domingo. 28.04.2024

La tendencia de remontada de las fuerzas progresistas se empieza a constatar en los estudios demoscópicos y se está modificando la actitud popular y el clima general. Tras su fiasco en las elecciones municipales y autonómicas y el reforzamiento de las expectativas de las derechas, su victoria parecía irreversible, según la mayoría de medios de comunicación. Pero estas últimas semanas aparece más verosímil que el resultado está abierto, hay partido, y las fuerzas progresistas pueden reeditar un nuevo gobierno de coalición de PSOE y Sumar (con el apoyo de nacionalistas), para reforzar una nueva etapa de progreso y cerrar el paso a la involución derechista.

Aquí, se van a comentar el Estudio 3411 del CIS, Preelectoral de las elecciones generales de 23 de julio de 2023, publicado el 5 de julio, con 29.201 encuestas respondidas y un margen de error muestral de +/- 0,8 %, y la encuesta de la consultara 40dB, publicada el 7 de julio, con 1.000 encuestas y un margen de error de error muestral de +/-3,1%. 

La encuesta del CIS, aparte de lo controvertido de sus conclusiones de estimación de voto y escaños, proporciona múltiples datos concretos de gran interés sociológico

Como se ve el estudio del instituto público es el más amplio de todos los realizados, aunque esté sometido a controversias metodológicas e interpretativas en las que no voy a entrar. Solamente advertir que existen estudios de varias empresas demoscópicas privadas que destacan una diferencia más sustancial de las derechas respecto de las izquierdas estatales, con su correspondiente sesgo propagandístico para generar opinión favorable a la victoria de la alianza de Partido Popular y VOX

Estimaciones de voto y adjudicación de escaños

Fuente: CIS, estudio 3411 y 40dB. Son estimaciones sobre voto válido, con elaboración propia
Fuente: CIS, estudio 3411 y 40dB. Son estimaciones sobre voto válido, con elaboración propia

Como se expresa en el adjunto gráfico existe un práctico empate técnico entre PP y PSOE, con apenas diferencias relevantes entre ambas encuestas. Sí que hay diferencias significativas en la comparación de los otros tres grupos: El CIS amplía la dimensión de Sumar y disminuye la de VOX, así como la de Otros. Esto tiene implicaciones para la adjudicación de escaños y el tipo de gobernabilidad resultante. En la tabla adjunta expongo las horquillas de ambos estudios, y en el gráfico adjunto detallo los escaños medios proporcionados por 40dB. 

Adjudicación de escaños

            
Fuente: CIS y 40dB. En el bloque ‘Otros’, se integran (entre paréntesis los escaños adjudicados por 40dB): JxC (8), ERC (8), EH-Bildu (6), PNV (5), BNG (1), Coalición Canaria (1), CUP (1), Teruel Existe (1), UPN (0)
Fuente: CIS y 40dB. En el bloque ‘Otros’, se integran (entre paréntesis los escaños adjudicados por 40dB): JxC (8), ERC (8), EH-Bildu (6), PNV (5), BNG (1), Coalición Canaria (1), CUP (1), Teruel Existe (1), UPN (0)

Como se puede apreciar, una vez finalizado el periodo de las mayorías absolutas o suficientes para garantizar un gobierno en solitario del bipartidismo anterior, estamos ante la necesidad de un acuerdo de bloques para formar un gobierno de coalición. El de las derechas (PP, 127 y VOX, 42) sumaría 169 escaños a siete de la mayoría absoluta y sólo podría contar con dos más de ‘Otros’ (Coalición Canaria y UPN -en el caso de que lo consiga-). El de las izquierdas estatales tendría 150 escaños: PSOE, 113 -siete menos respecto de los 120 del año 2019- y Sumar, 37 -similar a los 38 -35 de UP + 3 de Más País/Compromís- del año 2019. Pero, con un margen de negociación de hasta 29 escaños con el resto de grupos, particularmente, nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, con lo que podrían superar los 176 escaños de la mayoría absoluta. 

