viernes. 26.04.2024
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Es la capital de la isla de Cerdeña. Capital con pleno sabor mediterráneo con mirada al mar. Sus calles son bulliciosas con sus tiendas, sus bares y su bullicio continúo.

Da gusto pasear por sus calles y comprobar cómo es una ciudad que ha recibido multitud de culturas que quedan perfectamente reflejadas en ellas desde griegos, romanos, normando, árabes, aragoneses, otomanos.

Es la capital de la isla de Cerdeña, isla que recomiendo visitar con tranquilidad dejándose llevar por sus pueblos y su ambiente que nunca nos dejará de sorprender.

  1. El Castillo de San Michele 
  2. El Palacio Real
  3. La Catedral de Santa María
  4. El Pozo de San Pancrazio 
  5. La Torre de San Pancrazio 
  6. El Bastión de Saint Remy 

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El Castillo de San Michele 

Es una fortaleza medieval del siglo XII construida en piedra caliza blanca, que se encuentra en la colina rodeada por un parque del mismo nombre. Actualmente, acoge muestras de arte, exposiciones, conferencias y otros eventos culturales.

La primera instalación, presumiblemente una sola torre, data del periodo bizantino, y adquiere su aspecto actual en la época de los Juzgados sardos (los Giudicati), entre los siglos X y XII, para defender Santa Igia, capital del Juzgado de Cáller, de los ataques de los sarracenos. 

En el año 1350, poco después de la conquista aragonesa de Cáller, su función defensiva pasa a un segundo plano y se convierte en residencia feudal de la familia Carroz, con Berengario Carroz que se hace cargo del castillo. 

Se convierte en una de las residencias más lujosas de Cerdeña. El último miembro de la familia Carroz, que vivió en el castillo fue la Condesa Violante, que murió en el año 1511. Poco después, pasó a la monarquía hispánica. 

En cierto estado de abandono, se utilizó en el año 1652 como hospital militar y lazareto, durante la peste de San Efisio. Entre los siglos XVII y XVIII vuelve a recuperar su función defensiva ante los ataques franceses. En el año 1867 se vende al Marqués Roberti de San Tommaso, que manda rehabilitar el castillo y reforestar la colina con pinos carrascos al arquitecto Dionigi Scano.

A principios del siglo XX es propiedad de la marina militar y durante los sesenta termina finalmente como propiedad municipal. En el año 1996 se realizaron excavaciones arqueológicas en los cimientos del castillo por Renato Salinas. 

Se encontraron los restos de una iglesia del periodo tardío medieval y un friso de mármol de la Basílica de San Saturno de Cagliari. Comenzaron los trabajos de una polémica restauración del castillo y de la colina en el año 1990.

Hoy en día el castillo conserva las tres torres de las cuatro originales y la muralla, circundada por el foso. Sin embargo, tuvo una profunda remodelación con estructuras de acero y policarbonato para reforzar la parte interna de la construcción y permitir su uso cultural.

El castillo está rodeado de paredes de piedra blanca calcárea de la cantera de Bonaria y conserva aún dos de las grandes torres de arquitectura románica pisana, conectadas por murallas en parte desmoronadas. Se encuentran los restos de la capilla del castillo.

Se encuentra en la vía Sirai, en la cumbre del homónimo cerro, en dirección noroeste del casco histórico de la ciudad de Cagliari. En sus orígenes estaba aislado del centro urbano, ahora se encuentra plenamente integrado.

Está rodeado del parque también homónimo, situado a unos 120 metros de altura y 253.000 m2, es uno de los más vastos y con mejores vistas panorámicas de Cagliari.  

El parque destaca por su pinar de Alepo, su maquia y su anfiteatro. También se puede encontrar un restaurante con una amplia terraza y un bar heladería.

El Palacio Real

Cagliari “es la cabeza del reino, la cual tiene un puerto de mar bellísimo, por ser seguro de los peligros y capacísimo, a donde de ordinario los que pasan por Italia y Levante llegan aquí para proveerse de lo necesario. Está muy fortificada de baluartes, torres y murallas”. 

La roca, que se alza frente a la Bahía de los Ángeles más de cien metros, era conocida como Castel di Castro o castello por parte de los pisanos, quienes comenzaron a instalarse en la zona en el año 1217. 

