sábado. 27.04.2024

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Habiéndome comprometido en el último párrafo del artículo anterior, sacar a la palestra las razones que al parecer no son contempladas tanto en el País Vasco, como especialmente en Cataluña, en lo que se refiere a las mayores aportaciones porcentuales que estas dos comunidades aportan al Estado, en primer lugar estas contribuciones están determinadas por el Producto Interior Bruto (PIB) que se haya materializado entre las distintas comunidades que conforman el estado español. En este contexto, el que existan estas diferencias en las contribuciones no podemos asumirlas como un gravamen que tenga que ser igualitario. Y entre otras cosas, que no se tenga en cuenta que lo que se haya producido en una determinada comunidad tiene que ser distribuido entre su población de manera per cápita; porque incluso dentro de estas comunidades, su distribución no es paritaria. Es la burguesía la que para llevarse la mayor parte, inyecta en el pueblo un descontento discriminatorio con el que conseguir sus objetivos.

Es cierto que incluso contemplando que la distribución del Producto Interior Bruto aquistado en estas dos nacionalidades no es paritario; pero no es menos cierto que lo que piden que se distribuya en cada una de estas dos comunidades sería muy superior a lo que como renta disponible percibieran el resto de las comunidades españolas. Sin embargo, lo que podemos afirmar sin ningún género de duda es que, especialmente en Cataluña el riego de pobreza no es menor que el que tiene lugar en las regiones más desfavorecidas. Lo cual viene a mostrarnos que la egoísta, interesada e inmoderada ambición que como pretensión tratan de satisfacer los que se consideran diferentes, no es más que un acto deleznable que atenta contra la moral, la empatía, la razón y la justicia social que debería morar dentro de sus corazones. Aunque quizás sería mejor decir en el conjunto de sus genes.

Es la burguesía la que para llevarse la mayor parte, inyecta en el pueblo un descontento discriminatorio con el que conseguir sus objetivos

Y aquí voy a dejar a un lado la naturaleza de los derechos históricos que estas comunidades se atribuyen -ya que este tema ha sido contemplado repetidas veces a lo largo de esta serie-, para, como referencia a lo que ha sido mencionadas en los anteriores párrafos, escribí en la serie "Esta economía es una distopía":

"En España, especialmente en Andalucía y Extremadura, los señoritos, en un denodado esfuerzo mental, “descubrieron” que para mantener sometido al personal en sus reivindicaciones laborales, lo más indicado era transferir a otras regiones, tanto los beneficios obtenidos en sus inmensos predios, como aquellos capitales que no siendo utilizados en la creación de riquezas, les pudieran generar un rendimiento no relacionado con dicha creación. Y esto, con independencia de las disparidades regionales que ha ocasionado, al mismo tiempo ha generado en estos "rentistas" una cultura de que en el ámbito de la economía, lo mejor es obtener el beneficio con el menor riesgo posible; y si es posible, en el menor tiempo". 

Unos capitales que emigraron al Norte, no solo en función de obtener unas rentas, sino además, para mantener una desindustrialización con la que evitar que se produjeran unas demandas sociales y unos incrementos salariales que no eran del gusto de los que pretendían conservar al pueblo en la miseria; una complacencia que obligó a los pobladores de estas tierras a seguir el mismo camino que había estado llevando a cabo el capital.

Unos capitales y una mano de obra asalariada, que al acrecentar las riquezas que han adquirido estas dos nacionalidades históricas, apoyándose en sus lenguas, han conformado un tipo de estructura regional, en la que sus habitantes, por considerarse diferentes, constituye la base con la que justificar su singularidad, y al mismo tiempo seguir recabando las concesiones y las competencias que les han unilateralmente arrancado a los gobiernos que hemos tenido desde la constitución de las comunidades autónomas. Y esto debido a que, aunque sólo sea representativa, la existencia de una democracia necesita para gobernar los votos de los que están representando a los que se consideran diferentes, debido a las permanentes demandas que les siguen exigiendo al Estado, por imposibilitar su gobernanza es, la parte más ominosa del proceso seguido para, aunque sólo sea representativa llegar a materializarla.

Por otra parte tenemos dos hechos que por su relevancia incrementan las diferencias que se han producido durante este lapso de tiempo pseudodemocrático. 

