domingo. 28.04.2024
La_Lonja_de_Zaragoza

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Con este primer artículo inicio una serie sobre los palacios de la ciudad de Zaragoza, ciudad que es una de las grandes desconocidas del público español y con poca tirada turística que, sin embargo, da mucho juego para la gente que le guste la cultura.

Zaragoza superaba, en los inicios del siglo XVI, los 25.000 habitantes siendo una de las ciudades más prosperas de España. A finales del siglo XV ya era una ciudad muy prospera.

Este siglo fue una de las etapas más efervescentes de la ciudad en la que convive el plateresco típico de los Reyes Católicos, y como ejemplo típico es el palacio de la Aljafería, con el estilo renacentista traído de Italia unido a las influencias del mudéjar aragonés y la pervivencia del gótico tardío.

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Bóvedas de crucería estrellada del interior de la Lonja. (Wikipedia)

Zaragoza fue considerada como la Florencia de España y se le conocía como “la Harta”, porque en ella no se pasaba hambre. Para hacerse una idea de cómo era Zaragoza en el siglo XVI debemos contemplar el cuadro “Vista de Zaragoza” de Juan Martínez de Marzo del año 1647 que pertenece a la colección del Museo del Prado.

En el siglo XVI llegó a tener más de doscientos palacios y competían entre ellos por ver que hacía un palacio más grande y lujoso. Visitó la ciudad el portugués Gaspar de Barreiros y dijo “Zaragoza tiene las mejores casas de España, salvo Barcelona, que las tiene tan buenas, pero no mejores… La calle Coso es las más hermosa que sea posible, comparable a la del Corso de Roma, de muy amplia anchura y muy seguida en línea recta”.

Zaragoza es la ciudad del ladrillo debido a la influencia mudéjar y debido a la escasez de piedra de calidad. Aquella esplendorosa ciudad fue completamente arrasada durante el sitio de Napoleón a la ciudad y lo que no fue destruido fue posteriormente demolido por otras actividades.

LA LONJA DE ZARAGOZA

El primer palacio del que hablare será la Lonja. Hemos de saber que había Lonjas en las cuatro capitales del reino de Aragón, Zaragoza, Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca

La Lonja está situada en la plaza del Pilar. Su construcción fue propugnada por muchos mercaderes y ciudadanos con la finalidad de tener un centro donde poder realizar todas las transacciones de comercio que se realizaban en la ciudad.

La lonja estaba comunicada con las Casas del Puente a través de una portada ornamentada en el muro oeste del salón, que servía para dar paso a la capilla de la sede del Ayuntamiento junto a la que se encontraba.

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Detalle del cuadro “Vista de Zaragoza” en el año 1647, por J.B. Martínez del Mazo. Los hitos representados corresponden a: 1- Cimborrio de la Seo 2- Torre mudéjar de la Seo 3- Palacio de la Diputación del Reino 4- Lonja 5- Puente de piedra. (Wikipedia).

Se comenzó a usar como sala de exposiciones desde el año 1970. Está considerada como la sala principal del Ayuntamiento de la ciudad y donde se celebran exposiciones de forma habitual.

Como estamos viendo es un edificio civil de estilo renacentista aragonés construido en la primera mitad del siglo XVI en Zaragoza entre los años 1541 al 1551 como recinto destinado a actividades económicas.

Fue proyectada por el maestro Juan de Sariñena y su construcción se realizó con el material local del valle del Ebro, el ladrillo, y es considerada el máximo exponente de la arquitectura civil renacentista aragonesa. Esta obra fue encargada por el Concejo de la Ciudad y patrocinado por el arzobispo, Hernando de Aragón.

Se trata del edificio plenamente renacentista más importante de Aragón. Fue el primero en adoptar este estilo, con influencia del palacio florentino del quatrocento italiano, aunque con los matices del mudéjar aragonés que se contempla en la decoración de retratos de yeso policromado.

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Fotografía de la Fundación Telefónica. (Exposiciones).

El material constructivo es el ladrillo, lo que es habitual en la arquitectura aragonesa, donde no es considerado como material pobre gracias a la influencia del arte islámico y que tiene como ejemplo el palacio de la Aljafería y en el mudéjar

Su planta es rectangular. La estructura de sus fachadas presenta tres alturas, que no reflejan el volumen interior, de un piso único, más un desván o falsa que servía de almacén de armas. En altura hay una galería de arcos de medio punto geminados.

Su espacio interior es diáfano de tres naves y cinco tramos de una misma altura, con ocho columnas anilladas a 2/3 que sostienen quince bóvedas de crucería estrellada ya muy rebajada. Las columnas son de inspiración renacentista, pero la cubierta mantiene las estructuras de crucería compleja del gótico final.

Los muros se levantan con la técnica de ladrillo con argamasa de yeso, al modo de la tradición de los alarifes mudéjares, teniendo en cuenta que la piedra es un material escaso en la ciudad.

