lunes. 29.04.2024

James Fernández Cardozo 

¿Cómo es posible que Barbie haya logrado convertirse en un fenómeno de taquilla a nivel mundial, a pesar de las reservas que teníamos debido a la imagen previamente asociada a esta icónica muñeca estadounidense, relacionada con el consumismo, la objetivación de la mujer y la belleza como único objetivo?

La respuesta podría residir en que esta historia expone un conflicto profundo entre el genuino valor de la autenticidad, que nos capacita para ser fieles a nosotros mismos y perseguir nuestros sueños personales, y el antivalor de las ideologías de sumisión, ya sean de corte patriarcal o matriarcal, que confinan nuestro discernimiento, nuestras emociones y nuestra existencia misma. La película de Barbie se erige como un viaje interno destinado a descubrir el poder de pensar por cuenta propia.

La película de Barbie se erige como un viaje interno destinado a descubrir el poder de pensar por cuenta propia

El punto de partida de este viaje narrativo se nos abre con el mundo perfecto de una Barbieestereotípica acompañada de seres maquillados de superficialidad, pero con una sociedad organizada institucionalmente, es decir, con sistemas de reglas aceptados colectivamente en que las funciones de estatus y poder las poseen solo las mujeres, quienes todas las noches celebran con una fiesta de sólo chicas. Sus contrapartes los Kens, están sumisamente relegados a una vida de actividades recreativas en la playa… "Barbie tiene un gran día todos los días, pero Ken solo tiene un gran día si Barbie lo mira".

En los viajes heroicos, la llamada a la aventura la desempeña un heraldo, quien, según Joseph Campbell en su obra El Héroe de los Mil Rostros es a menu­do oscuro, odioso, o terrorífico, lo que el mundo juzga como el mal, pero que, si uno pudiera seguirlo, se abriría un camino a través de las paredes del día hacia la oscuri­dad donde brillan las joyas” (P. 55). 

Un pensamiento repentino de Barbie sobre la muerte constituye el heraldo que arrastra a otros signos, como sus pies que aparecen planos, la rutina habitual que no puede continuar y la celulitis, lo que le obliga a acudir a la Barbie Rarita, una antigua muñeca a quien su dueña trató con crueldad y que ahora vive como paria en una zona apartada de Barbieland. 

Pero Barbie Rarita desempeña un rol que participa del modelo narrativo del viaje mítico heroico, el de mentora, la mujer sabia que otorga amuletos y explica el camino para alcanzar la meta heroica: viajar al mundo real y encontrarse con quien fue la dueña de Barbie en el pasado. 

Ella es una persona valiosa que merece y debe luchar por lo que quiere, independientemente de lo que piensen o digan los hombres

El salto al primer umbral, que es una etapa típica del viaje mítico, lo hace Barbie en su carro descapotable, pero descubre que está acompañada por Ken, a quien acepta con regañadientes que se le una. Ingresan a Venice Beach en California, y se sumergen en una experiencia mítica que Campbell denomina el vientre de la ballena, en que los héroes son tragados por lo desconocido, que en el film se materializa en los encierros iniciales que sufre la pareja por ocasión de las colisiones con ese nuevo mundo real que se anticipa asfixiante de masculinidad. “Bomboncito”, le grita un obrero a Barbie.

Mientras Barbie se enfrenta a la torpe logia masculina de la empresa Mattel, que comercializa su marca, Ken resulta fascinado en California con los valores patriarcales del mundo real: sus caballos, los ademanes varoniles y la ostentación del cuerpo físico. Ken se pregunta: "¿Por qué Barbie no me habló del patriarcado?"

Sin vacilación, decide abandonar a Barbie para regresar a Barbieland e inaugurar un proceso constituyente orientado hacia nuevos valores. El punto culminante de este proceso será la promulgación de una nueva Constitución fundamentada en la ideología patriarcal. La forja de estos novedosos órdenes políticos ha seguido históricamente el camino de declaraciones fundacionales que establecen valores renovados, análogo a lo sucedido con la Declaración de Filadelfia en 1787 o la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia en 1789.