Esta fisionomía del castello, como vemos, se inserta dentro de la tradición de ciudades fortificadas situadas en un promontorio, con claros fines defensivos. De esta época datan los lienzos de las murallas, de gran potencia, que enmarcan el sector noble de la ciudad. 

También a este periodo corresponden las torres que aún permanecen inmutables en la actualidad: la Torre dell’Aquila, la del Elefante y la de San Pancrazio. La primera, se encuentra integrada en una construcción posterior, el Palazzo Boyl. Las dos últimas constituyen focos de atracción turística por las impresionantes vistas que ofrecen tanto de la ciudad como de la bahía. 

La Torre del Elefante es especialmente significativa, pues durante el gobierno de los Habsburgo fue empleada como cárcel. De sus muros colgaron los cuerpos de los reos ajusticiados como intimidatoria advertencia.

En sintonía con la cultura urbana de las ciudades-estado del Doscientos, la vida de la Cagliari pisana giraba en torno al palazzo di città o Ayuntamiento, sede de los organismos económicos, de justicia y de cancillería. Su construcción data, como otros muchos edificios de la zona, del siglo XIII-XIV, aunque su aspecto actual se debe a las obras realizadas durante el siglo XVIII. 

Cumplió estas mismas funciones hasta comienzos del siglo XX, en que se trasladó la sede al impresionante edificio estilo Liberty-Neogótico situado en Piazza Mattoti. En la colocación de su primera piedra estuvieron presentes los monarcas italianos Umberto I y Margarita de Saboya.

Las sedes de las instituciones de administración política del reino se situaban en torno a la plaza del Palacio y a la Plazuela, hoy llamada Piazza Carlo Alberto. La zona mantiene todavía intacta su distribución original, a pesar de la modificación o desaparición de algunos espacios, consecuencia de los bombardeos de 1943. 

La traza urbana se divide en filas de parcelas alargadas, encajadas en un sistema de calles paralelas y curvilíneas que se van adaptando a la orografía sinuosa de la montaña. Estas vías conectaban las dos puertas de acceso a la ciudad fortificada; una, emplazada en la parte norte junto a la Torre de San Pancrazio, y otra en la parte sur de la roca, que se corresponde con la Torre del Elefante.

En el castello residían las principales familias de la nobleza regnícola, muchos de cuyos miembros ocupaban cargos en las instituciones de poder o servían como consejeros de los virreyes. Sus palacios se situaban en las inmediaciones de los principales edificios de gobierno. La secuencia ininterrumpida de residencias, ocultaba el sistema de pequeñas huertas y recogidos jardines privados, con acceso desde la parte trasera de la propiedad.

La Catedral de Santa María

La primera etapa de la iglesia se debe a los pisanos, que la levantaron dentro de los muros de una fortificación, el Castel di Castro. Construida probablemente en el año 1217, cuando los pisanos se instalaron en la colina de Castello. La primera mención que da fe de la existencia de la Iglesia de Sancte Marie de Castello se remonta al año 1254. 

En estilo románico, esta iglesia original tenía planta rectangular, dividida en tres naves, con bóveda de crucería sobre las dos naves laterales y techumbre de madera en la nave central y estaba dedicada, al igual que la catedral de Pisa, a la Asunción de María.

En el año 1258, después de la destrucción por parte de los pisanos de la ciudad de Santa Igia que era la capital del juzgado de Cagliari y de la catedral de Santa Cecilia, la iglesia de Santa María de Cagliari fue elevada a catedral de la diócesis cagliaritana, y se agregó el culto de Santa Cecilia en su dedicación. 

A principios del siglo XIV se construyó el transepto, que le dio a la planta una forma de cruz latina, y las dos puertas laterales. Sobre la fachada se abrió una ventana bífora gótica, y posteriormente hubo intervenciones en el campanario.

La construcción de la primera capilla se remonta al primer ventenio del siglo XIV, en estilo gótico italiano, en el brazo izquierdo del transepto.

Con la conquista de Cagliari por los aragoneses se concluyó el brazo derecho del transepto y se edificaron otras capillas, de las cuales sólo la de la Santa Espina, llamada también Capilla Aragonesa ha permanecido intacta.

En el año 1618 terminaron los trabajos con los que el arzobispo español, Francisco de Esquivel, levantó el nivel del presbiterio para construir el Santuario de los Mártires. El veintidós de noviembre del año 1699, día de Santa Cecilia, el obispo Pietro Vico dispuso reconstruir el interior y la fachada en estilo barroco, confiando la dirección de las obras a Domenico Spotorno.

