viernes. 19.04.2024

Alberto Núñez Feijóo ha sido Presidente de la Xunta de Galicia 13 años y durante este tiempo ha trasmitido a nivel estatal una imagen de discreción y moderación que lo hacía destacar frente al comportamiento de otros miembros de su partido, aunque hay que tener en cuenta que Galicia no acostumbra ser un centro de información nacional. Sólo destacó en su momento, en el 2013, la fotografía de Feijóo con un contrabandista posteriormente condenado por narcotráfico, el arousano Marcel Dorado. Feijóo se defendió aduciendo que en aquel momento Dorado no estaba condenado por causa alguna.

Galicia es un territorio con sus particularidades y donde el PP tiene una importante implantación. En su momento a través de las Diputaciones Provinciales dominadas por los caciques provinciales que se encargaban del “acarreo” de votosnecesario para conseguir mayorías electorales con Fraga y posteriormente con Núñez Feijóo con un leve período de gobierno bipartito (PSG-BNG). Como Fraga, Feijóo potenció un cierto galleguismo lingüístico lo que marcaba un cierto barniz más moderno que el cerrilismo españolista.

Pero el balance de la gestión de Feijóo en Galicia no es demasiado brillante pese a todo. En el ámbito industrial hay una pérdida de tejido empresarial y sólo resiste Inditex de Amancio Ortega, el grupo automovilista PSA y una parte de la conservera, pero importantes industrias han caído en este período entro otras ALCOA. También el sector primario está en decadencia. Basta poner a título de ejemplo algunos datos: en los años de Feijóo como presidente de la Xunta se destruyeron unos 100.000 empleos pasando de 1.200.000 a 1.091.000, la tasa de paro está en un 11% un 1,5% más que a su llegada. Por otra parte, Feijóo deja su cargo con un nivel de endeudamiento del 18,5% cuando a su llegada era el 6,8% según datos del Banco de España. Según la Ministra María Jesús Montero Feijóo dejó un “pufo” en Galicia de 7.600 millones ya que llegó con una deuda de 3.954 millones que ha dejado en 11.214. En cuanto a la pobreza severa que en el 2008 afectaba a un 6% de la población ahora afecta al 9,4% de los gallegos.

Feijóo dudó mucho en dar el salto a la política estatal porque sabía el peligro que suponía salir de la zona cómoda de la controlada política gallega. Finalmente se decidió y dio el salto, a mi parecer de la peor manera posible interviniendo en una confrontación entre el entonces Presidente Nacional del PP Pablo Casado enfrentado a un caso de presunta corrupción en la Comunidad de Madrid liderada por Díaz Ayuso

Como presidente de la Xunta se han destruido unos 100.000 empleos, la tasa de paro está en un 11% un 1,5% más que a su llegada y ha dejado su cargo con un nivel de endeudamiento del 18,5% cuando a su llegada era el 6,8%

En un principio pareció ejercer un papel de mediador pero finamente se decantó claramente por la Presidenta de Madrid, la acusada de corrupción, y forzó la dimisión del entonces líder del PP Pablo Casado. Dimisión que abrió la puerta a la entronización de Núñez Feijóo de forma cuasi unánime como nuevo Presidente Nacional del PP. En aquellos momentos se habló de una nueva etapa bajo el liderazgo de un Feijóo que aparecía con fama de moderado, negociador y como un cambio significativo respecto a la política de confrontación total llevada a cabo por Pablo Casado.

Todo ese cambio aparente ha desaparecido en la práctica. Feijóo ha vuelto a la política de confrontación con el Gobierno, denunciando todas las actuaciones de este como errores y reiterando las vejas acusaciones de estar sometido a los independentistas catalanes, a Bildu y el antiguo entorno de ETA, y a sus socios radicales del Gobierno. Nada hasta ahora se ha salvado de la crítica. Y lo más destacable del caso es que en muchos casos las críticas se sostienen en mentiras, un nulo conocimiento de lo que plantea o por un mal asesoramiento.

El líder del PP no reconoce ningún valor a las actuaciones del Gobierno, ni con los Fondos Europeos, ni la importancia del reconocimiento por la UE de la península ibérica como “excepción energética” con lo que comporta, ni reconoce las mejoras del mercado laboral, incluso puso en duda el tope al gas después de que Europa hubiese hecho púbica la autorización.

Así hemos visto a un Feijóo que hace pocas semanas recomendaba medidas como las posteriormente establecidas en el decreto de Eficiencia Energética pasar a plantear su rechazo después de la primera reacción de la Presidenta de la Comunidad de Madrid Díaz Ayuso que manifestó su insumisión a las medidas. Hemos visto a un Feijóo incapaz de desautorizar la radical oposición de Madrid al decreto. No hay duda que Feijóo ha aparecido con su cara más débil y dubitativa frente a la “baronesa” de Madrid. Y así oponerse a un decreto que ha sido ensalzado hasta por la Presidenta de la Comisión Europea Úrsula von del Leyen del PP Europeo.

