viernes. 29.03.2024

El acoso escolar o bullying, es la conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada. Principalmente son agresiones físicas o verbales, exclusión social, acoso sexual; y derivaciones de ellas como extorsión, robos, difamación o creación de rumores, entre otros.

Es complicado estimar la prevalencia del bullying, ya que los profesionales en la materia concuerdan en señalar que hablamos de un problema bastante recurrente. Sin embargo, se considera que entre un 15% y un 50% de los niños y los jóvenes tienen la posibilidad de haber sido víctimas de bullying alguna vez. Por supuesto, ciertos colectivos son más vulnerables y poseen más posibilidades de ser víctimas de bullying.

Podemos destacar los siguientes indicios del bullying:

  • Inconvenientes de memoria, complejidad en la concentración y atención y bajón del rendimiento estudiantil.
  • Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de hambre, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etcétera.
  • Separación social, apatía e introversión.
  • No querer ir a la escuela, ni juntarse con otros chicos.
  • Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
  • Conductas de huida y evitación.
  • Negación de los hechos e incongruencias.
  • Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
  • Ideas e intentos de suicidio.

Estar al tanto sobre qué es el bullying o acoso escolar, es también conocer cuáles son las consecuencias que estas agresiones causan en los niños y adolescentes. Y es que, no solo involucra a la víctima, sino que también trae consigo a los agresores, e incluso a los que presencian el acto de violencia. Veamos:

Por un lado, las consecuencias principales que deja el acoso escolar en las víctimas son:

  • Fracaso
  • Fobia escolar
  • Baja autoestima
  • Intentos de suicidio

Por otro lado, para con el agresor las consecuencias cambian y estas son:

  • Posible desarrollo de conductas delictivas
  • Dificultad de aprendizaje
  • Convertirse en un maltratador en potencia
  • Practicar estás conductas fuera de las instalaciones educativas

Sin embargo, el acoso escolar, bullying o ciberacoso también afecta a las personas que lo presencian. Por tanto, otra de las consecuencias negativas es el desarrollo de una falta de sensibilidad social o una actitud de tolerancia hacia la violencia escolar y la violencia en general.

La investigación genética sobre las respuestas emocionales de la intimidación muestra que muchas víctimas acosadas experimentan más problemas emocionales cuando tienen similitudes genéticas. Esta investigación genética debería ser importante para los lectores interesados en la educación, la genética, el aprendizaje, la salud mental y la seguridad.

La victimización por intimidación es común entre los niños en edad escolar, aunque sus consecuencias a menudo son cualquier cosa menos benignas. La  muerte de un adolescente de Massachusetts por suicidio llevó a los legisladores estatales a aprobar una de las leyes contra el acoso escolar   dentro de los Estados Unidos. Queda por ver si tales acciones legislativas resultan en disminuciones mensurables en la angustia física o emocional entre los compañeros de la escuela, pero un equipo de investigadores de la Universidad de Duke y el Kings College de Londres han descubierto una variación genética que modera si las víctimas de acoso escolar desarrollarán problemas emocionales.

Las interacciones genéticas y ambientales son un área floreciente de investigación científica y un creciente cuerpo de evidencia demuestra que los niños que son víctimas de acoso están en riesgo de desarrollar problemas emocionales, incluyendo: depresión. Sin embargo, no todos los niños que son intimidados desarrollan tales problemas. Si una variante genética podría contribuir a la alteración emocional en los niños que son intimidados es el foco de un estudio publicado en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (JAACAP).

Este artículo se discute en un editorial del Dr. James J. Hudziak y el Dr. Stephen V. Faraone en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. Al hablar sobre el uso de estudios de gemelos para determinar si una enfermedad o trastorno psicológico puede heredarse, los doctores Hudziak y Faraone afirman: "Estos diseños nos han llevado mucho más allá de los debates ardientes pero equivocados sobre la naturaleza versus la crianza.

Hemos aprendido que ambos dominios afectan a la psicopatología, ejerciendo efectos que a veces actúan independientemente el uno del otro y a veces interactivamente, como cuando las variantes de ADN de riesgo hacen que algunos niños sean más susceptibles a la aparición de enfermedades. Los estudios de gemelos muestran que la acción de los genes puede ser compleja, con variantes de ADN en un locus genético que a veces actúan aditivamente (de manera dosis-respuesta) y a veces con modos clásicos de herencia dominantes o recesivos".

Este estudio concluye: "Los estudios de genes candidatos como estos podrían conducir a intervenciones de salud pública (por ejemplo, mayores esfuerzos para disminuir la intimidación) que pueden reducir la prevalencia de la psicopatología infantil". 

Por último, compartir esta reflexión de Horacio:”Los sensatos se retiran, los chicos abusan, y los tontos miran”.

Psicoecología: Bullying y medio ambiente