Faltan las dos semanas de campaña electoral para consolidar esos datos y resolver algunas incógnitas. Las principales son el alto grado de indefinición existente, que alcanza hasta el 30% de la población, así como las posibles transferencias de voto. Podemos citar cuatro segmentos en disputa y decisión de voto, algunos hasta el mismo día de la votación.

A dos semanas de campaña electoral, falta por resolver algunas incógnitas, como el alto grado de indefinición existente (30%), así como las posibles transferencias de voto

La de una parte del electorado socialista con tendencia a ir hacia el Partido Popular, que confía en reforzarlo y que según los últimos datos disminuye desde aproximadamente el 10% hasta la mitad; es decir, que el PSOE frena esa fuga hacia la derecha. 

Una parte del electorado socialista inclinado desde hace unos meses hacia Sumar y que todavía asciende a cerca de medio millón de personas (7% de su electorado), aunque compensado con otra corriente en sentido contrario del similar tamaño (17% de su electorado). 

La disminución de hasta siete puntos de la abstención (desde una participación del 66% en 2019) que parece que beneficia a las izquierdas (+15 puntos al PSOE y 7 a Sumar, y solo 12 al PP y 5 a VOX).

Por último, una tendencia preocupante de cierta desmotivación en una parte de la base social, por un lado, de Podemos -por el conflictivo proceso de integración- y, por otro lado, de Más País/Compromís. No obstante, parece que no tiene gran impacto en la desafección abstencionista del voto hacia Sumar, en el primer caso, o en la transferencia ya citada hacia el PSOE, en el segundo caso; ambos procesos, junto con esa parte del electorado socialista en disputa (y que anteriormente -años 2015 y 2016- habría votado a Unidas Podemos) y una mayor recuperación de la abstención, constituyen un reto para la campaña de la alianza política encabezada por Yolanda Díaz para reforzar sus expectativas de ensanchamiento electoral e influencia institucional. De momento, se mantienen en similares niveles a los de la suma de la quincena de los grupos políticos precedentes. 

Una mayor recuperación de la abstención, constituyen un reto para la campaña de la alianza política encabezada por Yolanda Díaz

O sea, lo relevante hasta ahora es la positiva articulación unitaria de todo ese espacio de las fuerzas del cambio, así como la modificación de su primacía dirigente y de liderazgo, junto con la garantía, si el Partido Socialista cumple con sus expectativas, de mantener la continuidad del Gobierno de coalición y fortalecer las políticas sociales y democráticas de progreso. 

Identificación ideológica y clase social objetiva y subjetiva

La encuesta del CIS, aparte de lo controvertido de sus conclusiones de estimación de voto y escaños, proporciona múltiples datos concretos de gran interés sociológico. Aquí me voy a detener, con varios gráficos explicativos, en detallar la estimación de voto de los cuatro grupos políticos estatales, por sexo y edad, así como en la composición de clase social objetiva, según el tipo de ocupación, y de identidad subjetiva. Y todo ello para precisar el carácter del voto a Sumar por esas condiciones sociales y de pertenencia relacional.

Estimación de voto, total y por sexo (% sobre voto válido)

Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia
Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia

Estimación de voto por edad (% sobre voto válido)

Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia
Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia

Los datos más destacados saltan a la vista: PSOE y PP tienen una gran representatividad entre las personas mayores de 55 años, por encima de su media, y Sumar la tiene, comparativamente, más entre las personas más jóvenes y de edad intermedia. Por otro lado, hay un fuerte sesgo de género con un débil electorado femenino de VOX.

Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia
Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia

El CIS utiliza el criterio neoweberiano del tipo de ocupación que permite distribuir las personas por clase social. Aquí he considerado la población activa (ocupada y parada), salvo el pequeño segmento de las Fuerzas militares y de seguridad (que por cierto, votan mayoritariamente, con más del 60% a PP y VOX, aproximadamente la mitad de ese porcentaje cada partido político, aunque en la encuesta anterior de 40dB, aparecía VOX con un 48% de apoyo, cuestión preocupante). Así, he distribuido los diferentes segmentos del CIS en esas tres grandes clases sociales: Clases alta y media alta, 8,7% (Directores y gerentes), Clases medias-medias, 43,4% (Profesionales, intelectuales y técnicos), y clases trabajadoras, 47,9% (de la industria, los servicios y la agricultura, incluido oficiales, operarios, artesanos, categorías elementales y personas desempleadas). 