La remodelación, que duró hasta el año 1704, borró casi por completo la primitiva iglesia románica. La fachada barroca fue terminada por el arquitecto Pietro Fossatien el año 1702. El pavimento fue sustituido por taracea de mármol.

Se colocaron pilastras de caliza en lugar de las columnas románicas. Se levantó la cúpula en el crucero y las capillas góticas del transepto fueron clausuradas; en su lugar se erigieron los monumentos fúnebres de los arzobispos Machín y La Cabra.

En los primeros años del siglo XIX, después del retiro de algunos elementos de mármol, la fachada barroca se demolió, al término de una disputa en la que fue protagonista el entonces superintendente de monumentos Dionigi Scano, quien tenía la esperanza de recuperar la antigua fachada románica. 

La catedral permaneció por cerca de veinte años sin fachada hasta que, en el año 1933 se construyó la actual, que imita al estilo románico pisano, utilizando piedra caliza de la colina de Bonaria y fragmentos escultóricos de la iglesia original. El proyecto fue ejecutado el arquitecto Francesco Giarrizzo. Se efectuó una remodelación de la cúpula, del techo y del campanario en el año 1999.

El edificio se anuncia desde lejos gracias a la elevada cúpula octogonal que, junto con las torres de San Pancracio y del Elefante, hacen inconfundible el horizonte del barrio de Castello desde el Oriente.

La fachada principal neorrománica del año 1933 está dividida en tres partes, de las cuales la central, más elevada y correspondiente a la nave mayor, termina en campana; mientras que las dos laterales, correspondientes a las naves laterales, son más bajas y terminan en media campana.

En la parte inferior de la fachada, destacada con lesenas y bandas lombardas, se abren tres portales con arquitrabes y arcos de medio punto. El arquitrabe del portal principal es románica original, una pieza decorada con motivos florales; sobre ella, hay una luneta en la que se representa con mosaicos a la Virgen María y al Niño.

Sobre los portales laterales hay dos lunetas de menor tamaño, en las que se representan, también en mosaico, San Saturnino (a la izquierda), santo patrono de Cagliari, con una palma en la mano, y Santa Cecilia (a la derecha), copatrona de la catedral, con un órgano como atributo.

En la parte superior, la fachada consiste de tres cuerpos, decorados con falsas logias (galerías) de arcos románicos sostenidos por delgadas columnillas. Sobre la galería intermedia se lee la inscripción dedicatoria en latín: Sanctae Mariae Reginae Sardorum

La fachada está flanqueada por la imponente torre campanario, originaria del siglo XII, de estilo románico pisano, con planta cuadrada y decorada en la cima con arcos de medio punto.

A la etapa constructiva del primer ventenio del siglo XIV corresponden las fachadas laterales de los dos brazos del transepto con sus respectivos portales, en los que se nota claramente la transición del románico pisano al nuevo estilo gótico. El portal del brazo norte es típicamente románico, mientras el brazo sur pertenece ya al gótico. Este último está embellecido con un fragmento de sarcófago romano y una escultura de la Madonna con Niño del siglo XIV, de la escuela toscana.

El interior de la iglesia, de planta de cruz latina, consiste de tres naves con transepto y capillas laterales; de éstas, tres se encuentran en cada una de las naves laterales, y cuatro más se abren en el transepto.

A la entrada hay dos pilas de agua bendita originales del siglo XVII. El pavimento, reconstruido en el año 1956 de acuerdo al diseño original del siglo XVII, es de taracea de mármol policromada.

En la bóveda de la nave central hay frescos que representan La exaltación de la cruzlas historias de la difusión de la fe en Cerdeña y La piedad, todas obras de Filippo Figari (1885-1975).

El púlpito del Maestro Guglielmo

A los lados del portal central hay dos púlpitos tallados en mármol derivados de un único original, encargado en el año 1158 y concluido en el año 1162, obra del maestro Guglielmo, ejecutado en un principio para la catedral de Pisa. 

Estas dos piezas son una destacada obra escultórica y se cuentan entre los mayores tesoros artísticos de la catedral de Cagliari. El púlpito fue colocado en esta catedral en el año 1312, a la izquierda de la nave central junto a la tercera columna.