En esta ocasión, se inician los primeros pasos hacia la creación de instituciones patriarcales bajo la dirección de Ken, todo ello a espaldas de Barbie, quien desconoce por completo estos acontecimientos en marcha.

El egocentrismo patriarcal que caracterizaba al mundo ideológico de Ken es desafiado y vencido mediante procesos sutiles de influencia discursiva

En el trayecto mítico-heroico, es común encontrar aliados en el campo de la acción, quienes se unen con el propósito de alcanzar la anhelada meta. Tal es el caso de Barbie, quien logra este apoyo inesperado por parte de su antigua dueña, la joven Sasha. Aunque en un principio Sasha critica a Barbie por supuestamente promover los valores del capitalismo y obstaculizar el avance del movimiento feminista a nivel global, pronto comienza a vislumbrar en Barbie las características propias de un ser humano corriente: alguien vulnerable, capaz de experimentar confusión, lágrimas y fe en sus semejantes.

Junto a su madre Gloria, quien actúa como desencadenante de la crisis existencial que atraviesa Barbie, ambas se convierten en un escudo protector contra la persecución llevada a cabo por el director ejecutivo de Mattel. Unidas en su causa, no solo resguardan a Barbie, sino que también la acompañan en su viaje de regreso a Barbieland. 

La tensión de los valores axiológicos de base se incrementa en el film al descubrir Barbie, en su retorno a Barbieland, un mundo radicalmente opuesto a los valores desmedidamente matriarcales que ella misma había liderado en su antiguo mundo. 

Barbie y sus compañeras logran detener el proceso constituyente en curso que había sido iniciado por Ken, restableciendo así la institucionalidad femenina

La semiótica discursiva nos advierte acerca de un aspecto fundamental cuando los héroes se lanzan hacia el ámbito de la acción: la motivación, un componente esencial para su sostenimiento. En este contexto, se pone a prueba la firmeza de la determinación de Barbie, quien se propone restaurar los valores tradicionales de Barbieland. 

Sin embargo, su impulso motivacional es sometido a un desafío crucial cuando se encuentra sumida en la frustración, al percatarse de la aparente inamovilidad de la nueva realidad en la que sus amigas se hallan subyugadas por los hombres. Este obstáculo la transforma momentáneamente en una muñeca prácticamente inerte, tendida en el suelo y reticente a proseguir con la lucha. 

Su motivación para reiniciar la marcha se ve activada gracias a la intervención de Gloria, haciéndole ver a Barbie, a través de un inspirador discurso, que ella es una persona valiosa que merece y debe luchar por lo que quiere, independientemente de lo que piensen o digan los hombres. Le dice: “Es literalmente imposible ser mujer. Eres tan hermosa y tan inteligente, y me mata que no creas que eres lo suficientemente buena… Estoy tan cansada de verme a mí misma y a todas las demás mujeres enredándose en nudos para gustarle a la gente. Y todo eso también es cierto para una muñeca que representa a las mujeres…”

La semiótica discursiva también revela que, para alcanzar el objeto de deseo, las heroínas deben desarrollar, mejorar y fortalecer sus habilidades. Esto es precisamente lo que Barbie logra al idear una estrategia para despertar el pensamiento crítico en sus compañeras, ayudándolas a superar su reciente fascinación por el mundo sumiso y obedientepromovido por la ideología patriarcal y machista personificada en Ken.

No necesitan ser manipulados por ideologías matriarcales o patriarcales, ni depender del sexo opuesto. Han alcanzado la mayoría de edad en el sentido kantiano

Las ideologías postulan modos de actuar a partir de universos axiológicos de valores normatizados. En el contexto del nuevo entorno de Ken, estos comportamientos son gradualmente contrarrestados por Barbie, quien recibe el respaldo de Sasha, Gloria, Barbie Rarita, Allan y otros muñecos discontinuados.

