viernes. 19.04.2024
Un área en la parte frontal del cerebro conocida como la corteza prefrontal medial (mPFC) es responsable de asignar un valor subjetivo a la experiencia visual. La imagen es de dominio público
Un área en la parte frontal del cerebro conocida como la corteza prefrontal medial (mPFC) es responsable de asignar un valor subjetivo a la experiencia visual. La imagen es de dominio público

Hay funciones dentro de la estructura de la red neuronal donde se alternan funciones antiguas como recuerdos, experiencias u otro tipo de estímulos para plantear la propuesta creativa que se genera con carácter innovador, de modo que, para visualizar explosiones creativas, lo “nuevo” se liga intrínsecamente al “pasado” y a la lógica de la experiencia. Siempre que existe ese “flow creativo” es necesaria la intervención de la red de atención ejecutiva para ordenar esas ideas de forma eficiente. De ahí la dificultad a la hora de establecer el número de áreas cerebrales comprometidas en funciones dentro de la estructura de la red neuronal donde se alternan funciones antiguas como recuerdos, experiencias u otro tipo de estímulos para plantear la propuesta creativa que se genera con carácter innovador. 

El arte es emoción y medirla nos asegura que nos basamos en parámetros reales y que podemos defender la actividad por su carácter social en cualquier foro científico. Sabremos que lo que producimos es de calidad, que genera una pulsión vital en el individuo y cuánta positividad aportamos a la sociedad en datos evaluables, analizables y de sencilla comprensión incluso para los no expertos.

La Neuroestética es un campo de la ciencia experimental, de reciente aparición, que tiene como objetivo combinar la investigación psicológica con la estética mediante la investigación de la percepción, la producción, y la respuesta al arte, así como las interacciones con los objetos y escenas que evocan una sensación intensa, a menudo de experimentar placer. El campo recientemente desarrollado busca entre otras cosas encontrar conexiones neuronales entre el juicio estético y la creatividad. Se argumenta que la estética visual, es decir, la capacidad de asignar diferentes grados de belleza a ciertas formas, colores o movimientos, es un rasgo humano adquirido de forma evolutiva.

El campo recientemente desarrollado [Neuroestética] busca entre otras cosas encontrar conexiones neuronales entre el juicio estético y la creatividad

Una cuestión central para este campo es, por ejemplo, si las preferencias artísticas o estéticas son guiadas por un conjunto de leyes o principios universales. Además, se busca la razón evolutiva para la formación y las características de estos principios. Se cree que la identificación de los circuitos cerebrales involucrados en los juicios estéticos (por ejemplo, a través de la utilización de imágenes del cerebro) puede ayudar a identificar el origen de estas respuestas.

El por qué los humanos somos capaces de hacer juicios estéticos ha sido durante mucho tiempo un foco de investigación en psicología, pero más recientemente ha encontrado un punto de apoyo en la neurociencia con el campo emergente de la Neuroestética. Sin embargo, a pesar de la larga tradición de estudiar los juicios de valor, todavía tenemos una comprensión muy limitada de cómo las personas forman un valor estético, y mucho menos de los mecanismos neuronales subyacentes a este enigmático proceso. Hasta ahora, los estudios de neurociencia sobre juicios estéticos se han limitado en gran medida a identificar regiones cerebrales que muestran una mayor actividad a estímulos con mayor valor estético en comparación con un menor valor estético, dejando abierta la cuestión de cómo el cerebro calcula el valor estético a partir de estímulos visuales en primer lugar. Para llenar este vacío, en un artículo publicado en la revista Nature Communications, un equipo de investigadores de Caltech muestra cómo han empezado a conocer la base neuronal de las preferencias estéticas en los humanos, utilizando una combinación de aprendizaje automático y equipos de escaneo cerebral.

A pesar de la larga tradición de estudiar los juicios de valor, todavía tenemos una comprensión muy limitada de cómo las personas forman un valor estético

El trabajo se llevó a cabo en el laboratorio de John O'Doherty, por el profesor Fletcher Jones, del Departamento de Neurociencia de Decisión de Caltech. En esta investigación, los científicos entrenaron a una computadora para predecir el gusto de los voluntarios por el arte, alimentándola con datos sobre qué pinturas les gustaban a los voluntarios y cuáles no les gustaban. Con suficiente entrenamiento, la computadora se volvió experta en adivinar correctamente si a una persona le gustaría un Monet o un Picasso, por ejemplo.

Ese acto de mostrar gusto o no por una obra de arte parece tan innato y ocurre tan instantáneamente y sin problemas en nuestros cerebros, que pocos de nosotros probablemente nos hemos tomado el tiempo para preguntarnos por qué o cómo sucede, pero las preferencias estéticas han sido objeto de discusiones filosóficas durante cientos de años.

"Cuando ves una imagen, decides inmediatamente si te gusta o no, pero si lo piensas, esto es realmente complicado porque la entrada es muy compleja, esta es en realidad una pregunta muy abierta, y realmente no hemos sabido cómo el cerebro logra hacerlo. Por lo tanto, nos preguntábamos si podríamos entenderlo usando un método de modelado computacional", dice el autor principal Kiyohito Iigaya, de la Universidad de Columbia.

Este estudio implicó que los voluntarios calificaran las pinturas (hasta mil) en el transcurso de cuatro días mientras sus cerebros eran escaneados con una máquina de resonancia magnética funcional (fMRI).

Con suficiente entrenamiento, la computadora se volvió experta en adivinar correctamente si a una persona le gustaría un Monet o un Picasso, por ejemplo

Esos escáneres cerebrales y las calificaciones de los voluntarios de las pinturas se introdujeron en un algoritmo de aprendizaje automático, junto con la salida de una red neuronal entrenada para examinar las pinturas en busca de cualidades como contraste, tono, dinámica y concreción (ya sea que la pintura sea abstracta o realista).

Los datos que el equipo recopiló mostraron que áreas dentro de la corteza visual, la parte del cerebro que procesa la entrada visual, son responsables de analizar esas cualidades. Un área en la parte frontal del cerebro conocida como la corteza prefrontal medial (mPFC) es responsable de asignarles un valor subjetivo.

Básicamente, el cerebro descompone una obra de arte en sus cualidades esenciales, y luego decide si esas cualidades son agradables o no. Esto es más o menos de la misma manera que el cerebro decide si le gusta una comida o no. 

En su artículo, los investigadores dicen que sus hallazgos sugieren que este sistema de "construcción de valor" puede estar muy extendido en todo el cerebro y puede explicar muchos tipos de preferencias, y no sólo las estéticas.

Por último, compartir esta reflexión del premio nobel de literatura egipcio Naguib Mahfuz: “El arte debe ser gusto, diversión y alucinación”.

Neuroestética y arte