martes. 16.04.2024

A pesar de no compartir el bipartidismo futbolístico que nos esclaviza, mi corazón late ansioso ante la perspectiva de cuatro partidos, cuatro, entre los dos titanes. Por otra parte, mi sentido común, la rebeldía que todavía anida en mi alma, reclaman hacer justicia y no olvidar a los dioses y los humanos de este particular Olimpo futbolístico que me fabrico. Aunque vayan detrás de los inigualables titanes de la mitología griega, ¿se puede hacer una crónica sin dejar la parte del león para los dos grandes? Los lectores lo dirán.

En los partidos del sábado, el Sevilla sólo logró empatar en Mallorca obsesionado por intercambiar golpes con el Mallorca en lugar de administrar el partido con el oficio de otras temporadas. Aunque pierde fuelle, mantiene la quinta plaza seguido de cerca por Athletic, Atleti y Español. De esos cuatro saldrán los puestos europeos. El Madrid y el Barça, igual que siempre, a lo suyo, a ganar. Aunque no me voy a extender, quisiera destacar la valentía madridista de plantear un partido de fajadores en la Catedral. Del Barça hay que destacar a Thiago, que en algunas facetas ya juega mejor que Xavi, del que muchos aficionados atléticos sueñan con verlo cedido en el Calderón. Me han dicho que lo ponga, por si se extiende la idea.

El domingo se enfrentaban el Valencia y el Villarreal donde se presumía que saldrían rayos y centellas. No hubo lugar. Se jugaba en casa de los chés y el Villarreal notó en demasía el partido de la Europa League, aunque no tanto como la lesión de Gonzalo. Ambos factores desarbolaron la nave amarilla y el Valencia se dio un festín marcando cinco goles, dejando su portería a cero y colgándose, prácticamente, la medalla de bronce que le da derecho al acceso directo a la Liga de Campeones.

Con permiso de esa goleada, el protagonismo de esta jornada es rojiblanco. Ahí está el modesto Sporting volviendo a sumar tres puntos ante un siempre difícil Osasuna y dar un paso de gigante para asegurar la permanencia en primera. En una jornada de empates, la línea roja del descenso queda por detrás del puesto 15 del Deportivo con 35 puntos. Por abajo, Hércules, Málaga y Almería, jornada tras jornada, se empeñan en comprar todos los boletos para el descenso. En el 16 y 17 están Getafe y Zaragoza, quienes se enfrentan hoy en un partido trágico, más para el Zaragoza. Si uno de los dos pierde, estará llamando a las puertas del infierno.

Y ahora toca escribir del Atleti. Habitualmente los dedos se nos llenan de teclas escribiendo solo de los dos grandes, aunque a lo largo de la Liga yo he tratado de sacar a otras estrellas como los Negredo, Muniain, Koke, Callejón, Navas y tantos otros que habitualmente no alcanzan las primeras páginas. Quien sí se la merece por derecho propio es el Atlético de Madrid, donde, además de Agüero, esta semana han destacado Diego Costa, el otro Tiago, sin h, y un espléndido Reyes que deleitó a la parroquia futbolera con una jugada de las que marcan una liga.

Casi cumplida la primera parte, los atléticos estaban cansados de que un magnífico Bravo se hartara de hacer paradones permitiendo que sólo llevaran un gol a favor. En un balón largo hacia el córner izquierdo, con toda la ventaja para el defensa, apareció el toro Diego Costa para pelearla, una vez más. Se hizo con ella, la pasó a otro jugador y éste a Reyes escorado en su sitio natural. Se fue hacia el primer palo perseguido por Carlos Martínez. Le amagó sin balón, una, dos, tres veces hasta que en la cuarta lo dejó sentado y, antes de que Bravo le quitara el balón, se lo cedió a Mario Suárez para meter el segundo a puerta vacía. Siempre es Messi el que nos acostumbra a esas maravillas, pero esta vez fue Reyes quien está como en sus mejores tiempos.

Sin Forlán en el campo, lo que nadie criticó, por una vez en la liga Quique consiguió ensamblar las piezas y construir un bloque, un equipo que jugó muy bien al fútbol. El portero, aunque en pocas ocasiones, hizo de portero. La defensa, de defensa y sin fallos, lo que ya es noticia. Tiago dominó el centro del campo escoltado por un cada día mejor Mario. Y por delante, Koke sigue su proyección luchando como el chaval que es y haciendo de Laudrup de vez en cuando. Con un Agüero ejerciendo de líder, Diego Costa se empeñó en no desmerecer y participó en los dos primeros goles. En el primero, recibió un balón alto, lo controló con el pecho y en un taconazo sublime dejó el balón a la carrera de Filipe Luis para fusilar el gol. Lo sustituyeron en el minuto 71 por Forlán, y se notó, y n o digo más. Todavía estaba en el campo el Kun quien, celoso por el buen juego de sus compañeros y cansado de que Bravo se lo parara todo, en un contragolpe se recorrió medio campo para cruzar el balón al segundo palo y marcar el tercero. Soy el Kun y yo no voy a ser menos, pensó.

Siguiendo con los colores rojos y blancos, no me olvido de la gesta que están haciendo los profesionales del Rayo. Empataron en casa con el Albacete, lo que les ha supuesto perder el primer puesto a favor del Betis, aunque empatados a puntos. Todavía mantiene seis de ventaja con el Celta y sigue teniendo a tiro el ascenso a primera. En fin, lo dejo aquí. Señoras, señores, amen la vida, amen el fútbol.

El Atlético recupera el buen juego