Durante la reconstrucción de la catedral en el año 1669 el púlpito de Guglielmo fue intervenido drásticamente y dividido en dos púlpitos. Estos fueron colocados desde entonces en su emplazamiento actual. Antes de ser mutilado, el púlpito estaba sostenido por siete columnas, cuatro de ellas colocadas sobre esculturas de leones, las cuales están ahora al pie del presbiterio.

Transepto

En el muro derecho se encuentra el mausoleo del arzobispo Bernardo de La Cabra, monumento fúnebre barroco que recuerda a quien fuera la primera víctima de la peste en Cagliari en el año 1655. En el muro del fondo se halla el fastuoso altar de San Isidro, construido por voluntad del arzobispo y virrey Diego Fernández de Angulo en el año 1683 para celebrar la canonización de San Isidro Labrador, cuya estatua está en la cima del retablo. 

Al centro se halla el lienzo La Madonna Inmaculada con el Niño, también llamado La Madonna de lo stamenti sardos, porque frente a él prestó juramento hasta 1632 el representante del stamento militar, del stamento civil y del stamento religioso del gobierno sardo.

Bajo la mesa del altar está el monumento a Diego Fernández de Angulo. A los lados, las esculturas de Santa Bárbara, San Buenaventura, San Francisco de Asís, San Diego de Alcalá, San Saturnino y dos ángeles.

En el muro izquierdo, sobre la puerta de acceso a la sacristía, se encuentra el Políptico de la crucifixión, pintura de entre los años 1528 y 1530 atribuida a Michele o a Pietro Cavaro. El políptico comprende las escenas de la Virgen con el Niño, la Crucifixión, la Anunciación, San Jerónimo, San Mateo y San Bartolomé.

Cerca de ahí se abre la Capilla Aragonesa o de la Santa Espina, edificada alrededor del año 1328, año en que los aragoneses tomaron posesión del castillo de Cagliari. La capilla, de planta semioctogonal, es uno de los primeros ejemplos de arquitectura gótica catalano-aragonesa en Cerdeña. 

Sobre los capiteles que sostienen el arco ojival y sobre la llave de la bóveda en forma de paragua se aprecia el escudo de la Casa de Aragón. Se llama de la Santa Espina porque en el nicho del lado derecho se conserva una espina que de acuerdo a la tradición procede de la corona de Cristo. 

Sobre el altar está un precioso sagrario de plata del año 1610, obra del artesano cagliaritano Giovanni Mameli, mientras que de la bóveda cuelga la linterna, también de plata y original del siglo XVII. En la capilla está sepultado el arzobispo de Cagliari Ernesto Maria Piovella, cuyos restos fueron trasladados aquí desde el cementerio de Bonaria en el año 1965.

En la Capilla del Sagrado Corazón de María se conserva un órgano del año 1758, proveniente de la vecina iglesia de la Purísima. Sobre el altar hay una escultura de María. Esta capilla estuvo dedicada a San Saturnino, patrono de Cagliari.

En la bóveda del brazo derecho del transepto están las pinturas El poder de María y su protección sobre los sardos, y Santa Cecilia, ambas de Filippo Figari.

Brazo izquierdo

En el muro izquierdo del brazo derecho del transepto se abren dos capillas, simétricas a las del Sagrado Corazón de María y de la Santa Espina. La primera, la más cercana al presbiterio, es la Capilla del Crucifijo, del siglo XVIII, completamente recubierta de mármol veteado, que alberga en el altar un crucifijo de madera de entre el siglo XVI y el XVIII y dos esculturas de madera del siglo XVII de San Sebastián y San Roque.

La capilla siguiente, destinada a las fiestas de guardar, es llamada Capilla Pisana. De planta cuadrada y bóveda de crucería, pertenece al estilo gótico toscano y es la capilla más antigua de catedral, pues se remonta al primer ventenio del siglo XIV. Bajo el altar hay un fragmento de madera de un púlpito del siglo XIII.

En la pared del fondo se levanta el mausoleo de Martín el Joven, un fastuoso monumento fúnebre en honor de Martín II de Aragón (1374-1409), muerto durante la conquista de Cerdeña en el año 1409. Su nombre está ligado a la victoria aragonesa en la batalla de Sanluri del uno de julio del año 1409 contra el Juzgado de Arborea y a la ferocidad de sus soldados.

El autor del mausoleo, inspirado en el barroco ligur-piamontés, fue Giulio Aprile, quien trabajó en ello entre los años 1676 y 1680, si bien los restos de Martín fueron transportados ahí hasta el año 1689.

