sábado. 27.04.2024

Todavía hay quien sigue manteniendo una opinión de Isabel Diaz Ayuso basada en la idea de que es una incompetente, medio boba y que su única virtud es saber moverse como una marioneta sin que se enreden los hilos que maneja Miguel Ángel Rodríguez.

No tengo conocimientos que me permitan confirmar, ni rebatir, esa mala opinión pero, si hemos de conocerla por sus obras, como nos recuerda Mateo, el del evangelio, la verdad es que no se le da mal el lado espectacular de la política.

Midas convertía en oro todo lo que tocaba y Diaz Ayuso aprovecha cualquier cosa para montar un cirio que llena portadas de prensa, titulares de medios audiovisuales, temas de tertulias, relleno de programas de curiosidades, memes, tuits y todo tipo de modos de reproducción de sus cosas.

Diaz Ayuso aprovecha cualquier cosa para montar un cirio que llena portadas de prensa

El mismo día en que Moreno Bonilla acuerda algo con el Gobierno y se hace unas fotos con una ministra, a Ayuso le falta tiempo para buscar una cámara con alcachofa y denunciar que no la han invitado a un acto que se celebra a cuatrocientos kilómetros de Madrid. La gran habilidad de ese gesto es que compensa lo improcedente de que la hubieran invitado a algo en lo que no pintaba nada, con el gesto de anunciar una guerra protocolaria con el Gobierno de España. Ruido, frente a razón, relato frente a discurso. Poco le duró a Moreno Bonilla su Acuerdo con Doñana porque, en cuanto entró en escena Diaz Ayuso, se hizo con la película. Y, sobre todo, con el relato: la bronca se superpuso al acuerdo.

Claro que, quizás, tiene que ver mucho en eso lo de las culturas periodística y cinematográfica. Se dice que las malas noticias son más periodísticas que las buenas. No lo sé, pero recuerdo las reglas de Preston Sturges para una comedia de éxito: después de preferir unas tomas sobre otras para una buena escena, terminaba diciendo que, el que alguien se caiga de culo es mejor que todo lo demás.

En todo caso, y es lo importante, se ve que Ayuso domina el arte de la apariencia para lo que cuenta siempre con un auditorio propicio en las salas de prensa y, sobre todo, en los corrillos "espontáneos" de periodistas. Ahí es donde, ella, despliega sus artes y, con mensajes cortos y directos (canutazos en el argot) se hace con la parroquia. A partir de ahí nos tiene a todos hablando de lo que quiere. Es tal su dominio de la escena que, a veces, convierte un exabrupto en noticia nacional para, a continuación, darle una segunda vuelta al asunto como en el ya famoso tema de la fruta. Genial el éxito de crítica y público que ha tenido la imprecación al convertirla en trending topic. Otras actuaciones suyas han acabado en temas para camisetas.

Nos tiene a todos hablando de lo que quiere. Es tal su dominio de la escena que convierte un exabrupto en noticia nacional

Diaz Ayuso, como el personaje que cantaba Cecilia, quiere ser siempre la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro, con tal de dejar su sello. Para eso, si le hace falta ser emisora de rumores o estar siempre jugando a remediar, lo hace. Recomiendo volver a escuchar a Cecilia para repasar el catálogo de habilidades de Isabel Diaz Ayuso y empezar a valorarla como se merece.

Telecinco, en sus inicios, se hizo con el podio de la audiencia a base de mamachichos. Luego tuvo que sofisticar un poco la cosa con salvaméssupervivientes, granhermanos y demás, pero siempre sin perder de vista lo que gusta a una parte importante del público, ese que tanto nos quiere. Canal Plus, en cambio, optó por una parrilla más culta en la que predominaba la información, el análisis de la misma y los programas etiqueta negra, como el buen whisky. Donde estan ahora una y otra cadena es el resultado de la elección inicial de ambos segmentos de mercado televisivo. Una, absorbida por la otra.

Núñez Feijóo ya se ha vacunado con Miguel Tellado, con el que trata de reforzar el lado bizarro de su equipo para transmitir a Diaz Ayuso

Diaz Ayuso, ha hecho, de la necesidad de contar con una materia prima determinada, la virtud de captar una audiencia tan importante como la que tiene. Y, si hay detrás, o no, un profesor Higgins, es intrascendente. Lo relevante es que, en tres elecciones sucesivas ha pasado del 31,5% al 47,32% de los votos madrileños y de tener que depender de Ciudadanos, primero, y de VOX después, a una mayoría absoluta que le permite hacer, como a la dama de la canción, lo que le viene en gana.

En su currículo ya tiene varias muescas, desde Ignacio Aguado y Rocío Monasterio a Pablo Casado. Por si acaso, Núñez Feijóo ya se ha vacunado con Miguel Tellado, con el que trata de reforzar el lado bizarro de su equipo para transmitir a Diaz Ayuso que, en Génova, hay de eso que dice Ortega Smith que no hay en Cibeles.

Creo que hay más de ciento veinte carreras universitarias en España. Pues falta una, el diazayusismo, o forma de hacerse con la peña a base de banalidades. Porque, eso, tiene su técnica, aunque hay quien lo achaca, solo, a que el electorado se equivoca. Que se lo digan a los profesionales de contenido de los medios de comunicación.

Dama dama, que hace lo que le viene en gana