sábado. 20.04.2024
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Esta negación al derecho de abortar de forma legal, segura y gratuita, sólo afecta a una clase social; la más vulnerable. Son las mujeres de bajos recursos quienes fallecen por la ausencia del Estado en un tema de Salud, que el mismo Estado pretende invisibilizar

Los argumentos esgrimidos por los senadores que dijeron no al aborto legal, seguro y gratuito; hacen pensar que en ocasiones las convicciones religiosas pueden resultar sumamente nocivas para la salud. Por 38 votos a favor del no, contra sólo 31 por el , el Senado argentino rechazó este miércoles el proyecto para legalizar el aborto hasta la semana 14, que en junio había aprobado la Cámara de Diputados. La interrupción del embarazo se mantendrá como un delito penado con hasta cuatro años de cárcel, a pesar de la comprobación estadística que indica que cada minuto y medio una mujer se practica un aborto, cada año 50 mil mujeres sufren serias complicaciones por la clandestinidad en la que se realiza, y medio centenar de ellas mueren como consecuencia de la inseguridad sanitaria en la que deben hacerlo.

Los senadores que se manifestaron a favor de la despenalización del aborto, denunciaron la presión de la Iglesia. El entrerriano Pedro Guastavino sostuvo “Ayer, en mi cuenta de WhatsApp recibí una enorme cantidad de mensajes que, en nombre de Dios, me calificaban de manera irreproducible. Me lo pasé atajando y esquivando crucifijos"

Esta presión, que en la calle se tradujo en manifestaciones a favor de “las dos vidas”, estuvo presente desde el inicio del debate, en junio de este año. La Iglesia católica argentina, la misma que garantizó el transcurso del Proceso Militar durante el que mujeres embarazadas eran torturadas en centros clandestinos de detención, ha puesto su grito en el cielo para dejar en claro su postura antiabortista. Sin embargo quienes hoy sostienen la defensa de una vida aún no nacida, no participaron de movimiento alguno cuando la dictadura militar arrojó al Río de La Plata a seres vivos; por el contrario, muchos de los miembros de esta misma Iglesia bendijeron esos vuelos, así como también abalaron las prácticas de tortura y el forzamiento a abortar a madres detenidas ilegalmente por el gobierno de facto que usurpó el poder entre 1976 y 1983.   



Esta negación al derecho de abortar de forma legal, segura y gratuita, sólo afecta a una clase social; la más vulnerable. Son las mujeres de bajos recursos quienes fallecen por la ausencia del Estado en un tema de Salud, que el mismo Estado pretende invisibilizar.

cristoLa Argentina integrada al mundo, que pregona Mauricio Macri continuará con una deuda histórica con las mujeres. La ley vigente data de 1921 y sólo permite el aborto en caso de violación o riesgo de vida para la madre, dos supuestos que fueron un avance hace 97 años pero que hoy no responden a las nuevas demandas sociales. 

Macrihabilitó por primera vez el debate, pero lo hizo a sabiendas de que la ley no saldría, tal como lo reveló una integrante de su gobierno.Cambiemos, la coalición que encabeza el presidente argentino, fue la que más votos en contra aportó para rechazar la iniciativa.

Fuera del recinto de Senadores, las voces en contra y a favor de la despenalización de hicieron escuchar. Al finalizar la sesión, un cartel con la inscripción “Cristo Vence” se alzó a las puertas del Senado. Los antiabortistas celebraban su victoria en “defensa de las dos vidas”, con aquel lema que en 1955, en el intento por derrocar a Perón, llevaban inscriptos los aviones que arrojaron bombas sobre Plaza de Mayo, asesinado a 44 niños de una escuela primaria. 

Aborto no, la presión de la Iglesia