La estrategia persuasiva de Barbie para este logro se fundamenta en una modalidad de influencia discursiva de la seducción, consistente en presentar ante el manipulado una opinión positiva de él sobre su imagen o competencia.

Cada uno de los hombres del patriarcado de Ken va perdiendo la atención de las chicas subyugadas y en este punto Barbie activa una segunda modalidad de influencia denominada la provocación: denigrar de la competencia del otro para hacer que actúe en un sentido específico. 

De manera sorpresiva, las amigas encubiertas de Barbie comienzan a menospreciar a los hombres Ken a quienes antes fingían admirar. Esto lleva a los hombres Ken a creer que otros Ken son los responsables de la disminución de la empatía y conexión. El egocentrismo patriarcal que caracterizaba al mundo ideológico de Ken es desafiado y vencido mediante procesos sutiles de influencia discursiva.

Una vez completado el proceso anterior, la heroína Barbie y sus compañeras logran detener el proceso constituyente en curso que había sido iniciado por Ken, restableciendo así la institucionalidad femenina.

Sin embargo, un elixir aún más profundo aguarda ser conquistado por las Barbies y los Kens: ambos descubren que lo que han logrado en realidad es un viaje interior, uno que les ha permitido reconocerse como seres genuinos y únicos. Han comprendido que no necesitan ser manipulados por ideologías matriarcales o patriarcales, ni depender del sexo opuesto. Han alcanzado la mayoría de edad en el sentido kantiano.

Dio vida a la muñeca en marzo de 1959 con la esperanza de que esta trascendiera como una manifestación de autenticidad más allá de su forma física

Las Barbies y los Kens ahora comprenden que se habían alejado de su verdadera esencia y que, bajo la influencia de estas ideologías extremas, no podían encontrarse a sí mismos de manera auténtica. Expresan sus disculpas y reconocen que estas ideologías extremas los habían reducido a seres incapaces de experimentar emociones genuinas. 

Han sido tratados como meros objetos por parte del equipo directivo de la empresa Mattel, que perseguía fríos intereses lucrativos, contradiciendo así la visión de su creadora, la empresaria Ruth Handler. Fue ella quien dio vida a la muñeca en marzo de 1959 con la esperanza de que esta trascendiera como una manifestación de autenticidad más allá de su forma física. 

Ken se revela como alguien cuya existencia no requiere estar subyugada al antiguo matriarcado de Barbie, lo cual lo inspira a instar a otros Kens a ser auténticos. Mientras tanto, Barbie descubre su deseo de vivir una vida que otorgue significado a los demás.

Barbie nos enseña en este film que el verdadero valor reside en ser auténticos, alejados de la manipulación ideológica y la dependencia emocional

Barbie ahora emerge como un ser humano genuino, liberado de ideologías. A través de un viaje heroico ha descubierto un propósito en su vida, y anhela transmitirlo a los demás. El regreso del viaje heroico con los aprendizajes conquistados no siempre es al lugar de origen. A veces, como es el caso en esta película, es al punto de llegada, a California, donde Barbie, ahora humana, obtiene su primera cita con su ginecólogo. 

Barbie nos enseña en este film que el verdadero valor reside en ser auténticos, alejados de la manipulación ideológica y la dependencia emocional, y en otorgar significado y valía a los demás. Una lección interior que nos conduce a una genuina y perfecta felicidad. Es precisamente este valor de la autenticidad el que justifica por qué un número reducido de personas pudo acceder a las salas de cine durante los estrenos internacionales de esta aclamada película

El cine nos permite experimentar, en los lugares más inesperados, el despertar de nuestros valores más profundos. 


James Fernández Cardozo | PhD Análisis del Discurso

El valor de ser auténtico: Barbie y el desafío a las ideologías