viernes. 19.04.2024
EL EX PORTAVOZ DE WIKILEAKS

El ex portavoz de Wikileaks cree que la web ha alcanzado la categoría de "poder político" en sí misma

El ex portavoz de Wikileaks, Daniel Domscheit-Berg defiende el modelo informativo abanderado por la página a pesar de las discrepancias con su editor, Julian Assange.

El exportavoz de Wikileaks, Daniel Domscheit-Berg, abogó este lunes por la continuación del modelo impuesto por la página dirigida por Julian Assange como abanderado "de un nuevo paradigma de la sociedad" en pos de la "transparencia", a través de la divulgación de miles de documentos secretos militares y diplomáticos que han sacudido la política internacional y que han llevado a la web a convertirse "en un poder político en sí mismo".

No obstante, cualquier organización que desee proseguir la obra, destacó, "deberá contar con una estructura apropiada" y desarrollar, de ser posible, sus sistemas de protección a las fuentes que entregan la información, según explicó durante la presentación en Madrid de su libro 'Dentro de Wikileaks: Mi etapa en la web más peligrosa del mundo'.

DISCREPANCIAS

Domscheit-Berg (Alemania, 1978) ejerció durante dos años y medio de voz del portal bajo el seudónimo de Daniel Schmitt antes de abandonar su cargo en septiembre de 2010 por graves discrepancias con Assange, gran parte de ellas derivadas de, en su opinión, el exceso de control ejercido por el editor australiano sobre todos los aspectos de la web hasta el punto de convertirse "en un sinónimo" de la misma.

A esta tendencia acaparadora, que impidió adaptar la web a las necesidades estructurales que requería para manejar información de esta magnitud, se suman otras decisiones de Assange duramente cuestionadas por el exportavoz.

Daniel Domnscheit-Berg declaró, por ejemplo, que el editor australiano -actualmente detenido en Londres a la espera de extradición a Suecia por cargos de violación- llegó incluso a intentar vender a la cadena CNN por un millón de dólares un vídeo filtrado en el que se ve la muerte de dos reportero de Reuters durante un ataque militar estadounidense el 12 de julio de 2007 en Bagdad, y negoció "en privado" la venta de información clasificada con "reconocidos antisemitas" como el escritor Israel Shamir y su hijo, Johannes Wahlström.

"Nosotros creíamos que se trataba de una aproximación equivocada, pero (Assange) nunca habló con nosotros, nos dijo que no era asunto nuestro", declaró Domscheit-Berg, quien eludió realizar valoraciones sobre los cargos de los que se acusa actualmente Assange, aunque sí opinó que la situación legal del editor australiano no está relacionada en modo alguno con la animadversión que la página ha desatado, principalmente entre los gobiernos. "No me imagino la posibilidad de que estas acusaciones sean una campaña de desprestigio", explicó.

ÉXITOS Y FRACASOS DE WIKILEAKS

Para Domscheit-Berg, Wikileaks se ha convertido en el paradigma de un nuevo modelo de información que no obstante carece de la estructura necesaria para procesar los miles de documentos que recibe. El activista tecnológico alemán, reconoció que se vio atraído por el hecho de que la información que proporciona Wikileaks, en forma de documentos, permite al ciudadano "eliminar la confusión, las complejidades y las interpretaciones de terceros" y le concede el poder de decidir por sí mismo. "Era una idea muy poderosa y es lo que me atrajo en un primer momento", rememoró.

"No obstante, nunca pudimos darle la estructura suficiente", indicó Domscheit-Berg, quien reconoció que llegó un momento en el que Wikileaks -que comenzó con una plantilla de menos de una decena de personas- tenía problemas "de escala" para manejar el enorme volumen de información recibido, o identificar falsificaciones en los casos que así se dieran.

Con todo, Domscheit-Berg consideró que el núcleo de la cuestión reside en la forma en la que una organización concebida inicialmente desde el secreto "para que nadie nos la terminara echando por tierra", se ha terminado convirtiendo, en sí misma, "en un poder político" y en un nuevo paradigma de la sociedad, que ahora se enfrenta a la "idea de la transparencia, cuando nunca antes había pensado en ella".

BRADLEY MANNING

En última instancia, Domscheit-Berg expresó su preocupación por el actual estado del soldado estadounidense Bradley Manning, el hombre que presuntamente filtró a Wikileaks los documentos secretos sobre la guerra de Irak y Afganistán, y que ahora se encuentra detenido y encerrado a la espera de un juicio militar, en lo que el ex portavoz califica en su libro como el "peor momento de la historia de Wikileaks".

Manning, quien ahora mismo se encuentra detenido y aislado en la Base del Cuerpo de Marines de Quantico (Virginia), está acusado entre otros del delito capital de "colaborar con el enemigo" y, si bien no se enfrenta a la pena de muerte, sí que podría pasar hasta 52 años en la cárcel, según indican expertos consultados por el diario británico 'The Guardian', tras reconocer ante el exhacker Adrian Lamo que había divulgado los documentos clasificados a Wikileaks. Nada más tener conocimiento de esta información, Lamo delató a Manning al Ejército estadounidense.

En este sentido, Domscheit-Berg aseguró desconocer si Manning filtró realmente los documentos a la web. "No sé si Manning es realmente la fuente, pero eso no quiere decir que no me sienta mal", indicó el exportavoz. "Si ha usado nuestros servicios, en cierto modo es nuestra responsabilidad, aunque no seamos parte directa de su situación actual", añadió.

Es por ello, y dado la situación de Manning, que Domscheit-Berg pretende con su nuevo proyecto, Openleaks, mejorar los sistemas de protección de las fuentes que les entregan sus documentos. Para el activista tecnológico alemán, "se están barajando diferentes maneras de proteger el anonimato de las fuentes durante la transmisión". Pero, como recuerda en el libro, "lo que no somos capaces de hacer es proteger a las fuentes de sí mismas".

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