Sin embargo, las tramas ornamentales típicas de las construcciones religiosas del mudéjar aragonés se sustituyeron en la Lonja por una banda de rectángulos verticales rehundidos, que dividen en dos la altura de la fachada al exterior, apoyadas en una moldura de imposta o cornisa, adornada con dentículos.

En el piso superior de los muros exteriores, aparece una airosa galería de arcos dobles que alojan ventanas geminadas, desde su origen cerradas con vidrio de pequeñas piezas emplomadas que era algo inusual hasta el siglo xviii, aunque hoy restauradas con placas de alabastro y separadas por un sencillo pilar.

En el tímpano se forman los arquillos dobles, se coloca un medallón cerámico policromado con retratos ornamentales, así como debajo de las ventanas y entre los espacios del mirador de la parte superior de los paños.

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Lonja de Zaragoza (Wikipedia)

Remata la fachada un amplio alero tallado en madera y cuatro pequeñas linternas, con decoración mudéjar de azulejos, en los ángulos del edificio. En el piso inferior se abren tres grandes puertas en los tramos centrales de la planta baja, con arcos de medio punto abocinados en una disposición que imita a las arquivoltas y encuadrados en la reinterpretación de un alfiz resaltado en el ladrillo.

Todos los elementos de resalte del ladrillo son sobrios y colaboran en la disposición rítmica de una fachada armoniosa y de novedoso diseño, que reinterpreta los palacios renacentistas italianos.

En el interior la decoración es más tradicional y gótica, aunque hay elementos de carácter renacentista, y su diseño se atribuye a Gil Morlanes el Joven. El espacio amplio y de una misma altura está sustentado por columnas jónicas aragonesas, caracterizadas por disponer en el primer tercio de su longitud, un anillo o nudo en su fuste, lo que dotaba de unas proporciones adecuadas a los cánones clásicos a las nuevas columnas que se debían usar en los grandes edificios públicos.

Este tipo de columna se generalizó en todo Aragón y se usó con profusión en los palacios y casas nobles de la Edad Moderna.

Decoran el interior relieves escultóricos en el derrame de los intradoses de los ventanales, florones tallados y policromados en las claves de la intersección de las bóvedas, frisos escultóricos de grutescos, tondos y otros motivos romanos y una banda epigráfica de caligrafía gótica escrita ya en castellano, aunque con presencia de abundantes aragonesismos en sus grafías. La inscripción reza:

Se acabó esta Lonja, la cual y ciudad tenga dios de su mano para que siempre se empleen en Justicia, Paz y Buen Gobierno de ella. Anyo del nascimiento de nuestro señor Jesucristo de 1551. Corregnantes Doña Juana y don Carlos su hijo, reyes y emperadores nuestros señores, y jurado Don Felipe, hijo del dicho Emperador, por rey en este nuestro Reino y Reinos de Hispania, siendo jurados de esta ciudad Carlos Torrellas, Jerónimo Çapata, Juan Bucle Metelin, Juan Campi y Juan de Robres.

La portada interior está ornamentada con dos estípies (1) de relieves antropomorfos flanqueando la entrada. Circundando todo el comienzo de los nervios de las bóvedas se encuentran putti que sostienen el escudo del león rampante de Zaragoza, presente también en las claves de florones.

En el centro de los muros figura el escudo imperial de Carlos V, rodeado del collar del toisón de oro, las columnas pendientes y flanqueado de dos leones tenentes, todo ello policromado y estofado.

Entre la cubierta y el tejado, existe un espacio a modo de desván que sirvió de almacén de armas del municipio. A esta sala armera se accedía por una escalerilla de caracol aneja al muro exterior, en el ángulo noroeste. Aparece como una torrecilla adosada en el dibujo de la vista de la ciudad que Antón Wyngaerde realizó a Zaragoza en el año 1563.

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Cuadro de Zaragoza del pintor Antón Wyngaerde en el año 1563.

La construcción estaba muy avanzada en el año 1546, y ya solo a falta de la cubierta que, según el diseño de Sariñena, incluía una torre a manera de linterna como remate central.

Dicha estructura planteaba grandes problemas a los maestros de obras zaragozanos de aquel tiempo y entre los que destacan Alonso de Leznes, Gil de Morlanes el Joven y el maestro de cantería Juan de Segura, y a las dificultades se sumaba la muerte el año anterior del arquitecto Juan de Sariñena.

Finalmente, en el año 1549, se decide eliminar la torre y cubrir la obra con un sencillo tejado a cuatro aguas. El primero de noviembre del año 1551 La Lonja había sido oficialmente terminada.


(1) Pilastra en forma de pirámide truncada invertida, con un elemento figurativo en la parte superior.

 

La Lonja de Zaragoza