domingo. 19.05.2024
feijoo_congreso

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

El próximo 3 de junio se celebra el primer centenario del fallecimiento de uno de los pilares básicos de la denominada literatura contemporánea. Nos referimos al escritor checo Frank Kafka, quien, con su obra “la metamorfosis”, dio un giro total a la forma y contenido argumentario de la literatura escrita hasta el momento. El argumento es bien conocido: una mañana, el viajante de comercio Gregorio Samsa se despierta convertido en un enorme insecto; un bicho repugnante. Y es que la política que estamos viviendo desde hace algún tiempo, es una metamorfosis de esa Política, con mayúsculas, que vivimos durante la Transición o primeros años de democracia, donde, con sus luces y sombras, el diálogo, el debate ideológico constructivo y respetuoso regían la vida parlamentaria y con ello la realidad política del país.  Ahora -utilizando uno de los términos muy repetidos en los últimos días - todo se ha enfangado. Recodemos en este punto que el término kafkiano se usa en español para describir situaciones insólitas, por absurdas e incluso angustiosas. Volviendo a la metamorfosis, hay que ser un “bicho repugnante” para acosar a un político en lo personal, en lo familiar; para fabricar noticias falsas, bulos, y difundirlas como verdaderas por medios de comunicación afines - o sucedáneos de los mismos - e incluso construir con ellas una demanda judicial, a sabiendas que su recorrido va a ser muy corto, incluso ninguno, con el objeto de perjudicar, al contrario.

Las prácticas descritas en las líneas anteriores, no son algo nuevo en el enfangado panorama político español; en la política kafkiana que estamos viviendo. Recordemos en acoso personal y judicial sufrido por el expresidente Pablo Iglesias, su familia y su formación. Recordemos la continua presencia de manifestantes frente a su domicilio durante una larga temporada cruzando todos los límites legales y éticos. Recordemos el caso Neurona, que investigó durante más de tres años las presuntas irregularidades en los contratos entre Podemos y la consultora mexicana Neurona, con objeto de intentar descubrir una supuesta trama de financiación ilegal y malversación de fondos por parte de la formación morada. Cuando la causa se abrió, todos los medios de comunicación se hicieron eco de la misma, en portada y a grandes titulares. Cuando en diciembre de 2023, el Juez ordenó su cierre al no apreciar la presunta comisión de un delito de apropiación indebida, pocos fueron los medios que dedicaron a ello algo más que un pequeño artículo en sus páginas interiores.

En el caso que ha ocupado portadas en los últimos tiempos, se han unido las practicas anteriores –acoso personal y judicial– en la persona del Presidente del Gobierno y su familia, poniendo una vez más de manifiesto que, por parte de determinado sector ideológico. “todo vale” con tal de derribar al oponente político; que el fin justifica los medios, según escribiera Maquiavelo hace aproximadamente 500 años y que tantas veces ha sido criticado a lo largo de los siglos. Que el binomio ética y política, es algo a exigir vehemente al contrincante, pero no de aplicación propia.

Hace pocos días, Juan Manuel Romero escribía en el diario “El País” (26-04-24): Una persecución a la familia de Sánchez que inició la ‘policía patriótica’ del PP hace 10 años: “Esto lo mata”. Un hacer similar, prescindiendo de cualquier atisbo de ética, es el que ha llevado a la organización -no nos atrevemos a utilizar la palabra sindicato, pues un sindicato es algo bien diferente – Manos Limpias a presentar en un juzgado de Madrid una denuncia por supuesto delito de tráfico de influencias cometido por Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, basada, no en documentación objetiva, si no en artículos de prensa, alguno de ellos incluso desmentido por el propio medio que lo publicó. Sin embargo, lo peor del caso, no es la presentación de la denuncia, si no la admisión a trámite de la misma por parte del juez, cuando la jurisprudencia del Tribunal Supremo exige uno requisitos mínimos, ausentes en la misma.

Recordemos otra obra de Kafka: El Proceso y dentro de esta novela, el relato Ante la Ley. Aquí, el autor nos describe las dinámicas de poder y la imposibilidad de acceder a la ley de manera igualitaria. Ante la lectura de Kafka y los acontecimientos actuales, nos preguntamos: ¿si hubiera sido un grupo de izquierdas quien hubiera presentado una denuncia con tamaños errores de forma contra un adversario político de signo contrario, hubiera sido admitida a trámite? Y si hubiera sido admitida: ¿no hubiera procedido el afectado o su grupo político contra el juez acusándole de prevaricación?

Tanto en La Metamorfosis como en El Proceso, Kafka explora temas como la alienación, la soledad y la deshumanización, presentes en la carta que Pedro Sánchez dirigió a la ciudadanía el pasado 24 de abril. Si el escritor en lengua alemana nos habla a través de metáforas de la deshumanización de la sociedad de su tiempo y por extensión del nuestro, la carta del Presidente de Gobierno, nos habla - no a través de metáforas, si no citando casos reales sufridos por él y su familia- de esa deshumanización que está sufriendo la política actual y por extensión el país.

Al igual que la obra de Kafka, influenciada por la filosofía artística del existencialismo y el expresionismo imperante en su tiempo, marca un punto de inflexión en la literatura del siglo XX, la carta del Presidente debería marcar un punto de inflexión en el hacer político de nuestros tiempos, y no solo en España, marcados por la polarización, el insulto personal, la manipulación y la desinformación, el “todo vale” y, ante la falta de argumentos políticos de calado: el destruir personal y políticamente al contrario con bulos y fake news Ha llegado el momento de regenerar la política, volver a la Política con mayúsculas que decíamos en las primeras líneas, al igual que Kafka regeneró la literatura.

Política Kafkiana