viernes. 26.04.2024
comision europea
 

“Ningún Estado se halla seguro frente a otro respecto de su independencia o patrimonio. Para esto sólo hay una solución: instaurar un Derecho internacional fundado en leyes publicas coercitivas a las que todo Estado habría de someterse. Pues una paz universal y duradera lograda gracias al denominado equilibro de las potencias en Europa es una simple quimera” (Kant, Teoría y práctica)

Contra lo que reza el célebre título de García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba, estamos viendo que no es así. Contra todo pronóstico el buzón del ex coronel Putin está llenándose y encuentra corresponsales por doquier. Su pulso contra el mundo podría salirle muy caro, sobre todo si China prefiere no involucrarse y Estados Unidos evalúa esta situación como una grave amenaza para sus aliados del Atlántico Norte.

Lo que parecía un paseo militar está complicándose. Todos habíamos menospreciado al presidente de Ucrania y la respuesta de su población. El antiguo cómico protagonizó una serie televisiva donde interpretaba el papel que le correspondería jugar en la realidad. Ni siquiera el mundo sabría que lo haría con tanta dignidad. Su advertencia de que debemos identificarnos con la suerte corrida por su país nos recuerda otros momentos históricos.

Mientras Hitler y Mussolini ayudaron militarmente a Franco, Francia e Inglaterra decidieron mantener una neutralidad que puso al gobierno republicano en manos de la Unión Soviética, quien cobró sus armas a precio de oro. Sólo las Brigadas Internacionales, compuestas por voluntarios, manifestaron una solidad tangible con quienes habían sufrido un alzamiento milite. La comunidad internacional dejó que Hitler humillase a Checoslovaquia reivindicando un territorio germano parlante y también cerró los ojos ante la Anexión de Austria. La invasión de Polonia logró activar todas las alarmas

Sólo al verse agredidos por Japón los norteamericanos entraron en liza y un Hitler ebrio por sus fulgurantes éxitos militares del primer momento se permitió declarar la guerra contra Estados Unidos, porque no fue al revés. Stalin invadió Polonia por el este aplicando su pacto con Hitler, que únicamente lo había suscrito para ganar tiempo antes de comenzar la operación Barbarroja, retrasada por un Mussolini que decidió tomar Grecia por su cuenta y no pudo hacerlo sin él concurso del ejército alemán.

Rusia es el país con una mayor experiencia en rechazar invasiones de agresores con ejércitos catalogados como invencibles. Napoleón entró en un Moscú arrasado, pero fue derrotado por el General Invierno y Mariscales que supieron arcar ventaja de luchar en terreno propio. La estrella del Emperador de los franceses comenzó a declinar hasta extinguirse por querer enfrentarse a media Europa en Waterloo. Hitler no pudo creer que su apreciado general Paulus tirará la toalla en Stalingrado. Esto también marcó el principio del fin para su Reich milenario.

¿Qué pasaría si Ucrania logra concitar un respaldo internacional que baraje medidas de otro tipo? Putin ha satisfecho sus ansias de poder conquistando una presidencia vitalicia y su codicia debe andar sacuda con esa legendaria fortuna personal que se le imputa. Quiere pasar a la historia como el muñidor de una curiosa síntesis entre la herencia zarista y la del mismísimo Stalin. Viendo su aspecto tienta pensar que quizá tenga una enfermedad terminal y eso le haga despreciar el peligro. Pero puede ser un simple ataque de megalomanía muy exacerbado

Su ejército parece muy bien pertrechado, pero también cuenta el factor humano. Son apresados unos jóvenes que no parecen alardear de ardor guerrero y están perplejos porque nadie les advirtió que podrían encontrar tamañas resistencia. En el otro lado la población ve cómo arden sus casas y tienen que abandonar sus pertenencias. La motivación para combatir es muy diferente. Vietnam demostró que se puede hacer frente a un coloso, gracias al tesón de quien poco tiene que perder.

No es fácil que Putin sea sensible a los argumentos y a las penalidades que sufrirán sus propios conciudadanos. Pero podría haber disensiones en el seno de su ejército y la revuelta ciudadana podría ser de alto voltaje. Pero de poco vale imaginar eventuales magnicidios o derrocamientos. China tiene mucho que decir en esta crisis internacional. Bastaría con que se mantuviera neutral y eso permitiría Intervenir a lo estadounidenses con mayor ahínco, pese a no ver amenazado su territorio.

Nadie auguró que, tras la pandemia, nos encontraríamos con una reedición de la Guerra Fría servida en caliente y con un desenlace absolutamente imprevisible. Volvemos a vivir una situación que nos parece increíble, como si no fuera posible que nos afecte a nosotros. El virus “chino” llegó y las bombas “rusas” explotan muy cerca. Ojalá todo esto sirva para reforzar a una muy desunida Europa, revitalizar las alianzas y tomarse muy en serio los desarmes. Hay que dedicar los recursos a otras cosas y no al armamento. Hay que apostar por la cultura y el Estado del bienestar, para no prohijar sátrapas visionarios que desvirtúan la democracia manteniendo su apariencia y socavando sus principios.

Ucrania somos todos (los europeos)