miércoles. 24.04.2024

Después de varias semanas de incertidumbre, Vox ha presentado por fin su moción de censura contra el presidente Sánchez, que incluye como candidato a Ramón Tamames. Una moción de censura, como las anteriores que ya vimos (salvo la que dio la Presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez) presentada para ser rechazada por el Congreso de los Diputados. ¿Qué pretende Vox con esta maniobra?

Aunque el dirigente máximo de Vox, Abascal, desea que se celebre pronto para que el supuesto vencedor pueda convocar elecciones a Cortes en coincidencia con las municipales y autonómicas de mayo, ese fin no parece realizable. Pero, si el fin último (ganar la moción de censura para, a continuación, disolver las Cortes y celebrar elecciones anticipadas) es irreal, el fin que subyace bajo la maniobra no es irreal. Vox pretende desgastar al Gobierno de coalición y quiere hacerlo antes de que se inicie el segundo semestre del año, cuando España presidirá la Unión Europea. En realidad, todas las derechas españolas (Partido Popular, Vox y el cadáver insepulto de Ciudadanos) querrían evitar que el actual Gobierno de coalición dirigiera la Presidencia europea porque, como hemos comentado aquí tantas veces, se les hace insoportable la idea de que durante la presidencia europea haya en España un Gobierno “ilegítimo” y de izquierda.

Habrá que esperar a la celebración, pero puede ser un acto patético antes que un acto de oposición democrática

Y ante esa idea cada partido responde con diversas iniciativas. Por ejemplo, el Partido Popular (que al menos sabe hacer cuentas) ha preferido desgastar al Gobierno ante “Europa” y ha movilizado con éxito al Partido Popular Europeo en connivencia con la Presidenta de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo (la ex Ministra de Sanidad de Rajoy, Dolors Montserrat), de modo que la comisión parlamentaria que ha venido a España estaba presidida por una eurodiputada socialcristiana alemana de extrema derecha (hija del antiguo Ministro alemán y Primer Ministro del Land de Baviera Franz Josef Strauss) que en entrevistas a la prensa de derechas se ha prestado a lanzar pequeñas maledicencias contra el Gobierno español. Vox, en cambio, ha preferido una operación que, como trataremos de ver, es bastante arriesgada y quizá no le proporcione ningún rédito político.

Es la segunda vez que Vox presenta una moción de censura sin ninguna posibilidad de éxito. Por mucha atención que le presten los medios, el programa alternativo de gobierno, repetido por segunda vez, tiene poco recorrido ante la opinión pública. Pero, al menos, permitiría a su dirigente máximo, Abascal, confrontarse con el Presidente del Gobierno. Pero Vox ha escogido una vía errada.

Porque es errado para los intereses y para la imagen de Vox, presentar como candidato alternativo a Ramón Tamames. Porque por mucho que esté identificado Tamames con Vox (y debe estarlo porque si no, no se habría prestado a la maniobra) ni es militante de Vox ni va a presentar al cien por cien el programa de gobierno de Vox.

Incluso, aunque leyera el programa de Vox sin saltarse una línea, la opinión pública no le percibiría como el programa de ese partido de tanto que ha insistido Tamames en que es su programa. Por otra parte, ¿qué interés puede tener para la formación de la opinión pública el programa político de un economista jubilado no afiliado a ningún partido?

En un combate parlamentario como el de la moción de censura, el interés que puede ofrecer para la ciudadanía es la confrontación entre un Presidente y su pretendido sustituto y la comparación entre dos programas de gobierno. Pero, en esta moción de censura ni se van a confrontar dos personas que ocupan o aspiran a la Presidencia del Gobierno, ni el programa que se va a exponer será el de Vox. No ofrece ninguna ventaja para Vox a fortiori cuando, además, no va a poder desalojar al Presidente del Gobierno.

Lo que tiene algún mayor interés es contemplar la reacción del Partido Popular. En la primera moción de censura, Casado fue muy duro con Vox y sus Diputados votaron en contra. En esta ocasión parece que el Grupo Parlamentario Popular se abstendrá, es decir, Núñez Feijóo va a guardar algunas consideraciones con la extrema derecha, lo que parece entendible si tenemos en cuenta que gobierna en coalición con esta formación en Castilla y León. Si se confirma la abstención, es un dato a tener muy en cuenta en las elecciones de mayo próximo.

La conclusión es que, un instituto constitucional tan relevante como la moción de censura, se está trivializando. En parte porque a Abascal se le calentó un día la boca y ya no se ha atrevido a dar marcha atrás. En parte, por el pavor que tienen todas las derechas españolas de que el Presidente Sánchez y su Gobierno ocupen la presidencia europea y se vea (todavía más) que Pedro Sánchez es un líder europeo. Al final, otra maniobra frívola que no va a favorecer ni a Vox ni al Partido Popular. Habrá que esperar a la celebración, pero puede ser un acto patético antes que un acto de oposición democrática.

¿Qué pretende la moción de censura de VOX?