viernes. 19.04.2024
Estación Depuradora de Aguas del Canal del Duero ubicada en San Isidro
Estación Depuradora de Aguas del Canal del Duero ubicada en San Isidro

JESÚS ANTA ROCA | Corría el día 31 de agosto de 1996 y el Ayuntamiento de Valladolid aprobó, gracias a la mayoría absoluta que ostentaba el Partido Popular y con el voto en contra de socialistas e Izquierda Unida, la privatización del servicio municipal de aguas. Este acuerdo vino precedido de muchos meses de debate social y político, en el que, junto a argumentos y datos contemporáneos, buena parte de la ciudad recordaba los tiempos pretéritos en los que el abastecimiento de agua era privado, hasta que en 1959 se municipalizó, con ventajas notables en la prestación del servicio.

Transcurridos veinte años desde la privatización de 1996, en diciembre de 2016, el pleno municipal aprobó, con el acuerdo de los partidos de izquierda (PSOE, Toma la Palabra –una plataforma electoral en la que participa Izquierda Unida-, y Sí se puede –una fórmula emanada de Podemos-), recuperar la gestión pública del agua, concluidos los años que la empresa Aguas de Valladolid tenía firmados con el Ayuntamiento. En contra votaron Partido Popular, Ciudadanos y un concejal no adscrito.

El Equipo de Gobierno partidario de recuperar la gestión pública del agua adujo que el agua es un recurso básico y universal que debe quedar fuera de la lógica empresarial y que, además, la empresa concesionaria no había realizado los trabajos adecuados de modernización de la red. Al argumentario se añadía que los ingresos por el abastecimiento revertirían en forma en inversiones a la ciudad y no irían a parar al apartado de beneficios de una empresa privada.

¿Cuál era la historia del abastecimiento de aguas a Valladolid que salía a colación en los intensos y tensos debates de 1996 para privatizar el servicio de abastecimiento de agua? Veamos.

La historia de la ciudad de Valladolid también podría escribirse como la lucha permanente para proveer a la población de aguas potables

La historia de la ciudad de Valladolid también podría escribirse como la lucha permanente para proveer a la población de aguas potables. No será fácil encontrar, desde el siglo XVI, un tema que tantas veces fuera tratado por los munícipes: el abastecimiento de agua y el mantenimiento de sus conducciones, por lo que hasta muy avanzado el siglo XIX, solo una histórica conducción de aguas conocida como la “traída de Argales”, proveía, con mucha dificultad, de agua limpia a la gente de Valladolid. Se hicieron otras captaciones efímeras, como la de surtir fuentes con agua captada directamente del río Pisuerga, pero hasta que no se construyó el canal del Duero con su correspondiente estación depuradora en el alto de San Isidro en el año 1886, la ciudad tenía que hacer colas en las fuentes, de las que a veces apenas manaba un chorrillo de agua, o contratar los servicios de los aguadores.

EL CANAL DEL DUERO, LAS FUENTES Y LA CALIDAD DEL AGUA

Efectivamente, el canal del Duero fue el inicio de un abundante y estable suministro de agua a las casas. Pero también creó tremendos quebraderos de cabeza al Ayuntamiento, pues el servicio no alcanzaba a cubrir las expectativas de la población.

Este canal lo construyó una empresa privada que había obtenido la concesión para su construcción. Con ella, el Ayuntamiento contrató en mayo de 1887 que colocara veinte fuentes de vecindad repartidas por todos los barrios de entonces. Pero los meses pasaban y la empresa no terminaba de cumplir su obligación contractual, hasta que tras varios requerimientos, en diciembre algunas fuentes ya estaban instaladas. Mas, aquello fue también motivo de desencuentros con la empresa del Canal, pues los concejales consideraron que su aspecto no era digno de una capital pues en nada contribuían al ornato de la misma y más bien eran unas bocas de riego a las que se las ha acoplado un tubo cualquiera.

Arco levantado por la Sociedad Industrial Castellana con motivo de  la visita del Rey Alfonso XIII a Valladolid en septiembre de 1903
Arco levantado por la Sociedad Industrial Castellana con motivo de la visita del Rey Alfonso XIII a Valladolid en septiembre de 1903.

Poco tiempo después, el Ayuntamiento también observa que las fuentes se inutilizan con frecuencia y, a mayores la empresa no las está sustituyendo por otras más ornamentales, tal como se había acordado. Y por si fuera poco, la empresa se negó a colocar fuentes en algunos de los puntos que le asignó el Ayuntamiento, aduciendo que estos lugares se encuentran fuera de la red de abastecimiento.

Al problema de las fuentes pronto se añadió otro de gran importancia: el de la calidad del agua suministrada. Tal era así que fue necesario reactivar el viejo suministro de aguas a través de la conducción de Argales del siglo XVII.

Hubo un momento en el que el nudo de problemas era notable: el suministro del canal quedó interrumpido dos días seguidos, que, además, el agua normalmente venía turbia, que el caudal de la traía de Argales era escaso, que el contrato con la empresa del Canal del Duero era leonino y que, encima, se la debía dinero.

CAMINO DE LA MUNICIPALIZACIÓN

Corría el año 1902 y el Ayuntamiento se queja de que el agua del canal no se depura convenientemente y que incluso se duda de su potabilidad. Ese problema se sigue constatando veinte años más tarde: el ingeniero municipal, José Suárez, advierte al consistorio que las aguas no reúnen las condiciones de limpidez que se exigen al agua destinada a usos domésticos. A ello, indica, hay que sumar que las aguas no solo no eran aptas para el consumo humano, sino que no había suficiente presión en la red y que el agua solo llegaba hasta los pisos segundos… y en determinadas horas del día. Por otro lado se advirtió que el agua que se suministraba al centro era de mejor calidad que la que se suministraba a los barrios.

Interior en desuso  de la planta antigua de depuración de aguas.

Muchos fueron los desencuentros entre al Ayuntamiento y la empresa que explotaba el canal tanto para el riego como para el abastecimiento domiciliario e industrial, que por aquel entonces se llamaba Sociedad Industrial Castellana. Total, que la mala calidad del agua, los reglamentos de abastecimiento, los precios que cobraba la empresa, etc. hicieron que el Ayuntamiento comenzara a pensar en municipalizar el abastecimiento de aguas. Se abre un tiempo en el que la Cámara de Comercio, la Asociación de Inquilinos y el Ayuntamiento van emitiendo opiniones y fijando posiciones sobre cómo solucionar los graves problemas del agua.

En 1952 se acuerda iniciar un proceso, que habría de durar varios años, para municipalizar el servicio de abastecimiento de agua, asunto que se confirmó definitivamente el 17 de marzo de 1959 con la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la Sociedad Industrial Castellana, para la municipalización del servicio de abastecimiento de agua al vecindario, que ciertamente sirvió para que el servicio de abastecimiento se ajustara realmente a los intereses generales de la población.

El abastecimiento de aguas en Valladolid