domingo. 28.04.2024

James Fernández Cardozo | 

Cada familia es un mundo, es una frase que ejemplifica la complejidad y singularidad de una institución que tiende a pervivir y asegurar su unidad interna a través de sistemas de reglas que provienen de las creencias hereditarias y las prácticas de vida que le resultan mejores para asegurar su felicidad. 

En La Sirenita se muestra inicialmente un paralelo entre dos familias con sus rasgos distintivos del mar y de la tierra, y que tienen en común hacer pervivir su respectivo universo axiológico de valores. La familia se considera la institución esencial, porque es un sistema de reglas aceptadas por sus miembros, en que se otorgan poderes a algunos de ellos para realizar actos que mantengan el equilibrio entre el amor y el control, y así asegurar su unidad y permanencia en la vida a lo largo de las generaciones. En la historia de La Sirenita quienes tienen el estatus y los poderes para hacer cumplir las reglas internas son Tritón, el padre de la princesa sirena Ariel, en la familia de Atlántica, y la reina Selina, madre adoptiva del príncipe Eric, en la familia de un reino insular caribeño. 

Las reglas en cada una de estas familias están regidas por universos de creencias o certezas que se repelen entre sí: el rey Tritón atribuye a la gente de la tierra la muerte de su esposa, a lo que asiente el cangrejo Sebastián, cuando afirma: “el mundo humano es un desastre”. Y la reina Selina sospecha de los artificios y las sugestiones del mundo del mar. Mitos no resueltos y el desconocimiento del otro se han convertido a lo largo de los años en un obstáculo para la convivencia entre estas dos familias. Estos universos de creencias buscan ser transmitidos a los protagonistas de la historia, la sirenita y el príncipe, para frustrar el encuentro de los dos mundos. Así la sirenita Ariel escucha de sus hermanas: “Bajo el mar, bajo el mar. Vives contenta, siendo sirena eres feliz.” 

La familia se considera la institución esencial, porque es un sistema de reglas aceptadas por sus miembros

Sin embargo, es la semejanza entre los profundos deseos de la sirenita Ariel y del príncipe Eric los que conducirán a una convergencia de los universos axiológicos hasta ahora enfrentados. Los protagonistas tienen como su estado ideal, su estado meta, el acceder a otro mundo distinto al de sus familias: La sirenita Ariel al mundo de los humanos y el príncipe Eric, explorar lo desconocido para ayudar a la gente de su reino. La narración pone de presente sendas figuras, es decir, expresiones materiales que encarnan, en este caso, las búsquedas de nuestros héroes: el Príncipe Eric colecciona en su cuarto objetos de sus viajes por el mar, y la sirenita Ariel colecciona en una secreta gruta marina utensilios de los seres humanos, apoyada por su amigo el pececito Flounder y por el sargento mayor el Alcatraz Scuttle. 

Pero estas figuras encarnadas en objetos de colección serán iluminadas por un llamado a la aventura que usualmente en el modelo del viaje mítico del héroe también se encarna en una figura, como el monje apacible que sorprende a Buda al salir del Palacio de su padre, o la espada en la roca en la Leyenda del Rey Arturo. Se ha estudiado con frecuencia la llamada a que los héroes son convocados para iniciar el recorrido heroico, pero es importante tener en cuenta que esta llamada está soportada en una figura, que en La Sirenita se manifiesta en los fuegos artificiales expedidos del barco del príncipe Eric, que fascinan a la sirenita Ariel y le incitan a acercarse al barco, lo cual conducirá a su primer encuentro con el príncipe, en el que ella le salva su vida. 

Los líderes de familias inician rápidamente una estrategia de protección de sus sistemas de reglas mediante la frustración de los deseos de la sirenita y el príncipe

Enterados los líderes de familias acerca del encuentro, inician rápidamente una estrategia de protección de sus sistemas de reglas mediante la frustración de los deseos de la sirenita y el príncipe. Tritón ha intimidado al cangrejo Sebastián y este le revela el rescate heroico de la sirenita Ariel a un humano, lo que impulsa al rey a retenerla, advirtiéndole: “Ariel escúchame, ese mundo está muy mal. La vida bajo el mar es mucho mejor que el mundo allá arriba”. Ante la decisión de la sirenita de conocer la superficie del mar, Tritón ejercerá la modalidad de influencia de la culpabilización, por la conducta de la sirenita, la que contrasta con la conducta de sus hermanas. También el rey ejerce la modalidad de influencia de la intimidación, destruyendo la colección de objetos en la gruta de la sirenita. De otro lado, en la familia real, Selina, la madre adoptiva del príncipe Eric activa una táctica de privación, prohibiéndole de manera definitiva viajar al mar. El público ve como el paternalismo excesivo hacia los hijos termina con la frustración de sus proyectos de vida. 