Es decir, las clases trabajadoras, por esas condiciones laborales llegan casi a la mitad de la población, más que las (típicas) clases medias, con una minoría de las clases altas (y media alta), consideradas las élites por su posición económica-productiva. He dejado al margen, por su dificultad analítica con este criterio de empleo la posición objetiva de clase de la población inactiva (pensionistas, estudiantes y con trabajo doméstico no remunerado), aunque en términos de acceso a rentas o estatus posicional se podría considerar con menor capacidad adquisitiva y de poder económico y relacional, o sea más pertenecientes a las clases trabajadoras, que se verían ampliadas hasta cerca de los dos tercios como certifican otros estudios sobre la clasificación por la renta media. Pero, para el objeto actual, lo dejamos así; lo que nos interesa destacar es la diferencia con la subjetividad y su posible interacción con el comportamiento sociopolítico y electoral. 

Por tanto, paralelamente, se señala su identificación subjetiva de clase, sin entrar en otras identificaciones y pertenencias colectivas que complejizan su actitud y experiencia relacional. Solo hay que destacar que se sienten pertenecientes a la clase media más del 8% que no lo son por sus condiciones económico-laborales (dos puntos desde la clase alta y seis puntos de clases trabajadoras).

Por último, en relación con su identificación ideológica en el eje de izquierda (1) / derecha (10), hay unas diferencias significativas. La media de la población está en 4,79 puntos, hacia el centroizquierda. Las clases trabajadoras se sitúan más hacia la izquierda (4,22 puntos), las clases medias-medias, prácticamente en el centro puro (5,01 puntos) y las clases alta y media-alta en el centroderecha (5,35 puntos). Supone que hay cierta correlación entre esas condiciones objetivas de existencia y su identificación ideológica en este eje. Dicho de otra forma, las clases medias, aunque normalmente más ilustradas o sensibles a otras preocupaciones, no son más progresistas que las clases trabajadoras, también con una gran segmentación ideológico-cultural interna, pero cuya media se sitúa más a la izquierda. Todo ello sin incurrir en sesgos deterministas y contemplando otras dimensiones experienciales, sociohistóricas y culturales -como las de género y origen nacional…- que aquí no tratamos. 

Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia
Fuente: CIS: Estudio 3411, con elaboración propia

Para terminar, expongo el gráfico con la composición de clase social objetiva y la identificación subjetiva del electorado que se define por el voto a Sumar (15%). Y merece la pena señalar la distorsión entre su situación objetiva de clase media (21,5%) y su menor identidad subjetiva (solo el 12,7%), teniendo una identificación de clase trabajadora mayor a la media (19,1%). Aquí solamente aludo a los datos incompletos del estatus ocupacional para la pertenencia objetiva de clase, o sea, a que un segmento puede tener un empleo cualificado, con un estatus profesional o técnico, y sin embargo, por otras condiciones sociolaborales (salariales, de subordinación o precariedad…) considerarse asimilados y pertenecientes a las clases trabajadoras. Nos da, en todo caso, la idea de que la mayoría de la base social y electoral de Sumar, en cuanto a su sentido de pertenencia e identidad subjetiva, es de clases trabajadoras. 

En definitiva, los resultados electorales están por terminar de conformar y el campo progresista puede (y debe) ganar, frente a todos los malos augurios dominantes en la mayoría de medios de comunicación y promovidos por las derechas y el poder establecido. Se está produciendo una remontada progresista. Se puede forzar una nueva etapa de progreso. Es decisiva esta campaña electoral y la credibilidad transformadora de las fuerzas progresistas.

Remontada progresista