En la parte inferior hay estatuas de guerreros y dos ángeles que sostienen un escudo; al centro el blasón del rey de Aragón y una inscripción con la fecha de su fallecimiento. Arriba, detrás de dos estatuas de leones, está la urna con los restos de Martín y la estatua del rey, así como otras estatuas que representan a la muerte, la justicia y la fe.

En la parte izquierda de la capilla se ubica el monumento a Ambrogio Machín, arzobispo de Cagliari y maestro general de la Orden Mercedaria, obra de Domenico Martini. Sobre el sepulcro está la llamada “Galería Real”, una galería de madera en la que se sentaba a escuchar misa la familia real de Piamonte-Cerdeña durante su exilio en Cagliari (1799-1814).

Presbiterio

Altar mayor del siglo XIII. Uno de los cuatro leones de mármol del presbiterio, que originalmente sostenían el púlpito del Maestro Guglielmo.

El presbiterio está levantado por aproximadamente un metro con respecto al piso del resto del templo, y se encuentra cercado por una balaustrada de mármol adornada con marquetería. Esta disposición se debe a la voluntad del arzobispo Francisco de Esquivel, quien dispuso que bajo el presbiterio se construyera el Santuario de los Mártires.

Al pie de la balaustrada se encuentran cuatro leones estilóforos, es decir, que sostienen columnas de mediados del siglo XII, en un principio colocados en la base de las columnas que sostenían el púlpito de Guglielmo cuando este aún estaba íntegro.

Al lado derecho del presbiterio se encuentra un elegante aparador de mármol con forma de altar, ordenado por el canónigo Pietro Sanna en el año 1702. En él se ubica en lo más alto un bajorrelieve con la imagen de Santa Cecilia, con una palma y un órgano.

Al centro del presbiterio se encuentra el altar mayor, una sencilla mesa de mármol sostenida por cinco columnas del mismo material. Se trata del altar original de la antigua iglesia románica que con el paso del tiempo, en particular durante el siglo XVIII, fue recubierto de numerosos ornamentos, mismos que fueron retirados durante una restauración en el año 2007. 

El frontal que recubría el altar, una pieza repujada en lámina de plata realizada en Madrid a mediados del siglo XVII, se conserva en el Museo del Tesoro de la Catedral. En el frontal están representados San Lucifer, Santa Cecilia, San Saturnino, San Jorge, San Efisio y San Sebastián.

Tras las últimas restauraciones, el precioso sagrario en forma de templo que dominaba el altar fue transferido a la capilla de la Santa Espina, lo mismo que la lámpara que colgaba de la cúpula.

Detrás del altar se encuentra el coro de madera del siglo XVII, en cuyo centro se ubica la cátedra del obispo Pietro Vico. En el muro del fondo encuentra sitio, en un elaborado nicho, la Virgen de Montserrat, advocación que los aragoneses agregaron a todas las iglesias sardas consagradas a la Virgen María. Bajo la escultura está el escudo del obispo Esquivel.

El órgano, de transmisión eléctrica, fue construido por la casa Vincenzo Mascioni de Cuvio en el año 1955 y fue ampliado en el año 2007. Los tubos fueron colocados en las dos tribunas a los lados del presbiterio. Posee tres teclados y pedalero.

En la cúpula están representados Los cuatro evangelistas, de Filippo Figari, mientras que en la bóveda del coro se halla la pintura La gloria de Santa Cecilia de Antonio Caboni.

El Pozo de San Pancrazio 

Se cree que el Pozo de San Pancrazio fue construido en época medieval por la forma de la excavación y por una inscripción ahora perdida. La inscripción decía que el foso fue construido en el año 1253, durante la dominación pisana. El primer histórico que describió el Pozo fue Giuseppe Cossu en el año 1780, escribió que “la fuente tenía una profundidad de 100 ‘trabucchi” y hay una inscripción que prueba que es del tiempo pisano. Cossu refiere el texto de la inscripción, que era “Hoc opus confectum Anno Domini MCCLIII”.

Hasta primeros años del año 1800, la fuente de San Pancrazio, junto a la de Santa Lucía y de Santa Croce, fue una de las más importantes y activas en Cagliari.

Las tres fuentes, de propiedad de la administración cívica, eran periódicamente controladas y reparadas en caso necesario. Ellas se daban en pública subasta por tres años, y para publicar la convocatoria de licitación, se fijaban carteles en las puertas de la ciudad con la invitación a participar.

