eran menos extrovertidos.

Existen numerosos trabajos en los que se han investigado la influencia genética en el TAE. Se ha visto que muchos pacientes con TAE tienen también familiares de primer grado afectados con la misma patología. En el TAE intervienen diversos neurotransmisores: serotonina, noradrenalina, dopamina y melatonina. Se han realizado diversos estudios genéticos para investigar la heredabilidad tanto de éstos como de sus transportadores sin resultados concluyentes.

El trastorno afectivo estacional es más común en las latitudes altas, siendo su incidencia más frecuente en los países nórdicos

La base de los cambios en el estado de ánimo en los pacientes afectados por un TAE descansa sobre la hipótesis de una alteración del ritmo circadiano relacionada con un incremento en la secreción nocturna de melatonina, de forma que la (tratamiento con luz) ejercería un efecto antidepresivo corrigiendo estas alteraciones. Esta hipótesis se apoya sobre la idea de que el TAE, con frecuencia, se inicia en otoño, época en la cual el periodo de luz solar comienza a disminuir. Existen estudios que validaron esta teoría al encontrar mayor prevalencia de TAE en las latitudes altas donde el fotoperiodo es menor en invierno. Sin embargo, otros estudios, como ya se ha comentado previamente han encontrado poco efecto de la latitud en el desarrollo del TAE.

Síntomas

En la mayoría de los casos, los síntomas del trastorno afectivo estacional aparecen a fines de otoño o a principios del invierno y desaparecen durante los días de primavera y verano, más soleados. En raras ocasiones, algunas personas exhiben un patrón opuesto y sus síntomas comienzan en verano o primavera. En cualquiera de los casos, los síntomas pueden ser leves al principio y agravarse a medida que avanza la estación.

Los signos y síntomas del trastorno afectivo estacional:

·  Sentirse apático, triste o decaído gran parte del día, casi todos los días

·  Perder el interés en actividades que solías disfrutar

·  Tener poca energía y sentirse aletargado

·  Dormir demasiado

·  Sentir antojos por consumir carbohidratos, comer en exceso y subir de peso

·  Tener dificultad para concentrarse

·  Sentirse desesperanzado, inútil o tener sentimientos de culpa

·  Comenzar a sentir que ya no quieres vivir

Trastorno afectivo estacional de otoño e invierno

Los síntomas específicos del trastorno afectivo estacional de inicio en invierno, a veces llamado depresión de invierno, incluyen los siguientes:

·  Exceso de sueño

·  Cambios de apetito, especialmente un antojo por consumir alimentos ricos en hidratos de carbono

·  Aumento de peso

·  Cansancio o falta de energía

La fototerapia imita la luz natural exterior y parece provocar un cambio en las sustancias químicas del cerebro vinculadas al estado de ánimo

Trastorno afectivo estacional de primavera y verano

Los síntomas específicos del trastorno afectivo estacional de inicio en verano, llamado también depresión de verano, pueden incluir los siguientes:

·  Problemas para dormir (insomnio)

·  Falta de apetito

·  Pérdida de peso

·  Agitación o ansiedad

·  Mayor irritabilidad

Tratamiento

El tratamiento para el trastorno afectivo estacional puede comprender terapia lumínica o fototerapia: durante una sesión de terapia lumínica se sienta el paciente a pocos metros de una cabina de luz especial de manera que queda expuesto a una luz brillante durante la primera hora después de despertarte cada día. La fototerapia imita la luz natural exterior y parece provocar un cambio en las sustancias químicas del cerebro vinculadas al estado de ánimo. La fototerapia es uno de los tratamientos de primera línea para el trastorno afectivo estacional de inicio en otoño. En general, empieza a funcionar luego de unos días o un par de semanas y provoca muy pocos efectos secundarios. La investigación sobre la fototerapia es limitada, pero parece ser eficaz en el alivio de los síntomas del trastorno afectivo estacional para la mayoría de las personas. Se complementa este tratamiento con psicoterapia y medicamentos.

Por último, compartir esta reflexión de Mario Benedetti: “Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza”.

¿Te deprimes con los cambios de estación? Te contamos porqué