El primero de ellos, la falta de moral con la que los que detentan las enormes riquezas que atesoran tanto Andalucía como Extremadura (y pongo sólo como ejemplo -para no ser demasiado puntilloso-, la manera de actuar de la finada duquesa de Alba), acreditan sus enormes riquezas, especialmente en Madrid, al objeto de eludir la mayor parte de unos impuestos que tenían que ser gravados en estas dos comunidades.

Mantener una desindustrialización con la que evitar que se produjeran unas demandas sociales y unos incrementos salariales

El segundo, la no menos vergonzosa deslocalización de empresas desde Andalucía, especialmente hacia Madrid. Y por los mismos motivos señalados en el párrafo anterior. 

Según datos de El Economista: El primer semestre del 2023 registra una pérdida de 58 empresas en Andalucía. En 2022 el saldo fue positivo en número de empresas, pero negativo en volumen de ventas.

Si se consideran las ventas de las empresas que se han trasladado en el primer trimestre, Andalucía resta 292 millones de euros por los cambios de domicilio. También se mantiene la línea marcada en 2022, cuando el saldo negativo fue de 1.030 millones de euros, debido según la consultora, al lastre de las salidas de Olivia Petroleum y Sociedad Financiera y Minera hacia Madrid. Ambas operaciones figuran entre las diez más relevantes a nivel nacional de 2022, siempre según la consultora.

Según los datos históricos del informe, desde 2015 Andalucía registra un saldo negativo de -46 empresas, que se eleva hasta -196 si sólo se atiende al periodo 2018-22.

Sólo en el primer trimestre del 2023 las empresas que se han desplazado desde Cataluña a Madrid han sido el 24% del total deslocalizado, así como el 22% a Andalucía.

No voy a entrar en las razones por las cuales ha ocurrido este éxodo desde Cataluña hacia otras regiones española. Y no voy a hacerlo, porque es de sobra conocido que la inseguridad que se produjo en esta región muchos años antes del 1 de Octubre del 2017 fue un aldabonazo para las empresas ubicadas en esta comunidad, sobre las incertidumbres derivadas de esta inseguridad. 

No entiendo cómo siguen reclamando para sí, unos dominios y unas privilegios de la época feudal

Lo que no obstante no he llegado a comprender es cómo una sedición que fue siendo cultivada y promovida desde el 78 por una asociación que fue auspiciada por la burguesía catalana, como Omnium Cultural, los políticos que medran a su sombra, no tuvieron en cuenta que una asonada como la que promovieron en la mencionada fecha, iba en contra de los intereses de las empresas relacionadas con aquella burguesía. Y no lo entiendo, a menos que asuma que por encima de todos estos hechos, concurre un tipo de ego con el que sus habitantes desarrollan sus "ellos" y sus "superyo". En este contexto imagino que podríamos admitir que debido a que el 1 de Octubre del 2023 es el día mundial de las personas mayores, se habrá superado el "yo" que Freud definió como "el órgano sensorial de todo el aparato receptivo además no sólo para excitaciones que vienen de afuera, sino para las que provienen del interior de la vida anímica".

¡Pero qué va! "Aquel Podríamos admitir" no ha sido más que una deslabazada presunción. Desde que Cataluña se convirtió en una comunidad autónoma, los promotores de aquella asonada han seguido aprovechando la conformación de un Parlamento que por ser exclusivamente representativo está encarnando una pseudodemocracia, en la que los partidos -y no el pueblo, en su sentido más constitucional-, pueden debatir dentro de un orden de esta naturaleza las demandas de las comunidades a las que representan, algunas de éstas han vuelto a reavivar la pretensión de considerarse diferentes. Y la verdad es que no entiendo cómo siguen reclamando para sí, unos dominios y unas privilegios de la época feudal, que al seguir considerándolos como una herramienta con la que llevarse una parte desproporcionada de la tarta, parecen haber olvidado que estas concesiones fueron en principio otorgadas a los habitantes reconocidos por las cartas puebla, por reyes con derecho a pernada y por condes y señores de la tierra, que al mismo tiempo que sus siervos y vasallos repoblaban los territorios involucrados en la Reconquista, se aseguraban lo que si no hubiera sido por estas prebendas, pondría en peligro lo que en la Edad Media se consideraba como un orden tanto natural como congénito.

Nacionalidades históricas (IX)