Era obligatorio para el contratista mantenerlas siempre en un estado decente y en función, para dar agua a todo el público. El contratista se hacía cargo de las más pequeñas reparaciones, mientras las reparaciones más costosas eran pagadas por la administración de la ciudad.

Estudiando y examinando los contratos de pública subasta, se encuentran particulares muy interesantes para reconstruir la historia del pozo. En el año 1733, Bernardino Solinas se adjudica la fuente, que valía 113 liras y 15 soldi, tenía 22 ruedas de cuerda, 200 recipientes de Creta, ocho ruedas de cuerda viejas y tres caballos.

Las cuerdas eran las cosas más preciosas del pozo: fueron fabricadas con una fibra vegetal muy resistente al agua, que venía usada para las cuerdas náuticas y recabada para trabajo del junco marino. 

Por contrato el contratista tenía la obligación de mantener hombres y carros cargados de barriles llenos de agua paseando por las calles del barrio de Castello. En el año 1823 el pozo de San Pancrazio cesó su actividad por muchos meses y fue el centro de un gran trabajo de restauración. 

La plaza era el refugio para los caballos que giran la rueda mañana y noche para sacar el agua, que se lleva en barriles. Las voces del público pedían una reforma de este lugar, porque el fango en invierno y el hedor en verano fastidiaban a los habitantes que pasaban por la plaza para dirigirse al paseo. 

Fue el conde D. Carlo Boyl, en aquel tiempo Coronel e Inspector de la Artillería Real, quien propuso reemplazar la estructura bajo tierra, excavando en la roca para colocar el mecanismo del molino, descendiendo por una rampa que se encuentra en la esquina izquierda de la plaza, y cubriendo la sala y la galería con una gran bóveda. 

El agua extraída pasaba por un conducto de plomo que se encuentra bajo el nivel de la plaza y arriba en la plaza Santa Croce, donde se encontraba el depósito y donde los carros se movían con facilidad para transportar el agua a la ciudad.

El proyecto de construcción de la bóveda fue realizado en el año 1824, y para examinar la solidez del trabajo, sobre la bóveda fueron colocados cuatro cañones de bronce y se dejaron durante semanas sin que la bóveda sufriese algún daño.

En los años siguientes la concesión del pozo fue puesta en subasta con las mismas cláusulas, hasta que a partir del año 1840, los contratistas perdieron interés. La gestión del pozo era siempre menos barata, porque el agua de San Pancrazio debía ser llevada con la rueda, y la manutención de los caballos grababa mucho la ganancia del contratista.

Así, si bien la carestía de agua afligiese la ciudad, el canónigo Spano escribía: “durante algún tiempo la fuente no está activa por falta de contratistas que no encuentran beneficio”.

El tres de marzo del año 1867, fue acabado el primer acueducto de la ciudad, y la suspirada agua llegaba a Cagliari de las montañas de Corongiu. Se cerraba así por siempre la historia del Pozo de San Pancrazio.

El Pozo se halla en el centro de la Plaza Independencia y tiene la boca bajo tierra, a una profundidad aproximada de cuatro metros. Se puede acceder al Pozo a través de un foso que se encuentra al lado de la plaza. La entrada del Pozo conduce a una galería larga treinta metros que lleva al centro de la plaza. 

En la galería, a la izquierda hay dos locales con bóvedas; estos locales se piensa que fueran usados por los animales que movían la rueda. Esta idea es valorada por las anillas de hierro en la pared y el abrevadero hecho con un sarcófago romano. Sobre el abrevadero se encuentra una forma que se piensa que retrate a Carlo Boyl. 

La galería está clavada en la roca y está reforzada por una vuelta a bóveda de bloques de caliza. En las paredes de la galería se encuentran los fosos usados en el 1823 para la construcción de la bóveda. En la galería hay también un canal de desagüe usado para:

· Llevar el agua al abrevadero;

· Llevar el agua hasta al Bastione Santa Croce, a la Cisterna más grande del barrio.

Al final se encuentra el Pozo cubierto por una bóveda con dos agujeros donde pasaban los odres de la rueda. La forma del Pozo es cuadrada, y de lado mide 6 metros en la parte más alta y 4 metros en la más profunda. La profundidad es de 77 metros en la parte al aire, y 11 metros en la parte con agua.

