jueves. 23.05.2024
El reto de los jóvenes socialistas de Barcelona a los jóvenes radicales
El Socialista, núm. 1565 (05/09/1913)

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@Montagut5 | Son ya muy conocidas las conflictivas relaciones que los socialistas y los radicales tuvieron en distintos momentos de la Historia contemporánea, desde la creación del Partido Radical hasta el final de la Segunda República, solamente un poco más distendidas al comienzo de la formación de la Conjunción Republicano-Socialista, pero poco más. Lerroux y su Partido Radical siempre pertenecieron al universo republicano que menos gustaba al PSOE. Los socialistas nunca se fiaron de los radicales, a los que acusaron, entre otras cosas, de demagogos, oportunistas, y al final, de constituir una fuerza conservadora más. En el caso catalán, además, estaba el problema de la ocupación del espacio político y social no catalanista.

En este contexto nos acercamos a un acontecimiento ocurrido en el final del verano de 1913, protagonizado por las Juventudes Socialistas y las Juventudes Radicales de Barcelona.

Al parecer, las últimas habían vetado a las primeras para discutir públicamente sobre la “honorabilidad” del Partido Radical y de su líder en una controversia pública que habían convocado, algo bastante habitual entre formaciones políticas y sociales de la época. Ante este hecho, los jóvenes socialistas emitieron un comunicado público, firmado por su presidente Lluís Andreu, y publicado en El Socialista.

Los socialistas nunca se fiaron de los radicales, a los que acusaron, entre otras cosas, de demagogos, oportunistas, y al final, de constituir una fuerza conservadora más

En primer lugar, se expresaba que la Juventud Socialista nunca había malgastado su tiempo en discutir sobre esas cuestiones, ni pretendía “descender á sacar á la calle la basura que el partido radical, con su caudillo á la cabeza, pudieran llevar encima”.

En segundo lugar, se comunicaba que la Juventud Socialista no acudiría a la controversia citada porque, en realidad, no se trataba de una convocatoria de las Juventudes Radicales, ya que, siempre según los jóvenes socialistas, era una orden comunicada por el Partido Radical y por su jefe con el fin de defender su honorabilidad para buscar votos en vista de las próximas elecciones. Se trataría, por lo tanto, de un acto electoral, que los jóvenes radicales tenían que aceptar. Esta crítica tiene su interés, no sólo porque ejemplifica esta tensión entre socialistas y radicales, sino, sobre todo, porque nos plantea la idea que los jóvenes socialistas tenían de la autonomía de este tipo de organizaciones en los partidos, un aspecto que generó entre el propio PSOE y las Juventudes Socialistas un evidente debate.

Por otra parte, los jóvenes socialistas de Barcelona no reconocían valor ni seriedad a sus congéneres radicales, a la vista del papel que habían jugado en los mítines contra la guerra. Recordemos que una de las esencias de las Juventudes Socialistas en España, pero también en el resto de Europa, era su acusado antimilitarismo, habida cuenta que la guerra era un problema que les afectaba de lleno.

Los jóvenes socialistas de Barcelona no reconocían valor ni seriedad a sus congéneres radicales, a la vista del papel que habían jugado en los mítines contra la guerra

Pero, en todo caso, no querían desaprovechar la circunstancia, y plantearon a los jóvenes radicales una especie de reto a través de un cuestionario público.

Cinco grandes cuestiones se preguntaban, en relación con la época de la Semana Trágica, y en las que se pretendía poner en evidencia la supuesta complicidad con el poder de los radicales y su nulo compromiso con el cambio político:

  1. ¿Era cierto que el Partido Radical en la Diputación provincial en plena represión maurista de 1909 (a raíz de la Semana Trágica), votó con las derechas para que no se levantase en Barcelona el estado de guerra?
  2. ¿Era cierto que permanecían en el Partido Radical los que acusaron a Ferrer, acelerando su condena?
  3. ¿Era cierto que teniendo el Partido Radical mayoría absoluta en el Ayuntamiento, y ocupando accidentalmente la alcaldía el radical Sr. Serraclara, se construyeron las troneras del Convento de los Jesuitas, desde donde se podía ametrallar impunemente al pueblo?
  4. ¿Era cierto, en la misma situación en el Ayuntamiento descrita en la pregunta anterior, el Sr. Serraclara y otro concejal radical recibieron a la infanta Isabel, y teniendo en cuenta que el Ayuntamiento había aprobado no concurrir a ningún acto religioso, asistieron al Te Deum, celebrado en la catedral, en acción de gracias porque la infanta había llegado a Barcelona sin novedad?
  5. ¿Era cierto que con mayoría radical en el Ayuntamiento se acordó protestar por el atentado de Posá contra Maura?

Las Juventudes Socialistas de la capital catalana se manifestaban muy contundentes con sus congéneres radicales al expresar que de ser ciertas todas estas afirmaciones, cómo se atrevían a dirigirse a las Juventudes de los demás partidos para retarlas a debatir. 

Además, como vemos, atacaban a los concejales radicales por corruptos, afirmando que cambiaban radicalmente de vida y hasta de aspecto personal una vez que dejaban de trabajar al llegar a sus cargos municipales. No olvidemos que siempre pesó como una losa sobre el radicalismo la cuestión de la corrupción.

Hemos consultado el número 1565 de El Socialista.

El reto de los jóvenes socialistas de Barcelona a los jóvenes radicales