viernes. 03.05.2024

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Karen Darlene Arretureta | @karendaptw

Carmen Perona debutó en el universo de los largometrajes con ‘Las reinas del convento’ el pasado 2 de febrero y Mario Vaquerizo la acompañó como su protagonista en el papel de Juanita. En donde la verosimilitud parece un concepto desconocido, un grupo de monjas acoge en su anormal convento a una joven que insiste en unirse a la fe y “casarse” con Jesucristo.

Ella, huérfana de padres y abatida por su “malvada” tía, decide que su camino debe continuar en un convento, rodeada de lo único que parece no abandonarla, Dios. Sin embargo, la rutina las monjas Sor Raimunda (Antonia San Juan), Sor María (María Alfonsa Rosso), Sor Rosarito (Aida Domènech), Sor Rita (Gemma Cuervo) y Sor Frasquita (Isabel Ordaz) carece de toda regularidad. 

‘Las reinas del convento’ aspira a una trama llena de sátira en donde se roza la parodia que yace en los estereotipos de la comedia española

Nada de despertarse a las cinco para ir a la capilla o rezar con sus hermanas, la vida de Juanita en el convento se remonta más a consumir magdalenas alucinógenas, esconder asesinatos y participar en contenido para redes sociales. ‘Las reinas del convento’ aspira a una trama llena de sátira en donde se roza la parodia que yace en los estereotipos de la comedia española. Sin embargo, la constante ridiculización de estos papeles no genera que se rompan dichas percepciones, sino que se transformen en nuevos estereotipos en los cuales las bromas se sienten como verdades pero sin contexto previo que las respalde. 

La presencia de la influencer Dulceida o de actrices con un vasto recorrido como Gemma Cuervo o Ordaz emocionan a públicos de diferentes generaciones, pero no terminan de hacer que la historia encaje completamente. ‘Las reinas del convento’ se llenó de momentos histriónicos como la “disconvento”, Juanita y su desafortunado encuentro en la ducha e incluso partidos de fútbol. Pero, el sentido del humor resulta pesado y difícil de seguir entre varias microhistorias que conviven aunque a veces no terminan de conectar.

‘Las reinas del convento’: la comedia que sin querer, se convirtió en parodia