Se llega por Calle Martiri. La Plaza está delimitada por el Conservatorio de las Hijas de la Providencia y por el antiguo palacio de las “Seziate”, así denominado por las sesiones en las cuales el Virrey escuchaba las súplicas de los reclusos en la cercana Torre de San Pancrazio. A continuación la descripción de los edificios que se encuentran en la Plaza.

La Torre de San Pancrazio 

Está situado a 129 metros sobre el nivel del mar. Es la más alta de la ciudad, con más 30 metros, y sobre su parte más alta se puede admirar una buena parte de la playa y de la isla de Cerdeña. El general Alberto La Marmora la utilizó como punto trigonométrico para el trabajo sobre los mapas de Cerdeña. Se llama de San Pancrazio porque en la antigüedad había una iglesia cercana dedicada a este santo.

En la antigüedad el paso estaba bajo la misma torre, donde había una puerta a cierre que llevaba a la calle donde se encuentra el Arsenal. Pero, cuando la Torre fue destinada a cárcel, el paso fue desplazado a la izquierda. En la Torre, en la conjuración del seis de julio del año 1795, fue matado el administrador Girolamo Pitzolo y su cuerpo fue expuesto desnudo a los indultos de la población.

El Conservatorio de las Hijas de la Providencia fue construido en el año 1700. En la antigüedad era un colegio para nobles, pero en el siglo XIX se convirtió en institución caritativa por huérfanas.

El Conservatorio se encontraba en origen en una casa en la calle San Giuseppe, en el barrio de Castello, y se mantenía gracias a la caridad de la ciudad. El instituto nació por iniciativa de padre Gian Battista Vassallo de los jesuitas para acoger las niñas pobres y educarlas en modo cristiano, enseñando los trabajos para llegar a ser buenas madres de familia. 

El Virrey conde D’Agliano ocasionó muchas mejoras al instituto en el año 1822 y nombró administrador al sacerdote Lorenzo Frasseto de Nulvi. En el instituto fue fundada una fábrica para la tejedura del algodón, del lino y de la seda, y las educandas fueron formadas para estos trabajos. El crecimiento del instituto obligó a buscar otros locales, y así el gobierno cedió al Conservatorio el antiguo edificio del Colegio de los Nobles, ubicado en la Plaza Independencia. 

El proyecto de restauración para adaptarlo a las nuevas exigencias fue hecho por el ingeniero E. Marchesi, y el nuevo edificio fue ocupado desde el año1831. En el tiempo el Conservatorio fue colegio para muchachas, hasta su clausura, al final de los años 90. Ahora el edificio está cerrado.

El nombre del edificio se debe a las sesiones durante las cuales los virreyes españoles escuchaban las súplicas de los reclusos en la cercana Torre de San Pancrazio.

Dispuesto en dos plantas que se apoyan sobre una alta base al centro de la cual se encuentra la Puerta de la Zecca que pone en comunicación la Plaza Independencia con la Plaza Arsenal. El núcleo original era de una sola planta y se remonta a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII, mientras importantes trabajos de restauración para la construcción de la segunda planta fueron hechos en el año 1825, como recuerda la inscripción sobre la puerta. 

Al final del 1800, con desplazamiento de la cárcel en el nuevo edificio de Buon Cammino, las construcciones cercanas a la Torre de San Pancrazio fueron abandonadas o destinadas a otros usos. 

Este Palacio a principios del 1900 y hasta la mitad de los años 80 hospedó la Colección de la Pinacoteca Nacional de Cagliari. Ahora es la sede de las oficinas de la Soprintendenza para los Bienes Arqueológicos de las Provincias de Cagliari y Oristano. Se puede visitar el palacio a petición.

El Bastión de Saint Remy 

Es una de las fortificaciones más importantes de Cagliari, y se encuentra en el barrio de Castello. El bastión fue construido a finales del siglo XIX.

Está en el corazón de la ciudad y tiene una altura de 20 m. Sobre el bastión se puede admirar el panorama de la ciudad. Sobre el bastión hay muchos bares y pequeños negocios donde se puede comprar café, recuerdos y otras cosas.

Es un lugar muy conocido y mucha gente lo visita cada día. Hay también una escalinata, que conduce a un paseo cubierto y a un mirador.

El paseo fue utilizado inicialmente como sala de banquetes; más tarde, en época bélica, como enfermería; y después como refugio para los desplazados durante la II Guerra Mundial.

Cagliari, mediterráneo en estado puro