Feijóo es capaz de decir una cosa y su contraria según el auditorio. En Barcelona defendió la bondad de las “nacionalidades” y el coordinador general defendió poco después que éramos un país “plurinacional”. Posteriormente, Feijóo lo desmintió diciendo que “España no es un estado plurinacional, es una obviedad”. En fin que confunde hasta a sus más cercanos con sus diversas intervenciones.

En su primera confrontación en el Senado con Sánchez confundió en su intervención el tipo de interés de la deuda con la prima de riesgo. Este tipo de errores son continuados; el mismo día en que se hicieron públicos los datos del paro del mes de junio que fueron muy positivos, Feijóo denunció que estábamos en la peor cifra de paro.

Feijóo ha acusado al actual gobierno de “dejar un ‘pufo’ de 6.000 euros en deuda a cada español”. Esta acusación fue rápidamente desmentida por la Ministra de Hacienda que twitteó: “El señor Feijóo es un insolvente o actúa de mala fe. Sigue queriendo engañar a los ciudadanos como siempre hace el PP cuando gobierna y cuando no. El último Gobierno de Rajoy incrementó la deuda pública de España en un 46%. Son datos oficiales que Feijóo debería conocer. Con el Gobierno de Pedro Sánchez, España salió del procedimiento de déficit excesivo antes de la pandemia. Llevamos cuatro trimestres consecutivos rebajando la deuda pública y el año pasado cerramos con la mayor reducción del déficit de la historia.”

Feijóo no tiene voluntad de hacer política de Estado sino mantener un debate basado en generalidades, mentiras y en falsas afirmaciones

Los errores de Feijóo son frecuentes especialmente en temas económicos y/o son un intento de engañar o es un mal asesoramiento de sus asesores. El 2 de Junio, en una entrevista en Onda Cero, el mismo día en que se publicaban los datos del paro y la buena evolución del empleo, Feijóo lo negó y ante la realidad de los datos planteados por el locutor afirmó directamente que el Gobierno falseaba los datos.

También la elevada inflación es culpa del Gobierno de Sánchez sin hacer ninguna referencia a la situación que vive Europa como consecuencia del conflicto en Ucrania y sin valorar que este efecto inflacionario se da en el conjunto de la UE.

Hasta en cuestiones menores la crítica al Gobierno es total. Así a raíz de la actuación de Laura Borrás saludando a los manifestantes que rompieron el minuto de silencio del atentado del 17A, Feijóo expresó su preocupación acusando que estos políticos “estén mandando en España y sean socios prioritarios del Gobierno de España” obviando el hecho de que JxCAT no es un partido que sea precisamente de los que da su apoyo al Gobierno. En otra cuestión menor, Feijóo acusó al Presidente de usar el Falcón para ir de Lanzarote a La Palma diciendo “Si estoy en Lanzarote, puedo cogerme un jet-foil para ir a otra isla. No necesito que venga a buscarme el Falcón de Madrid”. Los medios canarios recordaron que el jet-foil hace 17 años que dejó de funcionar y que nunca hubo conexión entre Lanzarote y La Palma.

Finalmente, diremos que Feijóo ha negado conocer que había un acuerdo escrito entre el PSOE y el PP para desbloquear la elección de Magistrados del Supremo por parte del CGPJ. “Cuando despaché con Casado, en el traspaso de poderes, no me dio ningún documento ni acuerdo”. Esta situación ha sido desmentida por medios afines a Pablo Casado que han confirmado que hubo comunicación entre la portavoz parlamentaria Cuca Gamarra, la cual continua ejerciendo la misma función, junto con el responsable de Justicia de la etapa de Casado y los nuevos responsables de la materia.

En fin, que por su actuación en el cargo podemos, concluir que Feijóo es más de lo mismo. Oposición total al Gobierno, ningún intento de negociación ni de interlocución. Y con un discurso basado en las más rancias esencias del PPdirigido a atraer votantes de VOX después de haber digerido a los de Ciudadanos. Ninguna voluntad de hacer política de Estado sino mantener un debate basado en generalidades, mentiras y en falsas afirmaciones con las que Feijóo o sus colaboradores pretenden llevar a término una oposición sin tener en cuenta en ningún momento los intereses de la ciudadanía de esa España con la que no cesan de llenarse la boca. 

Feijóo en definitiva parece que en la realidad política es un “bluff, un político mediocre y mendaz.

Feijóo: mediocre y mendaz