La hermana menor del Rey Tritón, Úrsula, se ha convertido en una malvada hechicera con el objetivo de reclamar su puesto en el Reino de Atlantic, y en la historia desempeñará el rol de anti sujeto que busca privar a la sirenita de su libertad, aunque Tritón y la reina Selina también son anti sujetos que buscan retener a sus hijos en los núcleos familiares. 

Úrsula manipula a la sirenita mediante la modalidad de manipulación de la tentación, consistente en poner un objeto de deseo al frente del manipulado para que éste haga lo que se espera de él. Úrsula sabe lo que quiere la sirenita, quien ha confesado “yo quiero ver algo especial, yo quiero ver una bella danza, y caminar con los, ¿cómo se llaman?, ah pies”. Úrsula tienta a la sirenita con la posibilidad de estar junto al príncipe, ofreciéndole estar con él durante tres días y, si logra recibir un beso de amor verdadero, podrá convertirse en humana. De lo contrario, se transformará de nuevo en sirena y permanecerá en el Reino de Úrsula. La sirenita acepta el trato, renuncia a su cola de pez, a su capacidad de respirar bajo el agua y a su hermosa voz de sirena que es guardada por Úrsula en un caparazón mágico. 

La sirenita acepta el trato, renuncia a su cola de pez, a su capacidad de respirar bajo el agua y a su hermosa voz de sirena

La principal carencia de la sirenita es la de su voz, lo que no es obstáculo para que ella se mantenga firme en su propósito. El cangrejo Sebastián le ha motivado diciéndole: “cuando quieres algo bien hecho, lo tienes que hacer tú mismo”. Pero es inevitable el amor entre el príncipe y la sirenita por aquellas aficiones que los hacen semejantes, como la colección de objetos o los paseos por la isla caribeña, que les hacen perder el sentido del tiempo y el espacio. La semejanza en las búsquedas es la aleación del amor. 

El cangrejo Sebastián se ha enterado de una operación de manipulación que podemos denominar la sugestión, por la que el manipulador diluye la voluntad del manipulado. Es lo que hace Úrsula con la sirenita Ariel al hacerle olvidar, mediante artificios mágicos, que necesitaba besar a Erick dentro de los tres días otorgados. El cangrejo, junto a los aliados Scuttle y Flounder, activan también la misma operación de sugestión en un lago paradisiaco de la isla buscando que la pareja pueda besarse, hecho que las anguilas de Úrsula frustran.

Úrsula, que a esta altura de la historia es un anti sujeto con la motivación consolidada crea, con un artificio mágico, la figura de una hermosa joven llamada Vanesa quien también ejercerá con su voz la operación de sugestión hipnotizando al príncipe Eric, y haciendo presente la clásica e inminente consumación de un matrimonio con la figura aparecida. Es el trabajo cooperativo de los amigos de la sirenita el que le permitirá recuperar el collar que le devolverá su canto de sirena y hacer evidente a todos los miembros de la familia real el engaño de Úrsula. 

Sin embargo, la tensión narrativa no se agota sino en el escenario de la prueba máxima, consistente en una gigantesca tormenta desatada por Úrsula, quién recientemente ha provocado que Tritón renuncie a su propia vida sacrificándola por la de la sirenita, lo que ejemplifica el amor infinito y profundo de los padres. 

El cine cumple en la actualidad un cometido de actualización en la conservación, renovación o transformación de valores, que explica su increíble audiencia mundial

El elixir que desata la tensión narrativa a que el público se ve expuesto en los minutos finales de la película lo constituye el acto heroico de la sirenita Ariel, quien sube a la superficie de un barco, gira un timón y provoca la muerte de la ambiciosa Úrsula, lo que provoca que su padre vuelva a la vida, desatando de manera positiva el mito del conflicto con el padre, que es recurrente en el modelo del viaje mítico heroico. Tritón finalmente acepta que, aunque la sirenita Ariel ha regresado a casa, su corazón está con el príncipe Eric. Siguiendo el consejo de Sebastián, el rey Tritón transforma a la sirenita en humana de forma permanente y ella puede así reunirse con Eric.

La última etapa en el modelo del viaje mítico heroico es la de los aprendizajes. El cine cumple en la actualidad un cometido de actualización en la conservación, renovación o transformación de valores, que explica su increíble audiencia mundial. El cine es hoy la oportunidad de actualizar los valores, esas mejores prácticas que aseguran la felicidad y la convivencia en cualquier esfera del planeta. 

El valor de la convivencia entre las familias aparece al final de la película en una escena fastuosa que sanciona positivamente el aprendizaje de los padres sobre el amor que no conoce de fronteras ideológicas ni de universos de creencias atávicas, porque el amor nace en la semejanza y en la posibilidad de un proyecto común, el mismo que al final de la historia inician la sirenita Ariel y el príncipe Eric, con su viaje hacia lo desconocido. El canto de la sirena Ariel así lo testificó: “puede que el amor sea el único camino para lograr la eternidad”.

Amor, control y unidad familiar: Las dinámicas de poder en 'La Sirenita'