martes. 23.04.2024
aborto

Como sucedió cuando el proyecto se discutió en la cámara baja, ante la discusión del Senado se produjo de nuevo una gran movilización con miles de manifestantes a favor y en contra del proyecto

@jgonzalezok | La despenalización del aborto tendrá que esperar en Argentina. Después de una maratónica sesión, que había comenzado a las 10.30 y se prolongó hasta casi las tres de la madrugada de este jueves, el Senado rechazó el proyecto de ley que ya había sido aprobado a mediados de junio por la Cámara de Diputados. Los partidarios del “no” se impusieron por 38 votos, frente a los 31 de los que apoyaban el proyecto y dos abstenciones. La votación de los diputados había sido muy ajustada: 129 votos a favor y 125 en contra. 

Como sucedió cuando el proyecto se discutió en la cámara baja, ante la discusión del Senado se produjo de nuevo una gran movilización con miles de manifestantes a favor y en contra del proyecto. No importó el mal tiempo, con mucho frío y lluvia persistente, como corresponde al invierno en el hemisferio sur. La enorme plaza que hay frente al Congreso fue dividida por la policía en dos sectores, con dos escenarios, dos pantallas y miles de personas en cada lado, según la opción de cada uno. La multitud desbordó la propia capacidad de la plaza y se extendió por las calles adyacentes. 

Ya de madrugada, y cuando estaba clara la votación, hubo algunos incidentes cuando un grupo de manifestantes enmascarados, del lado de los partidarios de la despenalización, hicieron hogueras frente a las vallas que había puesto la policía. Hubo también lanzamiento de palos y piedras contra las fuerzas del orden.

Durante las semanas previas, la iglesia católica jugó fuerte en la campaña contra el aborto. Al mismo tiempo que el tema se discutía en el Senado, el cardenal Mario Poli celebraba una misa en la catedral, con un mensaje claramente anti abortista. Se podría decir que cada uno de los 140 obispos y arzobispos, así como todos los curas, militaron contra el proyecto de ley. Pero también hubo una fuerte movilización de los protestantes, que lograron sacar hace unos días a una gran cantidad de manifestantes en Buenos Aires. 

Previamente a la discusión en el Senado y durante varias semanas, pasaron por la cámara a exponer su postura diversas personalidades. Entre los últimos que intervinieron estuvo un conocido médico, con una labor notable en la lucha contra la desnutrición infantil, pero que aportó un punto de vista insostenible. El doctor Alberto Albino, puso por delante sus convicciones religiosas y llegó a decir que el preservativo no protegía contra el virus del SIDA. 

Mientras se desarrollaba la discusión en el Senado, entre la multitud de los partidarios de la despenalización hubo miles de personas que rellenaron un formulario de apostasía, para renunciar a la iglesia católica. La movida respondió a una iniciativa movilizada a través de las redes sociales por la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL). 

El proyecto garantizaba el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, con el solo requerimiento de la mujer, hasta la semana 14. Superado ese plazo, se seguiría permitiendo el aborto para los casos ya contemplados en la legislación actual: violación, riesgo para la salud y vida de la mujer o inviabilidad de vida extrauterina del feto. La ley rechazada también contemplaba que no era necesaria ninguna resolución previa, y rechazaba la objeción de conciencia. Se deberían garantizar a la mujer una atención ágil e inmediata, garantizando la privacidad de la información. Tanto la sanidad pública como privada deberían garantizar el servicio. El proyecto incluía también educación sexual integral, una responsabilidad compartida por el gobierno central y las provincias.

Los escenarios, a partir de esta votación son los siguientes:

  • Que el mismo Senado trate la despenalización del aborto hasta la semana 12. La diferencia respecto a la ley que rechazó la cámara alta es que el Estado ya no le reconocería a la mujer el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y el aborto no sería financiado por el Estado. 
  • Que el gobierno incluya la despenalización en el nuevo código penal. 
  • Que haya una consulta popular o referéndum. 
  • Volver a presentar nuevamente el proyecto en marzo del año que viene, cuando comienza el nuevo curso parlamentario. O dentro de dos años, cuando habrá elecciones y se renovarán parcialmente las dos cámaras del parlamento.  

En Argentina se practican más de 350.000 abortos al año, siendo la principal causa de muerte materna

La opinión sobre el aborto está dividida en Argentina, con partidarios y detractores en todo el arco político, excepto en la izquierda, que es firme impulsora de la legalización. En cualquier caso, parece que la opinión mayoritaria de la sociedad es favorable a la despenalización. Lo que sucede es que el Senado argentino está compuesto por tres representantes por provincia, independientemente de su población. En el interior del país, sobre todo en las provincias pobres del norte, es donde hay más población conservadora y donde la Iglesia tiene más influencia. El abogado especialista en política económica, Sebastián Soler, hizo el siguiente cálculo: los senadores que votaron a favor de la legalización del aborto, representan el 56,75 % de la población, frente al 43,25 % que lo hacen los que estuvieron en contra.  

En Argentina se practican más de 350.000 abortos al año, siendo la principal causa de muerte materna. Casi 50.000 son internadas por complicaciones derivadas de un aborto y medio centenar fallece. Si se hubiera aprobado la despenalización del aborto en Argentina, éste habría sido el tercer país de América Latina, junto con Cuba y Uruguay, con una ley de este tipo. 

El debate sobre el aborto fue posible gracias a que el presidente, Mauricio Macri -personalmente en contra-, habilitó la discusión. Minutos antes de empezar la sesión del Senado, el presidente difundió un mensaje en el que afirmó: “No importa el resultado, hoy ganará la democracia”. Otras destacadas figuras del gobierno también están en contra, como la influyente gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y la presidente del Senado, Gabriela Michetti, que tuvo que moderar el debate. La ex presidente y actual senadora, Cristina Fernández, que durante su mandato impidió que el tema fuera siquiera mencionado, cambió de posición. Según dijo, al ver la lucha de las jóvenes feministas. La ex presidente intervino en el debate y dejó un mensaje; “Nunca es gratis oponerse o trabajar contra el statu quo, sea éste cual sea”. Una alusión subliminal a su complicada situación jurídica por diversos casos de corrupción. 

Cómo sigue el tema del aborto en Argentina